lunes, 30 de marzo de 2020

Argentina y la erupción postergada (Erupción nro.1)

Compartimos un artículo en colaboración con Erupción nro.1 (Boletín Anarquista de Análisis desde América Latina). El artículo fue escrito en diciembre de 2019 pero sale publicado a fines de marzo de 2020, de todos modos queremos compartirlo.
En la región argentina, las revueltas proletarias no aparecen, no se masifican. Sorprendente, puesto que motivos internos y coyunturales sobran. Pero el silencio se inscribe en el actual desarrollo de una nueva transacción democrática, el inicio de un nuevo ciclo, el renacimiento del espectáculo.

Poco antes de la reciente elección presidencial se anunció una brusca devaluación del peso respecto al dólar, con el consecuente aumento del costo de vida. Los mismos ciudadanos que habían votado contra el ajuste llamaron a no movilizar contra el ajuste, acusando de “funcionales al gobierno saliente” a quienes sufrimos la explotación. Se sufre el ajuste en carne propia pero no se quiere ensuciar la transición; un respeto por el Estado y sus instituciones, vital para la gobernabilidad. También la alternancia política es fundamental para los sucesivos ajustes y medidas de crisis. La pauperización de la vida la aplica un gobierno y la ratifica el siguiente, aunque jueguen el juego de la disputa. Las urnas en lugar de las calles, la pelea interburguesa en lugar de la lucha abierta de clases, los discursos en lugar de la realidad.

Los últimos 25 años significaron un particular y profundo avance del desarrollo capitalista. La imposición del modelo agro-biotecnológico permitió extender la frontera explotable por el Capital, desatando la deforestación y el envenenamiento masivos, con la soja, el maíz y el algodón como cultivos transgénicos principales. La minería a cielo abierto, la extracción de hidrocarburos no-convencionales (como Vaca Muerta en la cuenca neuquina) y otros proyectos productivos inscriptos en el plan de infraestructura para el transporte (IIRSA), no se han quedado atrás. Estos desarrollos acarrearon violentas migraciones, internas y externas, desde zonas rurales hacia conglomerados urbanos (cerca del 92% de la población se acumula en las ciudades). Como principal motor de los modelos de consumo al interior de una américa latina devastada, la era de las commodities orientó la producción al abastecimiento de mercancías estratégicas para el mercado asiático y europeo, mientras el hambre y la desnutrición han crecido notablemente, situando a la Argentina entre los países más afectados del continente.

La precarización de las condiciones materiales para el desarrollo de la vida constituye un eje en continuo progreso. En particular, desde los años 1970, las sucesivas etapas no han hecho más que acrecentar la población sobrante. Sin embargo, la burguesía ha encontrado nuevas formas de subsumir la revuelta popular, haciendo del aumento del gasto social su principal herramienta de domesticación. Desde aquel “que se vayan todos” de 2001, las políticas de estado han intensificado la represión silenciosa mediante la cooptación de los movimientos sociales con la complicidad del aparato sindical, señalando a la protesta como amenaza a la democracia conseguida; una suerte de autocontrol popular (disciplinamiento ideológico al orden democrático) que se complementa y ajusta con el accionar de las fuerzas represivas.

El fantasma de la última dictadura ubicó a la democracia en un lugar intocable, un vórtice que despedaza los imaginarios de una vida comunitaria. Los movimientos de trabajadores desocupados, los espacios de discusión y organización en ámbitos de sociabilidad proletaria, el desprecio por las instituciones y la propiedad privada, conforman un pasado de lucha recordado como etapa de miseria e inmadurez política, un mal necesario frente a la incompetencia de los gobernantes. La clase dominante supo cómo usar la democracia para reconducir la furia proletaria, que ya no interviene en forma autónoma, sino encuadrada en políticas estatales. Una región amansada e institucionalizada en cuanto a conflictividad social se condice con una fuerza de trabajo brutalmente abaratada.

La renta extraordinaria por exportación de commodities posibilitó a Duhalde en 2002 calmar la demanda popular con asistencialismo, y a los Kirchner continuar esa política hasta sus últimos estertores en 2015. Macri transitó el final de este ciclo, y decidió enfriar la bomba tomando deuda. Alberto Fernández asume en un contexto de agotamiento de las condiciones materiales para que el populismo -como dispositivo de control- pueda contener el alzamiento del proletariado. Jugando con nuestro margen para soportar lo insoportable, intentarán evitar que la indignación se renueve. Por eso la erupción social no será solo una cuestión de tiempo sino también de involucramiento y agitación a la revuelta contra el recurrente espectáculo de la miseria.

RECIBIMOS: ERUPCIÓN NRO.1

Erupción es un Boletín Anarquista de Análisis desde América Latina.

Quienes lo publican anuncian que «el boletín busca, desde una perspectiva anarquista, ser un espacio de intercambio, debate y profundización del análisis político, dando cuenta de la situación de cada territorio mediante la publicación de dos número anuales.»

Les pueden buscar en las redes sociales: @boletin.erupcion en Instagram y Erupcion en Facebook.

Desde nuestro boletín La Oveja Negra participamos con el artículo Argentina y la erupción postergada, y también agregaron Haití: ¡Viv Revolisyon! incuído en el nro. especial En tiempo de revueltas: Chile y Ecuador.

Para descargar Erupción nro.1:
versión PDF WEB.pdf

RECIBIMOS: A PROPÓSITO DE LAS REVUELTAS DEL 2019

Compartimos una nueva publicación de compas de la Biblioteca La Caldera (Buenos Aires):

A PROPÓSITO DE LAS REVUELTAS DEL 2019

Durante parte del verano y estos días de cuarentena, realizamos esta publicación que surge de charlas entre compañerxs de la biblioteca y el intercambio con camaradas de otras regiones. Intentamos es hacer algunas reflexiones que comprendan las revueltas de la última mitad del 2019 desde un punto de vista abarcativo, que supere la separación espectacular de los sucesos para «compartir algunos aspectos que puedan ayudar a entender las posibilidades del momento en curso desde una perspectiva que considera necesaria la revolución.» .

• PRESENTACIÓN
• EL CAPITALISMO ES LA CRISIS
• LA REPRESENTACIÓN COMO DELEGACIÓN
• IMPERIALISMO Y ANTI-IMPERIALISMO: COMPETENCIA MONOPÓLICA Y COMPETENCIA IDEOLÓGICA
• APUNTE SOBRE ARGENTINA: LA COMODIDAD DE SER DOMINADOS
• HACIA LA COMUNIDAD HUMANA

Para leer o descargar (en varios formatos):
lacalderalibros.tumblr.com

lunes, 2 de marzo de 2020

HERIDAS INTERNACIONALES

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En los últimos años de aguda crisis capitalista las protestas se multiplicaron alrededor del mundo. Esto trajo aparejado un marcado aumento de la violencia por parte de las fuerzas armadas de la burguesía, generando lesiones graves, discapacidades y muerte a los manifestantes. En un contexto de conflicto creciente, frente a una vida que se ve pauperizada cotidianamente, el armamento antidisturbios toma una importancia central para los Estados.

Se desarrollaron tecnologías represivas que, según sus propios estándares asesinos, se clasifican como “no letales”. No hay nada casual. Por dar un ejemplo, en Argentina hace relativamente poco comenzó a introducirse cada día más la recomendación de las pistolas táser, para reprimir en lugares públicos donde accionar un arma sería, según la lógica del Estado, un acto “irracional”.

A la hora de atacarnos la burguesía actúa como una fuerza internacional, al contrario de los nacionalismos, regionalismos y ¡hasta localismos! que muchas veces cargamos los proletarios en lucha. Comprender la dimensión internacional del conflicto nos ayuda a combatir las limitaciones que nos impiden accionar desde una perspectiva que no se restrinja al lugar donde vivimos.

Del mismo modo, hablamos de proletariado o burguesía porque nos parecen categorías precisas, mientras otros rebeldes prefieren hablar de pueblo y élite. No nos preocupan tanto las terminologías, pero sí nos importa comprender la dimensión de clase de este conflicto mundial, y del antagonismo que hay entre estos dos sujetos. Por motivos de este tipo es que insistimos en hablar de capitalismo y no simplemente de neoliberalismo.

Para mantener la aplastante normalidad del Capital, la burguesía recurre a palos y balas de distintos tipos, numerosos y diversos agentes químicos irritantes a los que solemos llamar sencillamente gases lacrimógenos, camiones hidrantes, granadas de aturdimiento, dispositivos acústicos de largo alcance y armas de energía dirigida. Y claro, sus mercenarios, sin los cuales todo este armamento no podría funcionar. Con acuerdos y desacuerdos en matices, los órganos internacionales del Capital mantienen un esmero incesante en términos represivos.

Nos lo cuentan compañeros de las revueltas en Francia, en Chile, en Ecuador, en Colombia. Leemos situaciones casi idénticas en el Líbano, en Irak. Y aun cuando los vemos, oímos y sentimos, en líneas generales los conocimientos básicos sobre la represión nos pasan de largo. Sin embargo, en todas partes es la misma lucha y en todas partes se reprime de la misma manera: se revientan ojos con armas no letales y se envenena cada vez más con gases lacrimógenos que van modificando sus agentes químicos.

Es evidente que en las revueltas ya existentes y en las que estén por venir hay que aprender a cuidarse si se quiere salir a la calle a protestar: gafas de seguridad, cascos, máscaras, guantes. Nos lo enseñan quienes están luchando, resistiendo y atacando a las fuerzas del orden que protegen la propiedad privada en diferentes ciudades. A medida que las represiones son cada vez más habituales, se hace un hábito el cuidado, la prevención y la atención a los heridos, como puede observarse en las luchas en Francia y Chile.

Las balas de goma, lo sabemos de sobra, generan graves lesiones. Gatilladas a corta distancia, logran un poder de penetración en la piel similar al de las municiones convencionales, pueden matar. Las armas se usan para herir y matar. Ariel Moreno Molina, de 24 años, fue asesinado por carabineros de Chile mientras escribimos este artículo. Un proyectil con componentes metálicos impactó en su sien y murió días después.

Lanzadas o disparadas desde lejos, estas armas son imprecisas y muchas veces impactan en las partes más vulnerables del cuerpo o eventualmente ocasionan lesiones a personas cercanas que no estuvieran participando de la protesta. Esto explica, en gran parte, cómo cientos de manifestantes alrededor del mundo están quedando parcial o completamente ciegos.

En abril de 2007, Carlos Fuentealba, docente en la provincia de Neuquén, fue asesinado durante una represión a un corte de ruta. Las fuerzas policiales avanzaron y se dispersó a la gente, en uno de los autos iba Carlos, que murió al ser impactado por una lacrimógena.

Los llamados “gases lacrimógenos” incluyen una gran variedad de sustancias químicas que irritan la piel y las mucosas. Como consecuencia, provocan efectos inmediatos: ojos irritados, dificultades respiratorias y efectos psicológicos adversos, tales como sensación de desorientación y agitación. Estas granadas provocan lesiones traumáticas al impactar en la cabeza, el cuello o torso de las víctimas, y también lesiones neurovasculares en las extremidades. Si alguna vez pensamos que se trataba de casos aislados, de seguro hoy no.

Los camiones hidrantes, con su poderoso alcance tienen la fuerza de impedir la comunicación de los manifestantes, además de generar pánico por su inmenso tamaño. En Chile, recientemente ha muerto atropellado Jorge Mora, en la misma semana que Ariel Molina. Además, hace tiempo se denuncia el uso de tinturas de color identificatorias o líquidos nocivos mezclados en el agua de los camiones hidrantes que generan graves afecciones en la piel.

Como señalábamos en La Oveja Negra Nro. 66 (especial sobre las revueltas en Chile y Ecuador), en Francia ha habido manifestaciones de “mutilados para el ejemplo”, parafraseando la expresión “fusilados para el ejemplo”, referida a los soldados franceses ejecutados en la Primera Guerra Mundial por evitar el combate. Estos heridos de guerra (de clases) han quedado tuertos o mancos por el uso de armas no letales.

Recientemente el presidente argentino Alberto Fernández visitó Francia y se refirió a Emmanuel Macron como «un nuevo e inesperado amigo». Agregó que «Francia es un inversor muy importante en la Argentina, sus empresas expresan lo mejor del capitalismo, que es invertir para producir y dar trabajo». Pero el capitalismo da trabajo y necesariamente da desocupación, así como da gases lacrimógenos y balas, produce mercenarios y asesinos.

La otra represión

La finalidad de la represión por las armas es acallar a los manifestantes, dispersarlos, no dejarlos avanzar, no dejarlos organizarse, proteger la propiedad privada, proteger los intereses de la burguesía. Pero esta no es la única manera de acabar con una revuelta, hay otras formas igualmente democráticas.

Invirtiendo el lema del Estado chileno podemos decir que no siempre es «por la razón o por la fuerza», de hecho en aquella región viene siendo por la fuerza y luego por la razón. El gobierno poco puede lograr disparando, golpeando, mutilando, torturando y encarcelando. Frente a la continuidad de la lucha, recurre a la razón, más precisamente a la razón estatal.

La burguesía internacional vuelve a advertir a sus pares de esta región: «El mensaje para la próxima generación de líderes latinoamericanos es difícil de ignorar. Los políticos que no logran brindar bienestar o involucrar a los grupos locales en las decisiones políticas son una especie perecedera.»(1)

La democracia representativa ya se ha vuelto más inclusiva y participativa en algunas regiones. En otras, como en Chile, deberá hacerlo para adaptarse a los nuevos tiempos. Los procesos constituyentes no son más que agendas impuestas desde arriba a la clase explotada y oprimida. Una nueva Constitución Nacional puede escribirla el pueblo, pero el lápiz es del Estado y el papel del Capital.

La Asamblea Constituyente de Bolivia en 2006 sirvió para asegurar la democracia mercantil y mantener la explotación y la opresión frente a movilizaciones masivas con el cuento de “una nueva independencia”, el “Estado plurinacional” y “el socialismo comunitario”, tal como dijo Evo Morales en la promulgación de 2009.

En Cataluña hay quienes prometen un Procés Constituent, que mezcla la independencia de una región con el fin del capitalismo. ¿En una sola región también? ¿Cómo terminar con el capitalismo en un solo país si se trata de un sistema mundial? Nuevamente se intenta dejar hacer, pero en el terreno del enemigo, nos dejan jugar siempre que sea en su patio. Y lo que queremos, a fin de cuentas, no es más que lo que ellos nos proponen que juguemos. Haciendo un solo equipo entre patrones y trabajadores, torturadores y torturados, todos unidos en nombre de la patria.

En Argentina no pareciera que estemos cerca de algo así, por el momento los poderosos tienen un consenso garantizado. La grieta entre gobierno y oposición, que se van alternando, no representa más que dos maneras de gestionar el capitalismo en este país: matar de hambre a unos, dejar sobrevivir a otros. En suma, extraer “recursos” de norte a sur.

Para quienes quieren mantener todo como está, en este momento es al pedo reflexionar, pensar colectivamente, actuar globalmente, y cuando la situación se agudice nos dirán que ya no hay tiempo para ello. Por tanto, estas cuestiones “teóricas” son inmediatamente “prácticas”. Una praxis social de enfrentamiento a lo establecido, de desobediencia al Capital, a sus defensores y a sus falsos críticos.


Nota:

INCONDUCTAS

Han causado revuelo en organismos de Derechos Humanos y sectores de izquierda los dichos de Alberto Fernández. El jefe de Estado sostuvo que «toda la Argentina debe dar vuelta una página, una página que nos distanció mucho tiempo por la inconducta de algunos y hoy podemos decir que nuestros hombres del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea han nacido como oficiales en la democracia». El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, es decir el presidente de la Argentina, pone en duda que haya habido un plan sistemático de desapariciones, asesinatos y secuestro de bebés en la última dictadura cívico-militar. Esto atenta incluso contra la propia institucionalidad por la cual fueron juzgados los milicos de su Estado. Se trataría ahora de hechos aislados, de militares que actuaron individualmente por falta de conducta. Por otra parte, el llamado a “dar vuelta la página” es un llamado a, finalmente, olvidar y perdonar.

¿Pero es este todo el problema? Si vamos más allá de los discursitos recordaremos que es, como ya dijimos, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el responsable del monopolio de la violencia estatal. ¿Es entonces tan importante qué dice? Del mismo modo, visita y se saca fotos con asesinos de la talla de Benjamín Netanyahu y Emmanuel Macron. ¿Cómo puede sorprendernos esto, si no es más que un nuevo encargado de mantener el orden, para garantizar la explotación y la opresión de clase de toda una región? Ningún presidente, jamás, en ningún tiempo y lugar podría hacer otra cosa.

Lo que nos cuentan los distintos sectores de la oposición, de izquierda a centroizquierda, es que un presidente puede hacer bien las cosas, que el problema no es el Estado sino quien lo comande porque, según ellos, se trata de una herramienta neutral, y no de un arma de clase.

Los democratizadores olvidan que los dichos de nuestro verdugo fueron pronunciados nada menos que en la ceremonia de despedida de un nuevo contingente, que durante seis meses cumplirá funciones en la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP). Recordemos qué hacen estos cascos azules. La reciente Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), que había iniciado su primera etapa en el 2004 tras el derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide, llevó soldados de todo el mundo y contó con la colaboración de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia y Uruguay en el mejor momento del progresismo latinoamericanista. Son esos «oficiales de nuestras tres fuerzas [que] han salido de la democracia y para nosotros [el Partido del Orden] es una gran alegría». Son esos mismos oficiales de las misiones de paz que van a reprimir, violar y torturar a tierras lejanas de sus cristianos y democráticos hogares. Son esos padres de “bebés cascos azules”, integrantes de las fuerzas uruguayas, argentinas y brasileras que engendraron al menos 265 bebés, consecuencia de violaciones y que luego abandonaron para regresar a sus países y ser condecorados por los gobiernos progres respectivos.

Esta es la democracia, esto es lo que nos oponen discursivamente a los golpes de Estado. Claro que cualquiera puede elegir, mentalmente, un Estado de derecho antes que una Junta Militar. Pero no se trata de una elección, sino de un chantaje. Y en última instancia, nadie puede elegir nada, es el Capital a través distintos sectores de la burguesía quien determina la forma de gobierno de cada región según los intereses del orden y la ganancia.
Hoy nos toca orden y ganancia en beneficio de la burguesía, pero en nombre de un bienestar general. Ojalá el problema fuera simplemente lo dicho por el presidente, pero es más grave. No caigamos en sus trampas, en debatir quién dijo qué, en criticar lo superficial de un sistema de muerte y padecimiento de muchos en beneficio de pocos.

«Estoy feliz de que la Argentina participe de la paz, porque creo en la paz» dice, mientras nosotros estamos enojados, tristes, enfermos, estresados, deprimidos y tantos otros pasan hambre, mueren de hambre… «La misma fuerza armada, el mismo Ejército que viaja a Chipre para ayudar a la paz, es el que está ayudando en Salta a resolver el problema de muchos hermanos que están muriendo por el agua contaminada y allá están con sus camiones potabilizadores», dijo el verdugo en referencia a la ayuda humanitaria contra los wichis.

Esta es la paz. Su paz. La paz de los cementerios.

PACTO PARA TODOS

En Argentina, desde que asumió el actual gobierno, se predica la unidad y en consonancia se propicia el diálogo, la conciliación de subordinados con poderosos.

Las diversas fracciones de burócratas reparten funciones disciplinadoras. Las convocatorias realizadas para pactar con corporaciones patronales, industriales y ruralistas tuvieron también una favorable respuesta de gran parte de los referentes de los llamados “movimientos sociales”.

Tras la convocatoria de la nueva ministra de seguridad, Sabina Frederic, el 28 de enero se concretó una reunión entre dirigentes de movimientos sociales y los nuevos jefes de Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y Policía Aeroportuaria. La reunión llevada a cabo en una dependencia de la propia Gendarmería en Capital Federal, tuvo por objetivo empezar a “promover canales de diálogo” para buscar “la paz social”. En la reunión participaron dirigentes de organizaciones como Movimiento Evita, CTEP, CCC, Barrios de Pie, Movimiento Trabajadores Excluidos, Martín Fierro, Movimiento Octubres y una parte del Frente Popular Darío Santillán. (1)

Esta progresiva institucionalización de los movimientos sociales y, en particular, de aquellos que nuclean trabajadores desocupados, subocupados, informales o “de la economía popular”, no comenzó con este nuevo gobierno.Viene dándose desde hace años y se suma a las razones de por qué, frente a una de las peores crisis y empeoramiento de nuestras condiciones de vida como explotados, la paz social reina en todo el territorio.

Mientras Fernández, hábil y cínicamente, asegura que «la economía popular llegó para quedarse» y que «la gente necesita un horizonte de progreso» y se necesita «trabajar en conjunto el compromiso de erradicar definitivamente el hambre en Argentina», el modelo extractivista impulsado no hace más que asegurar un futuro de hambre y muerte para todas y todos.

Tras la crisis de del 2000, Cristina Fernández dijo que la Argentina era una gran fábrica recuperada que había podido recomponerse, hace algunos días Alberto Fernández agradecía «a los movimientos sociales, una nueva forma que apareció en la Argentina y que llamamos economía popular, que no tiene la rigidez de la economía formal, pero que es una realidad a la que hay que atender y prestarle mucha atención a lo que hacen porque se ocupa de lo que otros quieren descartar». Y así es que, otra vez, los explotados se ocupan de lo que la economía descarta, aceptando las migajas y las pobres posibilidades de inclusión en el gobierno de este mundo de mierda.

Es evidente que los mecanismos represivos contarán con la anuencia de estos personeros de sectores social y económicamente “excluidos”, referentes políticos cada vez más incluidos e institucionalizados en las arcas de la dominación estatal burguesa. Un diario burgués lo decía más claramente: «Ya no están en la calle reclamando frente al Estado, sino que entraron para administrar los recursos. En concreto, asumieron en los ministerios de Desarrollo Social, de Vivienda y Hábitat y de Trabajo.»

Todo un clima de pacto, concordancia y contubernio que no nos sorprende pero que no soslayamos y que, en todo caso, es una alerta más a la hora de organizar las luchas presentes y por venir.

Nota:
1. Familiares y compañeros de Darío denunciaron esta reunión, así como la continuidad de los represores en el gobierno.

8 DE MARZO CONTRA EL ESTADO Y EL CAPITAL

Es muy significativo que en el imaginario popular se haya instaurado como origen del 8 de marzo una historia de mujeres que fueron víctimas, en este caso de un incendio en una fábrica textil de Nueva York. Se eluden además los hechos reales, puesto que las trabajadoras habían sido iniciadoras de una combativa huelga por sus condiciones de existencia. El incendio, ocurrido el 25 de marzo de 1911, puso de manifiesto la terrible realidad laboral que venían enfrentando las mujeres inmigrantes.

Hoy como ayer es preciso retomar la lucha internacional de las mujeres proletarias, pero por la emancipación total y no por más derechos, sino por otra vida. No desde la victimización sino desde la fuerza rebelde. Tampoco desde las conferencias de quienes pretenden representarnos para llevarnos a votar, sino por fuera de y contra las organizaciones, partidos y movimientos del Estado que, a fin de cuentas, es quien brega por el orden de cosas que nos mantienen en la opresión y la explotación.

Al 8 de marzo debemos asumirlo como un día de lucha, de memoria, otra buena ocasión para reconocernos y reflexionar colectivamente.

Sabemos que las circunstancias a las que nos enfrentamos no son nada sencillas y nos movilizan a preguntarnos muchas cosas. Queremos mejorar nuestras condiciones en lo inmediato. No queremos ser encarceladas por abortar, ni tratadas como cuerpos-objeto a los que violar, traficar y asesinar. Pero, ¿para qué nos sirve pedirle al sistema que nos reduce a estos roles, nos encarcela y subyuga, que cambie esta situación? ¿Por qué no pensar en la posibilidad de superar de raíz este estado de cosas? También en esto tenemos que pensar mientras nos encontramos en la calle, y a esto nos referimos cuando proponemos profundizar la lucha. Para no dejar de lado tantos esfuerzos de compañeras del pasado que, como nosotras en el presente, pararon y salieron a la calle masivamente. Los avances logrados fueron parciales, sus límites no permitieron que la situación de las mujeres cambie porque es imposible que se transforme sin transformar todo, porque nuestra lucha se opone prácticamente a este sistema cosificador y valorizador de nuestras vidas.

TEMPERAMENTO RADIO

Desde 2014 programa de radio on-line de crítica anticapitalista, actualidad regional e internacional, historia, libros y canciones.

Para las últimos emisiones entrevistamos a compañeros y compañeras de distintas regiones de Chile involucrados en la revuelta, de Ecuador y de Colombia. Abordando también la lucha de clases en Medio Oriente así como las luchas contra los megaproyectos en esta región.