sábado, 19 de agosto de 2017

¡APARICIÓN CON VIDA DE SANTIAGO MALDONADO! ¡LIBERTAD A FACUNDO JONES HUALA!

En esta edición especial de La Oveja Negra, entre las reflexiones surgidas al calor de la lucha, incluimos una serie de textos, panfletos y palabras que circularon en las calles del territorio dominado por el Estado argentino. La lucha se desató en las últimas semanas como respuesta a la desaparición forzada de Santiago Maldonado, en el marco de la lucha mapuche en Cushamen.

¡Aparición con vida de Santiago Maldonado!
¡Libertad a Facundo Jones Huala!

¡Terrorista es el Estado!

Solicitamos su más amplia difusión. Se puede descargar el boletín listo para imprimir.





PANFLETO REPARTIDO EN ROSARIO EL 8 DE AGOSTO

Recientemente el Estado argentino inició una nueva avanzada represiva contra la comunidad mapuche en lucha en Cushamen, Chubut. En junio, Facundo Jones Huala, referente de la comunidad, fue detenido nuevamente, esta vez de forma ilegal. Facundo ya enfrentó este proceso, pasando cuatro meses preso, hasta que en septiembre de 2016 se lo declaró nulo por una serie de irregularidades, que van desde el espionaje ilegal de un agente de inteligencia hasta la tortura a un miembro de la comunidad mapuche por parte de la policía de Chubut.

A fines de julio, en Esquel y Bariloche, se llevaron a cabo dos movilizaciones en repudio a esta situación, siendo reprimidas y varios manifestantes encarcelados e inclusive desaparecidos durante horas.

A raíz de todo esto Facundo inició una huelga de hambre que mantiene hasta el día de hoy.

El corolario represivo tuvo lugar el martes primero de agosto, cuando Gendarmería Nacional y la policía provincial irrumpieron en la zona de tierras recuperadas a Benetton por el Lof en resistencia de Cushamen, allanando, reprimiendo e incendiando. Todo esto sin orden judicial.

En esta represión desapareció Santiago Maldonado, quien no siendo mapuche se solidarizó cuerpo a cuerpo con esta lucha. Fue visto por última vez huyendo de las balas y luego apresado por Gendarmería. Ahora está desaparecido.

Desde marzo de 2015 se viene llevando a cabo una persecución despiadada a esta expresión del pueblo mapuche en lucha. El Estado los persigue por la recuperación de tierras ancestrales de las que fueron privados por medio de la violencia.

Nos solidarizamos, apoyamos y luchamos junto a quienes se rebelan contra este orden, junto a quienes luchan por la vida y contra el Capital.

¡Terrorista es el Estado!

DOS AÑOS DE INTENSA LUCHA EN EL SUR

La situación actual, naturalmente, no viene de la nada, pero nos retrotraemos a algunos años atrás para comprender qué está sucediendo por allí. El trece de marzo de 2015 se dio inicio a un «Proceso de Recuperación Territorial Productiva a la multinacional Benetton, en el sector Leleque Ranguilhauo-Vuelta del Río» por parte de las Lof en resistencia del Departamento Cushamen, Chubut. Para «aportar a la Reconstrucción Política-Filosófica de la Nación Mapuche» (Declaración Pública Pu Lof, 13/03/15).

Durante ese año el conflicto del pueblo mapuche logró visibilizarse y con ellos otros sectores en las provincias de Neuquén, Chubut y Río Negro.

Pero fue la conflictividad en la comunidad de Cushamen la que más alboroto causó a la desagradable normalidad disciplinada que es carne y hueso entre los explotados.

En 2015 se desató la lucha y los miembros de la comunidad fueron varias veces reprimidos, encarcelados y espiados, bajo la presión del Juez Zachinno, intentando judicializarlos, no por la usurpación de la tierra, sino buscando aplicar la Ley Antiterrorista.

En junio de 2016 fueron detenidas siete personas, entre ellas, Facundo Jones Huala, luego de una brutal represión en la que Policía e Infantería dispararon con balas de gomas y gases lacrimógenos a hombres, mujeres y niños. Esto fue en el marco de un allanamiento a la comunidad, acusándolos de robar unos animales de Benetton. Se desarrolló también una situación de conflicto con el paso del tren turístico La Trochita por tierras donde habita la comunidad mapuche.

En agosto se inició el proceso por la extradición de Facundo Jones Huala a pedido del Estado chileno, acusándolo de actos vandálicos en la zona de Pilmaikén. Facundo y sus familiares fueron calificados de terroristas y autores de delitos basados en investigaciones ilegales de espías de la Agencia Federal de Investigaciones. Se declaró la nulidad de este proceso y Facundo recuperó su libertad. Asimismo, hubo una saturación inmediata de efectivos de la Gendarmería Nacional en la zona.

En enero de 2017 se desplegó otra represión brutal, en la que las fuerzas armadas incomunicaron la comunidad. Luego, una camioneta disparó hacia allí hiriendo, con peligro de muerte, a dos personas que lograron huir cruzando un río para ser socorridas en un automóvil y trasladadas a un hospital de Río Negro, dada la persecución desatada en Chubut. La imagen que se difundió del compañero con un disparo en la cara está clavada en nuestra retina.

En junio, nuevamente, fue detenido Facundo por el proceso anterior. Este arresto es calificado, por la defensa y por Facundo, como una persecución política coordinada entre los gobiernos de Argentina y Chile.

Un mes más tarde, las balas, el hostigamiento y la difamación de los medios de comunicación volvieron a golpear a los compañeros de Cushamen con dos fuertes represiones y, finalmente, en agosto, con la desaparición de Santiago Maldonado, quien se encontraba en el territorio de la comunidad solidarizándose cuando irrumpió la Gendarmería con violencia.

«Nos tiraban con nueve milímetros, con escopetas y con piedras algunos. No les importaba nuestra vida a la Gendarmería. Ellos vinieron a matar a uno acá. El compañero nadó hasta una parte y al ver que las piedras llovían de arriba y los tiros no cesaban, decidió volverse para la orilla. Y ahí es donde hay otro peñi que lo ve al compañero Santiago agarrado de una rama, con el agua hasta las rodillas y los gendarmes arriba. Y después hay otro peñi más que también ve a tres efectivos de la Gendarmería que están golpeando a alguien que no logra reconocer.

Ahí sale el Unimog cargado. Sube hasta el cruce de allá. Y vemos cómo se atraviesa una camioneta blanca junto al Unimog. Varios gendarmes hacen una pantalla para que no se vea lo que están haciendo. Y la camioneta blanca de Gendarmería sale para allá, como rumbo a Esquel. Por eso no hay la menor duda de que se lo llevó la Gendarmería.» (Extracto de una entrevista realizada por Revista Cítrica el día 14 de agosto)

COMPARTIMOS LAS PALABRAS DE UN COMPAÑERO

Compartimos las palabras de un compañero en la Jornada de difusión ¡Libertad a Facundo Jones Huala! del 14 de julio en Rosario, a dos semanas de su detención:
Cuando el compañero quedó en la calle nosotros no lo podíamos creer de la alegría. Fue como cuando liberaron a Higui. Nosotros pensábamos: «mirá qué importante loco, liberaron a un compañero que estaba metido hasta acá en la mierda de las cárceles del Estado». Cuando lo liberaron no lo podíamos creer. Y pensábamos: con qué van a venir ahora, de qué manera van a intentar humillarnos, de qué manera van a intentar ponernos de rodillas, de qué manera van a tratar de someter a la comunidad mapuche...

Hoy, una vez más, nos juntamos acá –y mirá el frío que hace. Imagínense el frío que hace en una cárcel de Esquel. Imagínense el frío que hace en la comunidad mapuche. Pienso que vamos a tener que seguir haciendo esto porque estamos en Rosario, no estamos en Esquel, y de alguna manera tenemos que lograr que no solo nosotros, sino también la gente que está completamente apática, se involucre con la campaña por la liberación inmediata del compañero, se involucre para repudiar la represión que está sufriendo la comunidad mapuche. Y, por otro lado, compañeros, entender nosotros mismos que la acción directa y la lucha no se terminan. Ni aunque mañana Facundo o nosotros no estemos. No se termina porque los sistemas de ideas no puedan entender la realidad, no se termina porque los sindicatos no se movilicen, no se termina compañeros. La lucha existe, la solidaridad existe. Y la solidaridad revolucionaria es necesaria, porque la solidaridad revolucionaria, que no es la beneficencia, es la solidaridad entre explotados, es universal compañeros. Y es un medio para lograr la liberación.

Liberar a Facundo es indispensable pero también lo es destruir al Estado que lo encarcela, destruir a la sociedad que necesita cárceles para meter a la gente que es díscola. Y para que la lucha se termine no van a poder aniquilar a los compañeros como han hecho años atrás. Porque la lucha continúa. Porque para que la lucha se termine tendría que dejar de existir la burguesía y tendría que dejar de existir el Estado. Tendría que ser una sociedad completamente libre para que el antagonismo se termine. Mientras, vamos a seguir firmes compañeros. Esperamos vernos la próxima y escucharlo de nuevo a Facundo y seguir firme la lucha. Ojalá, pronto, lo veamos libre y recordemos siempre el ejemplo más valioso que nos están dando los compañeros de la comunidad del Sur. Enfrentarse sin reticencias a la burguesía, ser implacables lo más que se pueda en la medida de nuestra fuerza, en el grado de minoridad que nos encontremos. No pedir y no rogar al Estado. Devolverle golpe por golpe las agresiones a las que nos somete este sistema de mierda, compañeros.

BENETTON, MACRI Y MÁS ALLÁ

The Argentinian Southern Land Company fue fundada en Londres en 1889 para realizar actividades comerciales en la Patagonia. En 1896 fue beneficiada con la donación de diez estancias, de casi noventa mil hectáreas cada una. A cambio de financiar la Campaña del Desierto, obtuvo tierras estratégicas para el desarrollo del ferrocarril que le sirvió para exportar la producción ganadera. En 1982, la empresa tradujo su nombre –Compañía de Tierras del Sud Argentino– e integró su directorio con un 60% de directores argentinos. Ese paquete accionario fue comprado en 1991 por Benetton por cincuenta millones de dólares.

Allí y ahora se enfrenta a Benetton, como otras luchas deben combatir los desalojos de diferentes burgueses extranjeros y locales, como Marcelo Tinelli. Muchas veces, quienes señalan a una multinacional, no lo hacen de manera inocente, quieren acusar a los capitales extranjeros para beneficiar a la burguesía local. Pero esos problemas interburgueses no deben preocuparnos, quienes trabajamos para ellos somos despedidos, desalojados y hasta reprimidos. Y somos siempre los mismos.

Del mismo modo, no es posible que otro tipo de gobierno «más a la izquierda», «más progresista», «más democrático» pueda oponerse a las multinacionales.

Como ya hemos publicado: los últimos años de gobiernos progresistas en la región latinoamericana han demostrado la profunda implicación de la izquierda y el progresismo en el desarrollo capitalista. No solo no han cuestionado los modelos productivos heredados, sino que los han profundizado enormemente. El extractivismo con monocultivos transgénicos y agrotóxicos, la carrera energética que desconoce todo tipo de límites e impulsa proyectos como el de Vaca Muerta en la cuenca neuquina, y los planes megalómanos de infraestructura para el transporte, como el IIRSA, son algunos de los principales ejemplos.

Pero, lo que es esencial entender, es que el antagonismo social entre burguesía y proletariado no se soluciona con diferentes políticas. Y que nunca, jamás, la burguesía va a defender la tierra ni nuestras vidas. Y, por burguesía, no nos referimos solamente a millonarios de la talla de Benetton o Lewis, sino también a los Macri, los Kirchner y a todos aquellos que viven de extraer y devastar la vida ajena.

SOLIDARIDAD ACTIVA CON LA COMUNIDAD MAPUCHE EN RESISTENCIA

La comunidad mapuche de Cushamen está en lucha desde hace años. Ahora, el conflicto mapuche se instala en Argentina como una novedad. Tanto en las estériles organizaciones democratistas y de izquierda, como en las horrendas organizaciones patronales. En las escatológicas expresiones de la prensa y en la siempre vigilante actividad del partido que gobierne. El conflicto mapuche, sus razones y sus objetivos están siendo abordados constantemente. Para quienes tienen el oído en guardia esto se torna evidente.

La cuestión mapuche está planteada a los lados de Argentina y Chile: búsqueda de autodeterminación territorial, recuperación de tierras ancestrales y de su identidad cultural. Estas reivindicaciones se conjugan, necesariamente, en la oposición a distintos intentos de devastación de la naturaleza y en el contacto con otros explotados en lucha.

Mandatarios de ambos países se reunieron en junio, con una cámara de trescientos empresarios, para delinear un plan de desarrollo económico que tendrá, también, un matiz represivo a quienes se resistan. La detención de Facundo es vinculada por su defensa a esta reunión. A ambos costados de la frontera, los gobiernos delinean las futuras represiones.

Al interior del pueblo mapuche coexisten posiciones sumamente diversas en cuanto a la lucha. Por momentos, de conciliación con el Estado y las empresas (búsqueda de plurinacionalidad y cogestión de los Parques Nacionales). Otras veces, buscando, mediante la lucha abierta, conseguir la independencia y autonomía, adoptando y propugnando, en algunos casos, la defensa frente al constante asedio capitalista: acciones directas del tipo minoritario y sin víctimas.

En Cushamen, el Estado, en su carácter esencial de detentor del monopolio de la violencia y despojo permanente, busca impedir que las tierras sean ocupadas y recuperadas. Se desprende que la tierra es para especulaciones de tipo financiero, antes que para la necesidad de una comunidad. La recuperación territorial es condenada. Esta condena, desde la óptica estatista, implica una campaña permanente de prevención (espionaje), contención (a través de organizaciones reformistas en busca de migajas) y represión a los sectores que no se arrodillen y luchen. Intentar oponer resistencia a la violencia estatal es un crimen imperdonable. Este crimen imperdonable es condenado bajo el mote de «terrorismo».
LEY ANTITERRORISTA:

Es una reforma al código penal que tipifica el terrorismo y define las “asociaciones ilícitas terroristas” como aquellas que tienen como propósito «aterrorizar a la población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo». A partir de ahora* , puede ser “terrorista” cualquier persona u organización acusada de promover el odio, el terror o que, según el poderoso de turno, ejerza “coacción agravada”, definición que queda abierta para que los jueces puedan calificar así la conducta que crean oportuna castigar. Este tipo de leyes son impuestas a los mismos gobiernos por las empresas que vienen a invertir en la región, para asegurarse un mínimo de paz social y de herramientas de castigo ante las probables protestas por despidos, sueldos, desalojos y destrucción que la avaricia de cualquier empresa multinacional genera.
(Extracto del panfleto: Cuando los males llegan –julio de 2014 )
* Se refiere a la modificación introducida en el 2011 a la Ley Antiterrorista, sancionada en el año 2007, ambas bajo el gobierno kirchnerista.
Rafael Barrett escribía que «La ley se establece para conservar y robustecer las posiciones de la minoría dominante. Así, en los tiempos presentes, en que el arma de la minoría es el dinero, el objeto principal de las leyes consiste en mantener inalterables la riqueza del rico y la pobreza del pobre. La idea de justicia que favorece al poderoso habría de parecerle muy justa a éste e injusta al humilde. Sin embargo, nace la idea en sentido contrario: el poderoso encuentra la ley todavía estrecha a su deseo, ya que él mismo la dictó y es capaz de hacer otras nuevas. De todos modos, qué importa que los poderosos juzguen a los débiles según su capricho o según la ley, que no es más que el capricho de los poderosos de ayer.»

PALABRAS DE SANTIAGO MALDONADO

Leídas por su hermano, Sergio Maldonado, en la manifestación del 11 de agosto en Buenos Aires, quien las encontró la noche anterior entre las cosas de Santiago:
«Hola querida población, somos el Gobierno, somos tu Gobierno. Somos los que nos apoderamos de tu vida. A cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día. Cada instante que pasa por tu reloj y tu cabeza, te decimos cómo tenés que vivir. Somos los que premiamos a los represores, torturadores y explotadores y castigamos a los que no son como queremos que sean. Y, como si esto fuera poco, aparte de que existe la cárcel, la tortura, la represión y la explotación en la vida cotidiana perpetuada por las autoridades, ejércitos, jueces, policías, fiscales, políticos y demás mequetrefes cómplices y mercenarios, como empresarios que sustentan esta miseria y esclavitud, instalándola en todas las relaciones de nuestras vidas.

Instalaremos muchas cámaras de vigilancia para no dejarte ser libre. A todos lados que vayas quedará tu grabación capturada. Te podremos ver cuando querramos y comentar cualquier tema sobre ti. Si no eras libre hasta ahora, menos lo serás bajo el sistema Gran Hermano, donde el dios que todo lo ve y todo lo sabe, respetando a los poderosos para controlarnos mejor.

Se dice que el problema es la Inseguridad, que los delincuentes son el problema de todos nuestros males, pero nadie se cuestiona la raíz de los problemas: es un mundo artificial, donde el valor del intercambio material es el dinero, que genera desigualdades. Porque hay distintos tipos de clases sociales y costumbres, por lo cual, comienzan a aparecer sometidos/as y sometedores/as. Por lo que viene al caso, el poder y el dinero corrompen a las personas. Porque el dinero genera poder y el poder es respaldado por el dinero, y viceversa, dejando atrás todo tipo de buenos valores, verdaderas relaciones humanas de sentimientos y honestidad».

* Ver video de la lectura del texto.

PALABRAS DE UN COMPAÑERO

Palabras de un compañero en la manifestación del lunes 7 de agosto, por la aparición de Santiago Maldonado en Capital Federal:
El Estado y no solo el gobierno de turno, como muchos dicen para ocultar la verdad, viene secuestrando, torturando y asesinando personas desde que existe, en todas las regiones del mundo.

Su poder se reafirma ante la sociedad mediante el uso de las fuerzas represivas. Puntualmente en el territorio mapuche, desde el regreso de la democracia, el Estado ha desaparecido a un centenar de personas. Los sectores que compiten por el poder buscan utilizar la desaparición de Santiago, un compañero anarquista, siendo que cualquier grupo que busca el poder lo que hace es reafirmar este mundo opresivo y sus relaciones, sus instituciones, la explotación de los cuerpos por la jerarquía, la policía.

Anarquistas, personas solidarias y luchadoras, con pensamientos y voluntad propias, fueron perseguidas y asesinadas en todos los gobiernos dictatoriales y democráticos, fascistas, leninistas o peronistas.

La desaparición de Santiago nos indigna, nos duele, pero, al fin de cuenta, no nos sorprende, reafirma lo que sabemos del Estado: una institución para explotar y reprimir. Y por eso es que constantemente desaparecen mujeres y niñas, por la explotación sexual o hacinando las cárceles con personas marginalizadas por la pobreza. Frente a esto, la lógica de los Derechos Humanos, pidiéndole justicia al torturador declarado, afirma la impotencia de luchar en el terreno de lo que impone el Estado, el respeto a las normas del poder y la institucionalidad que esconde la brutalidad de la explotación. 

Situarse en la crudeza del conflicto implica rechazar la realidad construida por la jerarquía y propiciar las formas organizativas que propician la libertad. Hay que extender la solidaridad, que siente las bases para una sociedad libre, sin Estado, sin políticos, sin empresarios, sin cuerpos policiales.

¡Por la organización de la sociedad sin gobierno! ¡Viva la lucha social de la Revolución!

EL ESTADO PRESENTE

No es la ausencia del Estado lo que da como resultado estas circunstancias, sino su presencia brutal, a través de sus políticos, sus gendarmes, su policía y la complicidad ciudadana. Es el Estado el que reprime, balea y aterroriza a los mapuche y es el Estado el que mantiene desaparecido a Santiago.
Del mismo modo, en cada secuestro de una mujer para trata, no hay un Estado ausente, sino un estado cómplice.

La ministra de seguridad Patricia Bullrich ladró: «esto no ha sido una desaparición forzosa y la Gendarmería no ha detenido en el lugar a Santiago Maldonado ni en ningún lugar», agregando que «de ninguna manera vamos a aceptar que se plantee que esta es una desaparición forzosa, en la medida que eso es una construcción».

Santiago está desaparecido desde el primero de agosto, apresado por Gendarmería Nacional. La última vez que lo vieron, huía de las balas que los gendarmes disparaban durante una irrupción violenta y sin orden judicial, en la comunidad mapuche de Cushamen, Chubut.

Santiago está desaparecido por luchar. Frente a una nueva avanzada del Estado, que busca aislar y reprimir a la comunidad mapuche, él decidió ir contra la corriente para solidarizarse. Los rebeldes del mundo no pensamos que hay que actuar porque «me puede pasar a mí o a mis seres queridos».

Santiago y la comunidad mapuche no están solos. Las movilizaciones por su aparición con vida recorren las calles de Argentina y de otros países. Algunas, en distintas localidades, fueron reprimidas. Y ante el pedido al Estado, éste, con toda la violencia de su ley, allanó el sábado 12 la Biblioteca del Río, en el Bolsón, donde Santiago estaba viviendo.

Con toda la impunidad de sus propias leyes, también hicieron las pericias en sus automóviles ya lavados. ¡Ni barro tenían!* Y pudieron entrar en la Lof a sus anchas aunque los periodistas y gobernantes digan lo contrario; aunque digan que se les prohibió el paso porque, según ellos, los mapuche creen tener «un Estado dentro de otro Estado», que sería el argentino.


* A pesar de esto, en una de las camionetas se encontraron pelos y rastros de sangre, cuyos análisis de ADN aún no dieron resultados.

PANFLETO ANÓNIMO DE COMPAÑEROS CERCANOS A SANTIAGO

El 1 de agosto, como tantas otras veces, el Estado argentino hizo uso del monopolio de la violencia.

Desde ese día buscamos a Santiago Maldonado, el Lechuga o el Brujo, para nosotros. Un joven anarquista que se encontraba por solidaridad en la comunidad mapuche de Cushamen.

La Gendarmería atacó a la comunidad, que viene resistiendo con dignidad una pelea por su vida, teniendo que enfrentar al Estado argentino, el chileno y a una multinacional como Benetton. El Estado ataca, como lo hace con cualquiera que levante la cabeza. No le importa que sea un pibe o una piba de barrio, laburantes que se organicen, comunidades originarias o militantes sociales. Atacaron, quizás sin saberlo, a la solidaridad porque no la entienden, no les entra en la cabeza que una persona tenga convicciones, quiera cambiar este mundo de mierda y actúe en consecuencia.

Que digan lo que quieran, que inventen las historias que más les sirvan para encuadrarnos en su Código Penal. Sabemos que el Estado secuestra, mata o tortura para conservar el privilegio, los medios de vida y la tierra en manos de sus socios. No nos importa, porque no somos estadísticas. 

Santiago, el Lechuga, no es un número en la lista de la que se pueda jactar el Estado. Es una persona de carne y hueso que falta a la familia y, a la vez, un compañero que estamos buscando.

La comunidad permanece en el territorio, con la dignidad que jamás va a tener un burócrata del Estado, sea del color que sea, y mucho menos esos tipos armados al servicio del poder de turno o al patrón de siempre. Facundo Jones Huala sigue preso y en huelga de hambre, jugándose su propia existencia por su gente y sus formas de ver y entender la vida. Santiago Maldonado, el Lechuga, sigue desaparecido por ser solidario.

A Facundo: como dicen ustedes, newen peñi, seguimos en la calle.
A Lechuga: te estamos buscando compañero y no vamos a bajar los brazos.

LA REPRESIÓN SE AGUDIZÓ

La profundización de la represión, así como su aceptación social, no es algo de los últimos meses. La desaparición de luchadores y la muerte de jóvenes en manos de la policía tampoco. El gobierno de los Derechos Humanos, con la excusa del narcotráfico y la inseguridad, invadió con su Gendarmería Nacional todos los barrios del país. Donde algunos ven una “grieta”, nosotros solo vemos continuidad.

A principios de agosto de este año se nacionalizó el cerco informativo, con difamación y mentiras permanentes para desprestigiar los reclamos de la comunidad mapuche, que no son solo en torno a la propiedad de la tierra, sino también sobre el modo de vida en la tierra.

En estos años, se acusó a los mapuche de estar vinculados a las FARC, a ETA, a una supuesta invasión inglesa y, últimamente, resuena su vinculación con el anarquismo. En Chile, donde el Estado se despacha sin clemencia contra las comunidades en lucha, esto se ha vuelto recurrente.

Hace siglos que a los revolucionarios y sectores en lucha se los estigmatiza y persigue, bajo distintos motes. Esto sirve para aislar, para neutralizar, para hacer más fácil la persecución, haciendo distinguibles a los sectores combativos ante los ojos del resto de la sociedad, la cual, a través de estas simplificaciones categóricas, va a garantizar por acción u omisión la delación y la vigilancia.

La mentira es esencial en el orden capitalista y sus falsos críticos. Por un lado, se comenzó un operativo nacional de propaganda para difamar la lucha de la comunidad mapuche en el sur argentino. Varios medios masivos de comunicación vienen articulando un discurso reaccionario. TN, Clarín, Crónica, Infobae, La Nación y tantos otros medios regionales insisten en confundir a la comunidad mapuche con la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), a la RAM con los anarquistas, a las herramientas para labrar la tierra con arsenales terroristas...

Pero los discursos por sí solos no sirven de mucho, siempre vienen a acompañar el garrote. Los discursos nauseabundos, malintencionados y llenos de estupidez de los periodistas son el festejo de las irrupciones en la vida de las personas, de las golpizas en las movilizaciones y los allanamientos.

LA OTRA REPRESIÓN

En tiempos de elecciones, la miseria política mostró también su cara. Quienes quieren la renuncia de Bullrich o de cualquier funcionario de Cambiemos han intentado instrumentalizar la desaparición, la cárcel y el hostigamiento para fines electoraleros. Esto es aún más sorprendente cuando ni Facundo, ni Santiago, ni toda la comunidad en lucha apoya a ningún partido político y, mucho menos, estaban en campaña, porque no lo han estado nunca.

Nosotros responsabilizamos al Estado y a todos sus funcionarios. Si los mencionamos con nombre y apellido, como a la miserable Patricia Bullrich, es para no olvidarnos que esos grises agentes del Capital son seres humanos de carne y hueso. Despersonalizar la historia es renunciar a actuar. No detestar a los que nos dominan lleva al peor de los conformismos. Pero, una cosa es comprender esto y, otra muy distinta, es partir del pedido de renuncia y buscar luego cualquier “argumento” para cambiar al gobernante de turno.

Otro tipo de represión y censura más sutil ha sido la ejercida por los medios masivos de comunicación que responden al oficialismo y a la oposición misma. La década ganada del kirchnerismo se erige sobre la derrota de los movimientos sociales. Estos últimos años la movilización social ha sido reprimida abiertamente o reprimida asimilándola e institucionalizándola; en fin, ha sido democratizada.

Aquello de que quienes «quieren cambiar el modelo económico de país lo que deben hacer es organizar un partido político, presentarse a elecciones y ganarlas» (Cristina Fernández de Kirchner) es una máxima actual. Y todo aquel que se salga de las urnas y los petitorios, que tome la lucha directamente por sus propios medios será motivo de burla, cuando no, acusado de infiltrado o desestabilizador a sueldo para alguna fracción burguesa.

Quienes siempre responden al interés de algún empresario, a la competencia burguesa, y se mueven toscamente con el chaleco de fuerza de la institucionalidad no pueden ver nada más allá de su propia realidad.

Claro que el Estado crea sus montajes para encarcelar y reprimir, claro que hasta tiene sus infiltrados y cometió, comete y cometerá, en cualquier lugar del mundo, atentados para culpabilizar a algún sector en lucha. Pero eso no significa que los oprimidos y explotados, la clase proletaria mundial, no asume la acción directa para luchar por lo que quiere.

¿Y si las acciones consideradas violentas por quienes mantienen el monopolio de la violencia no fuesen un montaje? ¿Y si no aceptamos mediaciones para luchar? De un lado y del otro de “la grieta” preparan la represión, el señalamiento y abren los portones de la cárcel. Su mensaje es claro: cualquiera que no vaya por las vías electorales y sindicales o que no se quiera encorsetar en el terreno leguleyo que plantean las organizaciones de derechos humanos debe ser, como mínimo, sospechado.

Por eso, para instrumentalizar la lucha de Facundo Jones Huala y toda la comunidad en lucha deben censurarlo, ridiculizarlo y victimizarlo. Exponerlo, como un pobrecito de los pueblos originarios, y callar los llamados a la lucha que hace el compañero. Por eso, si es que lo mencionan, hablan en su nombre y ocultan sus acciones y sus reflexiones.

¡CONTRA EL ESTADO Y SUS REPRESORES! ¡CON LOS REBELDES SIEMPRE!

Hoy, con un compañero desaparecido, hoy, que tenemos el puño cerrado en una mano mientras secamos lágrimas con la otra, ponemos en común una serie de reflexiones nacidas a partir de la lucha de los compañeros y compañeras de la Lof en Resistencia en el Departamento de Cushamen. De la defensa de la acción directa y la lucha por una Revolución con la que nos interpelaron en comunicados y declaraciones. De la búsqueda de un levantamiento de los oprimidos contra los opresores.

Donde hay rebeldía, hay también reflexión, actividad, lucha, solidaridad. Estos son los medios para realizar nuestras necesidades.

Esta lucha, que desarrolla la comunidad mapuche, es un esfuerzo que nos enlaza con ellos y con innumerables esfuerzos del pasado, del presente y del futuro.

Que el miedo no nos paralice, que el dolor no nos engañe y que la complicidad solidaria se extienda. Afirmémonos en la acción para mantenernos de pie, para ser hoy, más que nunca, compañeros.

Vayamos a la raíz del problema. No hablemos el lenguaje de los amos, sino el de los rebeldes, con las heridas abiertas y los puños cerrados.