lunes, 7 de septiembre de 2015

HABLANDO CON LAS PAREDES: «MI CUERPO ES MÍO»

Los inconformes hacen hablar a las paredes para reflexionar, para agitar, para sorprender al transeúnte distraído. Nosotros queremos hablar con las paredes para profundizar lo que gritan.

Una frase que podemos encontrar en algunas paredes y que resuena bastante entre los círculos feministas grita «mi cuerpo es mío». Comprendemos la delicadeza del tema en una época de victimización constante de la mujer impulsada por el Estado, y es justamente por ello que consideramos importante evidenciar lo peligroso de concebir al cuerpo primero como a un elemento separado de nuestro ser, nuestro entorno, y luego como a una propiedad privada. ¿Mi cuerpo es mío porque si quiero puedo venderlo, intercambiarlo? Tras esta afirmación se oculta la reproducción de la lógica del enemigo, que entiende a nuestros cuerpos como un medio, un instrumento sometido a las necesidades del Capital. De esta manera, nuestros cuerpos y nuestra actividad, pertenecen a este sistema de muerte como esclavos de los requerimientos de la producción capitalista cuando cada día al trabajar intercambiamos nuestra fuerza vital por dinero, reproduciendo una y otra vez una vida de miseria. No nos dejemos engañar con su lógica hablando el lenguaje de los opresores. Estamos en contra de toda propiedad privada y separación, porque la propiedad privada y las separaciones estan en contra de nuestras vidas. No se trata de cambiar de dueño, sino de suprimir de manera definitiva las condiciones que posibilitan su existencia.

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