Las gestiones corruptas en las comunas de Río Gallegos y Caleta Olivia colapsaron, mientras el reclamo salarial de los obreros y empleados municipales amenaza con agudizar la tensión y la conflictividad social. En Río Gallegos, renunció el intendente y en la Zona Norte aumentan los despidos y la incertidumbre entre los obreros del petróleo y la minería. Se robaron todo, y los trabajadores pagan los platos rotos.
Origen del conflicto en Río Gallegos
En esta localidad de Santa Cruz, trabajadores de la municipalidad iniciaron en marzo una serie de medidas de fuerza exigiendo principalmente el cumplimiento del aumento salarial del 15%, acordado en paritarias el año anterior. Asimismo, denunciaron que desde hace casi un año vienen sufriendo acoso y maltrato laboral por parte de funcionarios del área de saneamiento urbano, reclamando el desplazamiento de sus respectivos cargos, sin encontrar soluciones. El secretario de Gobierno municipal, Roberto Toledo, aclaró que el Ejecutivo no presentó una nueva oferta salarial al SOEM (Sindicato de Obreros y Empleados Municipales), de manera formal ni informal, por lo que los trabajadores decidieron endurecer las medidas de fuerza con quema de cubiertas, corte de calles y rutas; éste sería en adelante el método característico de los municipales y el principal argumento en su contra por parte de los funcionarios públicos, la prensa local y por tanto la opinión dominante a nivel social.
Son 4.000 la cantidad de municipales afectados, aunque se sospecha que 1.000 y más también son personas que cobran un sueldo y no trabajan, naturalmente por motivos políticos. La categoría más baja cobra aproximadamente 9.800 pesos, y el 15% significaría 1.200 pesos de aumento. El municipio necesitaba 50 millones de pesos para pagar normalmente los haberes, pero a la hora de la verdad dijeron que solo tenían 340 mil pesos.
«Sin 15 % no hay campaña»
Sin respuesta a sus reclamos, y viendo cómo se orquestaba todo para las elecciones, los participantes votaron la consigna «Sin 15 % no hay campaña». Dicha consigna conllevaba la acción de arrancar la cartelería de la calle, tapar afiches y murales con consignas electorales, escrachar locales de la UCR, del PRO, del FPV y del Peraltismo (kirchneristas del gobierno provincial). El momento cúlmine tuvo lugar dos días antes de las PASO de agosto, cuando se endurecieron las medidas por una semana más con retención de tareas y actividad sindical en corralones y todo edificio municipal.
Ya el 2 de julio, precisamente tras la llegada de Máximo Kirchner, precandidato a diputado nacional, y otras ratas del FPV como Zannini y Scioli, se cortaron los accesos principales de la autovía 17 de Octubre, con quema de gomas y de cartelería política. En consecuencia, se militarizó la ciudad con helicópteros, camiones, gendarmes y policías, para proteger a los funcionarios y aislar la lucha de los trabajadores. También durante esta semana grupos de municipales cortaron la Ruta Nacional N° 3 y comenzaron a escrachar casas de funcionarios, locales comerciales de familiares de Cantín, unidades básicas K y comités radicales y del PRO.
El 15 de julio, trabajadoras comunales decidieron tomar pacíficamente el municipio e iniciar una huelga de hambre, que culminó una semana después tras pagarse el sueldo que tenían adeudado del mes de junio. El 24 de ese mismo mes renunció el intendente Raúl Cantín, y asumió Pablo Grasso, todos de la camada kirchnerista. El día 7 de agosto, y dado que todavía se adeudaba el pago del salario del mes de julio, se retomó como medida la quema de gomas frente al edificio municipal, bloqueando la entrada y salida de los edificios y de los corralones, éstos últimos ubicados en otro sector de la ciudad y custodiados por gendarmería nacional. Al respecto el actual intendente inició una denuncia en contra de los participantes frente al edificio municipal, configurado como delito de privación ilegítima de la libertad.
Al día de escribir este artículo, el SOEM procedió a la suspensión de la huelga por la demanda del 15% de incremento salarial, tras casi 5 meses de paralizar las prestaciones que brinda la comuna a toda la sociedad riogalleguense. Esto fue por determinación del Juez Civil Francisco Marinkovic, que con el pretexto de la protección del medio ambiente había estado trabajando con la patronal municipal, aplicando diversas sanciones contra el SOEM, multas y exigencias de suspensión de las medidas en áreas críticas, para llegar finalmente a la resolución del 11 de agosto de declarar la emergencia ambiental, prohibir la quema de gomas y suspender la medida para que el municipio recaude parte de lo que había robado y siga así girando la rueda del orden social dominante.
Ya en julio, la clase dominante había tenido un pequeño triunfo, cuando a través de una resolución judicial decidió que «el personal que presta servicios en las áreas de recolección de residuos y mantenimiento de redes pluvio-cloacales deberá cumplir con la JORNADA NORMAL DE TRABAJO, medida aplicable a todo el personal de estas áreas, esté o no esté adherido a la medida.» (1) Esto implicaba lisa y llanamente para la clase dominada que no sólo volverían a laburar sin aumento, sino que ni siquiera habrían de cobrar los haberes en la manera correspondiente. Allí la Justicia demostró nuevamente cuál es su función social, la de estar en contra de los intereses de los trabajadores.
Sin embargo, a pesar de esta suspensión de medida, ya se sabe que durante estos 15 días no va a haber una propuesta salarial, por lo que la asamblea del 4 de septiembre muy probablemente vuelva al paro, y es allí donde el conflicto de los municipales se inscribirá en tiempo presente y donde deberemos brindarles todo nuestro apoyo. A pesar de sus dirigentes que hacen lo de siempre, hundir la lucha en la charca del reformismo, allí hay hombres, mujeres, jóvenes, compañeros y compañeras que pasan frío y nervios y que atraviesan una dura lucha, sin solidaridad efectiva de ningún sindicato, central o agrupación gremial, puesto que estos también tienen en su mente las elecciones de octubre, y en definitiva no hacen más que cumplir con su rol social e histórico de conciliación.
Caleta Olivia y una situación similar
De igual forma en la municipalidad de Caleta Olivia, zona norte de Santa Cruz, quienes no cobraron el aguinaldo y se les adeudaba el mes de julio mantuvieron diversas medidas de fuerza. La respuesta del gobierno es la misma, los políticos se lavan las manos y responden que la plata no está, que faltan tantos millones de pesos y que “se hace lo que se puede”, mientras ansían se dé el colapso de la lucha por cansancio, por las hostiles condiciones del clima y el desgaste que implica sostener un paro que agota cada vez más a los proletarios, jugando con sus necesidades para que terminen volviendo a la rutina del trabajo, ya ni siquiera aceptando miserables propuestas de la burguesía sino reclamando por el pago de sus salarios. Otro aspecto a destacar es la militarización de la ciudad, cuestión muy presente en la provincia (y en cualquier región en conflicto), cuando la garantía de la “paz social” y el diálogo se hace insostenible. Tendrán a mano siempre las fuerzas represivas para comprimir la lucha, para demostrar que si es necesario perseguir, reprimir, encarcelar, matar, ellos van a estar ahí para cumplir las órdenes.
Por otro lado, vemos también cómo los sindicatos se sientan a negociar según los intereses de la economía, algunas veces viéndose obligados a ceder un par de migajas a favor de los trabajadores. Los bajos salarios, las malas condiciones de vida, no son producto de un mal gobernante sino del Estado y las necesidades de la sociedad capitalista; no de una mala distribución de recursos sino de la existencia de la propiedad privada y las clases sociales, de que los obreros mismos sean y produzcan mercancía y que la sociedad se rija bajo esas leyes. Las condiciones se tornan cada vez más hostiles para la clase proletaria en todo el mundo, lo único que nos queda para terminar con las desgracias y miserias es atacar la raíz del problema social, no confiando en falsas respuestas ni en los representantes de las instituciones burguesas. Lo que precisamos es quitar lugar al orden establecido y dar lugar a aquello que aún no ha podido ser, el triunfo de los proletarios frente a los propietarios y de los gobernados contra los gobernantes, la emancipación humana.
Nota:
Ver: http://soemriogallegos.blogspot.com.ar/2015/07/fallo-del-juez-marinkovic-la-huelga-es.html
Origen del conflicto en Río Gallegos
En esta localidad de Santa Cruz, trabajadores de la municipalidad iniciaron en marzo una serie de medidas de fuerza exigiendo principalmente el cumplimiento del aumento salarial del 15%, acordado en paritarias el año anterior. Asimismo, denunciaron que desde hace casi un año vienen sufriendo acoso y maltrato laboral por parte de funcionarios del área de saneamiento urbano, reclamando el desplazamiento de sus respectivos cargos, sin encontrar soluciones. El secretario de Gobierno municipal, Roberto Toledo, aclaró que el Ejecutivo no presentó una nueva oferta salarial al SOEM (Sindicato de Obreros y Empleados Municipales), de manera formal ni informal, por lo que los trabajadores decidieron endurecer las medidas de fuerza con quema de cubiertas, corte de calles y rutas; éste sería en adelante el método característico de los municipales y el principal argumento en su contra por parte de los funcionarios públicos, la prensa local y por tanto la opinión dominante a nivel social.
Son 4.000 la cantidad de municipales afectados, aunque se sospecha que 1.000 y más también son personas que cobran un sueldo y no trabajan, naturalmente por motivos políticos. La categoría más baja cobra aproximadamente 9.800 pesos, y el 15% significaría 1.200 pesos de aumento. El municipio necesitaba 50 millones de pesos para pagar normalmente los haberes, pero a la hora de la verdad dijeron que solo tenían 340 mil pesos.
«Sin 15 % no hay campaña»
Sin respuesta a sus reclamos, y viendo cómo se orquestaba todo para las elecciones, los participantes votaron la consigna «Sin 15 % no hay campaña». Dicha consigna conllevaba la acción de arrancar la cartelería de la calle, tapar afiches y murales con consignas electorales, escrachar locales de la UCR, del PRO, del FPV y del Peraltismo (kirchneristas del gobierno provincial). El momento cúlmine tuvo lugar dos días antes de las PASO de agosto, cuando se endurecieron las medidas por una semana más con retención de tareas y actividad sindical en corralones y todo edificio municipal.
Ya el 2 de julio, precisamente tras la llegada de Máximo Kirchner, precandidato a diputado nacional, y otras ratas del FPV como Zannini y Scioli, se cortaron los accesos principales de la autovía 17 de Octubre, con quema de gomas y de cartelería política. En consecuencia, se militarizó la ciudad con helicópteros, camiones, gendarmes y policías, para proteger a los funcionarios y aislar la lucha de los trabajadores. También durante esta semana grupos de municipales cortaron la Ruta Nacional N° 3 y comenzaron a escrachar casas de funcionarios, locales comerciales de familiares de Cantín, unidades básicas K y comités radicales y del PRO.
El 15 de julio, trabajadoras comunales decidieron tomar pacíficamente el municipio e iniciar una huelga de hambre, que culminó una semana después tras pagarse el sueldo que tenían adeudado del mes de junio. El 24 de ese mismo mes renunció el intendente Raúl Cantín, y asumió Pablo Grasso, todos de la camada kirchnerista. El día 7 de agosto, y dado que todavía se adeudaba el pago del salario del mes de julio, se retomó como medida la quema de gomas frente al edificio municipal, bloqueando la entrada y salida de los edificios y de los corralones, éstos últimos ubicados en otro sector de la ciudad y custodiados por gendarmería nacional. Al respecto el actual intendente inició una denuncia en contra de los participantes frente al edificio municipal, configurado como delito de privación ilegítima de la libertad.
Al día de escribir este artículo, el SOEM procedió a la suspensión de la huelga por la demanda del 15% de incremento salarial, tras casi 5 meses de paralizar las prestaciones que brinda la comuna a toda la sociedad riogalleguense. Esto fue por determinación del Juez Civil Francisco Marinkovic, que con el pretexto de la protección del medio ambiente había estado trabajando con la patronal municipal, aplicando diversas sanciones contra el SOEM, multas y exigencias de suspensión de las medidas en áreas críticas, para llegar finalmente a la resolución del 11 de agosto de declarar la emergencia ambiental, prohibir la quema de gomas y suspender la medida para que el municipio recaude parte de lo que había robado y siga así girando la rueda del orden social dominante.
Ya en julio, la clase dominante había tenido un pequeño triunfo, cuando a través de una resolución judicial decidió que «el personal que presta servicios en las áreas de recolección de residuos y mantenimiento de redes pluvio-cloacales deberá cumplir con la JORNADA NORMAL DE TRABAJO, medida aplicable a todo el personal de estas áreas, esté o no esté adherido a la medida.» (1) Esto implicaba lisa y llanamente para la clase dominada que no sólo volverían a laburar sin aumento, sino que ni siquiera habrían de cobrar los haberes en la manera correspondiente. Allí la Justicia demostró nuevamente cuál es su función social, la de estar en contra de los intereses de los trabajadores.
Sin embargo, a pesar de esta suspensión de medida, ya se sabe que durante estos 15 días no va a haber una propuesta salarial, por lo que la asamblea del 4 de septiembre muy probablemente vuelva al paro, y es allí donde el conflicto de los municipales se inscribirá en tiempo presente y donde deberemos brindarles todo nuestro apoyo. A pesar de sus dirigentes que hacen lo de siempre, hundir la lucha en la charca del reformismo, allí hay hombres, mujeres, jóvenes, compañeros y compañeras que pasan frío y nervios y que atraviesan una dura lucha, sin solidaridad efectiva de ningún sindicato, central o agrupación gremial, puesto que estos también tienen en su mente las elecciones de octubre, y en definitiva no hacen más que cumplir con su rol social e histórico de conciliación.
Caleta Olivia y una situación similar
De igual forma en la municipalidad de Caleta Olivia, zona norte de Santa Cruz, quienes no cobraron el aguinaldo y se les adeudaba el mes de julio mantuvieron diversas medidas de fuerza. La respuesta del gobierno es la misma, los políticos se lavan las manos y responden que la plata no está, que faltan tantos millones de pesos y que “se hace lo que se puede”, mientras ansían se dé el colapso de la lucha por cansancio, por las hostiles condiciones del clima y el desgaste que implica sostener un paro que agota cada vez más a los proletarios, jugando con sus necesidades para que terminen volviendo a la rutina del trabajo, ya ni siquiera aceptando miserables propuestas de la burguesía sino reclamando por el pago de sus salarios. Otro aspecto a destacar es la militarización de la ciudad, cuestión muy presente en la provincia (y en cualquier región en conflicto), cuando la garantía de la “paz social” y el diálogo se hace insostenible. Tendrán a mano siempre las fuerzas represivas para comprimir la lucha, para demostrar que si es necesario perseguir, reprimir, encarcelar, matar, ellos van a estar ahí para cumplir las órdenes.
Por otro lado, vemos también cómo los sindicatos se sientan a negociar según los intereses de la economía, algunas veces viéndose obligados a ceder un par de migajas a favor de los trabajadores. Los bajos salarios, las malas condiciones de vida, no son producto de un mal gobernante sino del Estado y las necesidades de la sociedad capitalista; no de una mala distribución de recursos sino de la existencia de la propiedad privada y las clases sociales, de que los obreros mismos sean y produzcan mercancía y que la sociedad se rija bajo esas leyes. Las condiciones se tornan cada vez más hostiles para la clase proletaria en todo el mundo, lo único que nos queda para terminar con las desgracias y miserias es atacar la raíz del problema social, no confiando en falsas respuestas ni en los representantes de las instituciones burguesas. Lo que precisamos es quitar lugar al orden establecido y dar lugar a aquello que aún no ha podido ser, el triunfo de los proletarios frente a los propietarios y de los gobernados contra los gobernantes, la emancipación humana.
Nota:
Ver: http://soemriogallegos.blogspot.com.ar/2015/07/fallo-del-juez-marinkovic-la-huelga-es.html
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