La situación en Gaza supera día a día los límites de lo imaginable, o ya no. La
masacre bélica es continuada por una hambruna producida no solo por la
destrucción de los medios de vida sino también por el bloqueo al acceso
de ayuda humanitaria. La crueldad del Estado de Israel y la complicidad internacional es abrumadora.
Desde el 2 de marzo de 2025, el bloqueo israelí a la Franja de Gaza impide el ingreso de alimentos y suministros médicos. Gran parte de la población sobreviviente del asedio y del fuego en Gaza muere de hambre entre los escombros. O peor aún: el colmo de las crueldades es el asesinato de cientos de personas a manos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) mientras aguardan alimentos en los sitios de distribución.
«Es un campo de masacre: soldados de las FDI recibieron la orden de disparar deliberadamente contra gazatíes desarmados que esperaban ayuda humanitaria», tituló el periódico israelí Haaretz: «Según los oficiales y soldados que prestaron servicio en sus zonas, las FDI disparan contra las personas que llegan antes de la hora de apertura para impedir que se acerquen, o de nuevo después del cierre de los centros, para dispersarlas».
Un soldado dijo que es «un campo de muerte»: «Donde yo estaba destinado, mataban entre una y cinco personas por día. Se las trata como a una fuerza hostil: sin medidas de control de multitudes, sin gas lacrimógeno, solo fuego real con todo lo imaginable: ametralladoras pesadas, lanzagranadas, morteros. Luego, una vez que abre el centro, los disparos cesan y saben que pueden acercarse. Nuestra forma de comunicación son los disparos».
Los últimos informes de las Naciones Unidas indican que la situación alimentaria en la Franja de Gaza ha entrado en fase 5, tipificada como “catastrófica”. Se caracteriza por la alta probabilidad de muertes por inanición o por la combinación de desnutrición y enfermedades. Podríamos señalar las violaciones del derecho internacional humanitario, pero sabemos que vivimos en un estado de excepción permanente.
Así que ahora que la masacre está casi completamente consumada los criminales de guerra comienzan a confesar. ¿Con qué fin los obedientes sicarios del Estado de Israel hacen estas denuncias? ¿Salvarse el pellejo ante el peligro de un tribunal internacional?¿Conflictos interburgueses? ¿La oposición política a su actual presidente/criminal de guerra?
Con un total de asesinados de aproximadamente 66.000 desde el 7 de octubre de 2023, con la orden del desalojo total de la Ciudad de Gaza, con el el desplazamiento de miles de personas, con los delirios inmobiliarios sobre el territorio asediado. Recién ahora los medios comienzan a denunciar, recién ahora Netanyahu es abucheado en la ONU. La imagen del monstruoso Israel alimenta la defensa del mal menor, del resto de los países capitalistas y democráticos que explotan y matan de maneras mas civilizadas.
Como señalábamos en una nota anterior, normalizamos los horrores más gráficos. A este punto, una herida tan profunda solo podrá sanarse con otra forma de civilización o con una revolución. No se puede reparar utilizando el conjunto de herramientas del sistema, porque está roto.
Fuera de Gaza somos “bombardeados” con imágenes de una matanza descomunal en vivo y en directo, nos convertimos en espectadores de una masacre cotidiana. Que podemos sufrir, ignorar, pensar, difundir, denunciar… Gaza nos recuerda, seamos conscientes de ello o no, de lo que es capaz la burguesía para conseguir sus fines, nos recuerda que para este modo de producción un territorio y su población pueden ser descartables, de un momento a otro puede convertirse en un obstáculo para la acumulación y las ganancias.
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