En la tarde del miércoles 11 de junio en la puerta de la legislatura de Córdoba manifestantes reclamaban por que no se apruebe otra ley a favor del dinero y en contra de la vida, requerida por los grandes inversores que llegan al país (¿qué es sino también la ley antiterrorista?). La “Ley Monsanto” abre aún más las puertas al uso de agrotóxicos, la instalación de plantas semilleras y consuma la política de sojisación en la región. Los policías a las órdenes del Estado, que están a las órdenes de las empresas, que está a las órdenes de la ganancia, comenzaron una democrática represión no sólo con gases sino también con disparos.
«Arrojando un saldo de 27 detenidos, tres de los cuales estaban heridos de gravedad, y de más de 20 heridos. En el medio los legisladores provinciales continuaban sesionando y alrededor de las 22:00 hs., cuando las organizaciones sociales y políticas estaban frente a la comisaría primera exigiendo la libertad de los detenidos, aprobaron la nueva ley de ambiente. (…) Minutos más tarde, las organizaciones desconcentraron hacia diferentes puntos y los efectivos policiales comenzaron un trabajo de inteligencia y caza de brujas. Tenían marcados y marcadas a diferentes militantes y en busca de éstos fueron. Continuaba el escenario represivo a plena luz del día, en el centro de Córdoba, y por las espaldas llegaron grupos especiales (Gendarmería, ETER e Infantería) a detener y reprimir a los manifestantes. Al calor de los cortes de calle, reclamos y escraches, se logró que a las 22:00 hs. del viernes se liberara al último de los seis detenidos cuya liberación había sido firmada», informa la Coordinadora Antirrepresiva de Córdoba (La ley Monsanto reprime y gana poder en Córdoba).
Los compañeros dan cuenta del calvario por el cual pasaron los detenidos y la necesidad de luchar por el desprocesamiento.
Los compañeros dan cuenta del calvario por el cual pasaron los detenidos y la necesidad de luchar por el desprocesamiento.
El martes 17 de junio se reprimieron las movilizaciones de apoyo realizadas en Buenos Aires, de la mano de las fuerzas del orden y de Monsanto, es decir del Estado y el Capital. El resultado: 12 detenidos, uno de ellos hospitalizado.
Esta es la democracia, esta es la libre competencia, este es el gobierno del dinero. Es evidente que todo Estado es represor de los explotados. Es evidente que Monsanto no solo debe irse de Argentina o de América Latina. ¡Monsanto debe irse del planeta! Porque su existencia es un peligro para la humanidad y para toda la vida.
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