domingo, 6 de diciembre de 2015

CAMBIAMOS DE AMO

El domingo 22 de diciembre se realizó en toda la República Argentina el ballotage presidencial para dirimir quién manda en el poder ejecutivo durante los próximos 4 años. Los contendientes eran el oficialista Daniel Scioli y el opositor Mauricio Macri, quien venció luego de una dura carrera en la cual tuvo que buscar montones de alianzas entre todo el arco opositor.

Breves horas después de triunfar, dio una conferencia de prensa en la cual se centró especialmente en reforzar las promesas en torno a las políticas económicas que desarrollará durante el principio de su mandato. No hay que ser experto en economía ni ser muy memorioso para concluir que estas son terriblemente contradictorias entre sí. Repasémoslas:
  •     Apertura de las importaciones
  •     Fin del cepo al dólar
  •     Unificación del tipo de cambio a 1 dólar = 15/16 pesos
  •     Subir de forma real (ajustado a la inflación) la base imponible del impuesto a las ganancias
  •     Reducción de la inflación a un 5% anual
  •     Mantenimiento y mejora de las asignaciones sociales
  •     Eliminación de las retenciones al trigo y el maíz y reducción de las de la soja
  •     Aumento de la jubilación
  •     Cese de emisión monetaria
Ejemplificando, la inflación no hará más que crecer si se quita el cepo al dólar. Ni tampoco se podrán otorgar igual o más asignaciones sociales si el Estado continúa el camino deficitario de los últimos años, recaudando incluso menos con la baja de retenciones.

Pero no buscamos comprender estas inconsistencias para repetir el clásico «los políticos mienten», lo hacemos para reforzar el hecho de que son inconsistentes con las necesidades de acumulación del Capital en la región, que es a quién realmente debemos enfrentarnos. Tenemos que comprender de dónde proviene nuestra miseria, rechazando las distintas formas que nos proponen para administrarla. Que los proletarios nos volquemos a tratar de intervenir en política monetaria, política fiscal, deuda externa, etc.; no puede hacer más que reforzar la explotación, confundirnos y separarnos cada vez más de nuestros intereses. Una cosa es comprender la economía y la política para criticarlas y atacarlas, y otra cosa muy distinta es participar en ellas o pensar que pueden resultarnos útiles. No podemos pretender salir de esta situación con la misma lógica que nos trajo hasta aquí. Con esta distinción clara, pretendemos comprender un poco…

Para Macri será imposible cumplir con sus propuestas, más aún con un banco central prácticamente sin reservas de dólares, en un contexto de profundización del déficit fiscal, y con el grueso de los fondos de la ANSES invertidos. Posiblemente el nuevo gobierno hará un pacto con el sector burgués de su preferencia, la burguesía agraria, bajando de inmediato las retenciones para que vendan la soja almacenada en los silos, que se calcula en un valor de U$S8800 millones, buscando así el ingreso de dólares al país.

Pero aún eso no sería para nada suficiente. La única perspectiva viable con este panorama es el pedido de crédito al mercado internacional. ¿Vuelta a la deuda? ¿O será que nunca se abandonó esa estrategia? Dos de las históricas enseñas kirchneristas —superávit fiscal y desendeudamiento—, volverían, luego de años extremadamente ventajosos para el país en los mercados internacionales, a su estado habitual. Y si bien los K pondrán el grito en el cielo, sabemos que esta vuelta al endeudamiento y déficit fue un producto evidente de las políticas económicas de su gobierno, un desenlace que hábilmente se fue postergando para lanzárselo al que siguiera, ya fuera alguien completamente ajeno –Macri– como alguien cercano pero no tanto –Scioli–, con la ¿esperanza? de sentar las bases políticas para el retorno del “verdadero” kirchnerismo en 4 o menos años, con credibilidad renovada.

Hace varios años ya que los políticos vienen haciendo malabares para que el desacople económico de la región no sea tan notorio, pero finalmente hemos entrado en una situación crítica. Ya no hay más consumo financiado por el Estado que valga, ni emisión de dinero para pagarle a la creciente mano de obra estatal. Llegó la hora del ajuste y el kirchnerismo tuvo la habilidad de retardarlo lo suficiente.

El panorama para nosotros los explotados es clarísimo: disminución del salario real, quita de ayudas sociales, aumento de las tasas de interés, mayores cargas impositivas, recortes en subsidios a servicios como gas, energía y transporte. A la burguesía de la región se le terminó esta breve época dorada y no dudará en hacernos sentir todo el peso de la catástrofe económica. Tampoco hay ninguna duda que el grado de represión callejero, hacia militantes y jóvenes —récord y orgullo kirchnerista si de gobiernos parlamentarios hablamos— se mantendrá, y probablemente profundizará.

Si no cambia todo no cambia nada
 
En pocos períodos históricos de esta región nuestra clase ha estado tan desorientada, tan falta de sus posiciones históricas, de todo lo que la hace ser una clase revolucionaria, y no solo una clase para la reproducción de Capital.

Sobrarán razones para salir a la calle, y lo importante será entonces intentar disminuir o mitigar el efecto del anti–macrismo que se desarrolló en los últimos años y más específicamente en los últimos meses. Es vital entender que si bien Macri y todos sus lacayos se merecen nada más que una muerte horrible, él no es el epicentro de todos nuestros problemas, es solo un representante más del Capital en esta región, y como tal cumple su rol de manera adecuada. Estar contra Macri pero no contra el resto de las expresiones políticas equivale a defender y avalar la tragedia capitalista, y colabora en la confusión de otros y otras proletarias.

A los jóvenes K no les faltará ocasión para salir a reclamar y hacer barullo ante la menor amenaza del gobierno. Formaran filas ordenados detrás de sindicalistas, referentes regionales y todos sus jefecillos. Junto con inocentes izquierdistas ya están pidiendo a través de redes sociales que el mismo gobierno que impulsó la ley antiterrorista ahora la derogue. Llamarle ilusos es quedarse cortos… Lamentablemente comparten con gran parte de la población una enorme ignorancia respecto de la dinámica capitalista que rige nuestras vidas, llegando a ridículas nociones, como considerar que el conflicto interburgués es mucho más poderoso y relevante que el antagonismo entre clases sociales.

No es nuestra primera expresión en torno a este tema y nuestras posiciones al respecto son invariantes. Sea quien haya sido el ganador de estas elecciones, nos encontrará en pie de lucha y esperando que seamos cada vez más los que expresemos en la práctica posiciones anticapitalistas y antidemocráticas.
 
Afirmamos nuevamente ¡Contra el Estado y el Capital! ¡Revolución social!

2 comentarios:

  1. sI macri se "merece una muerte horrible", cosa que no comparto porque no se soluciona con la muerte de personas individuales. ¿ para y por qué consideran que van a ser eje en en desmitificar al antimacrismo?. Me parecen opiniones conatradictorias, la verdad que no sé para donde van, y cuales serian las acciones concretas ahora, ¿ como entienden ustedes la revolucion, ¿quieenes van a participar de ella?. Las y los iluminados intelectuales que estan en una dismension mas elevada?.
    Pensar en clave utopica no da un programa politico acerca de cómo instrumentar un proyecto, hay que pensar otras posibilidades ¿No creen?

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  2. 1. Obviamente nada se soluciona con muertes individuales, Macri se merece "una muerte horrible" como cualqueir gobernante, o no... es una provocación necesaria en estos tiempos de paz social. Sin embargo, mas allá de la provocación es natural el deseo al conocer sus decisiones, las del último mes nomás...
    Nos dirigimos al antimacrismo porque muchas personas que quieren transformar la realdiad o almenos se sienten incómodas con ella apelan a esta nueva tendencia. ¿Dónde está la contradicción?

    2. La revolución no la hacen los iluminados intelectuales que estan en una dismension más elevada, sea escribiendo artículos o comentarios en la web.

    3. Una revolución es social, sin medias tintas, realizada por una fuerza social condicionada por sus condiciones de existencia y no por su sola conciencia despertada por un partido, intelectual o concientes autoconvocados.

    4. No creemos porque no somos utópicos, somos materialistas. Supongo que no es la intención «tenés 5 minutos para convecerme», si verdaderamente hay intención de comprender un poco nuestra propuesta se pueden leer otros artículos y este: http://boletinlaovejanegra.blogspot.com.ar/2015/05/viva-la-revolucion-social.html

    ¡Saludos!

    Una oveja negra.

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