Palabras de un compañero en la manifestación del lunes 7 de agosto, por la aparición de Santiago Maldonado en Capital Federal:
El Estado y no solo el gobierno de turno, como muchos dicen para ocultar la verdad, viene secuestrando, torturando y asesinando personas desde que existe, en todas las regiones del mundo.
Su poder se reafirma ante la sociedad mediante el uso de las fuerzas represivas. Puntualmente en el territorio mapuche, desde el regreso de la democracia, el Estado ha desaparecido a un centenar de personas. Los sectores que compiten por el poder buscan utilizar la desaparición de Santiago, un compañero anarquista, siendo que cualquier grupo que busca el poder lo que hace es reafirmar este mundo opresivo y sus relaciones, sus instituciones, la explotación de los cuerpos por la jerarquía, la policía.
Anarquistas, personas solidarias y luchadoras, con pensamientos y voluntad propias, fueron perseguidas y asesinadas en todos los gobiernos dictatoriales y democráticos, fascistas, leninistas o peronistas.
La desaparición de Santiago nos indigna, nos duele, pero, al fin de cuenta, no nos sorprende, reafirma lo que sabemos del Estado: una institución para explotar y reprimir. Y por eso es que constantemente desaparecen mujeres y niñas, por la explotación sexual o hacinando las cárceles con personas marginalizadas por la pobreza. Frente a esto, la lógica de los Derechos Humanos, pidiéndole justicia al torturador declarado, afirma la impotencia de luchar en el terreno de lo que impone el Estado, el respeto a las normas del poder y la institucionalidad que esconde la brutalidad de la explotación.
Situarse en la crudeza del conflicto implica rechazar la realidad construida por la jerarquía y propiciar las formas organizativas que propician la libertad. Hay que extender la solidaridad, que siente las bases para una sociedad libre, sin Estado, sin políticos, sin empresarios, sin cuerpos policiales.
¡Por la organización de la sociedad sin gobierno! ¡Viva la lucha social de la Revolución!
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