martes, 9 de octubre de 2012

AUTOAYUDA VS. AYUDA MUTUA

Cada época tiene la espiritualidad que se merece. “El cielo” ha sido por siglos, y continúa siendo, el reflejo idealizado de la tierra, así como hoy “el alma” no es mas que el alma del ciudadano, individualista, moldeada a imagen y semejanza del sistema capitalista.

Era de esperar entonces una gran bienvenida y una importante atención a la reciente visita de un tal “Ravi Shankar”. Así como desde hace años todas las variedades de “auto-ayuda” son cada vez mejor recibidas por empleados y empleadores, gobernantes y gobernados. Una híbrida mezcla de espiritualismo no-occidental, vulgarización de la psicología y de “técnicas para triunfar en los negocios”, lo cual no es un simple detalle, el aspecto que quiere apartarse como “espiritual” es en la cotidianidad inseparable del aspecto mercantil. “Triunfar en la vida” parece ser inseparable de “triunfar en los negocios”. Lo ofrece el pastor evangélico y la presidenta, el gurú y el cura que hace milagros. Pero la ventaja que tienen estos nuevos gurús, por sobre el viejo y podrido cristianismo, es poder adaptarse mas rápido a los tiempos que corren, porque son además productos directos de estos tiempos, hechos a su medida. Como en la biblia no hay alusiones directas al stress o a otras preocupaciones modernas, allí están entonces los nuevos maestros para tener una respuesta. El cura cristiano, que aún mantiene su amplia parcela de poder y su ganado obediente, no se preocupa por las novedades ya que no disputa el alma de los mortales, sabe que la comparte con estas nuevas filosofías, lo que en términos precisos es una herejía para cualquier cristiano, pero tolerable para la lógica de mercado, lógica en la que se han fundido todas las ideologías y religiones.

Estas nuevas corrientes “new age” se diferencian de la Iglesia Católica por presentarse ya no como una religión sino como una especie de “filosofía”, por no poseer un Vaticano colmado de oro sino ser inocentes ONGs. Pero tal como el catolicismo, estas nuevas “escuelas” son verdaderas empresas, con sus abultadas donaciones, inversiones, respectivas editoriales, centros turísticos de recreación y de exención impositiva. Y lo más importante: son instrumentos de la clase dominante para mantener el orden y el conformismo, tal como en las religiones oficiales hay rezos y culpa, y, si no funcionan estos métodos de control mental, palo. En este sentido ha circulado por los medios masivos de comunicación una entrevista a este Ravi Shankar donde sin rodeos responde a la situación de masacres en Siria: “Cuando todas las puertas están cerradas, entonces la única opción es, usted sabe, la opción militar”, nada que envidiarle a los curas que han bendecido guerras y dictaduras, a los evangélicos que apoyaron la invasión de EE.UU. a Irak, o a los brahmanes de la India con su brutal sistema de castas.

“Si sucede conviene” es la frase que ha popularizado el empresario Marcelo Tinelli y la han repetido hasta el hartazgo, intentando convencernos de que hay que dejar todo en su lugar. Nos lo dicen en la cadena nazi-onal, nos lo dice el patrón, nos lo dice el cura y ahora estos burgueses de tono pacífico. Pero quien habla es el Capital, como viene hablando desde hace siglos, en diferentes variedades. “Si sucede conviene”, la “ley del karma”, “un mundo sin quejas”, etc, etc... en definitiva son llamados al conformismo. Las relaciones sociales capitalistas o hasta las desgracias más naturales son presentadas como un desafío “que conviene” y si no conviene se culpa a la víctima que no ha sabido como responder, por lo cual al primer dolor se suma el de no estar a la altura de las circunstancias. O llegan al ridículo de decirnos que las penurias de esta vida son a causa de lo que hicimos en vidas anteriores (¿?). En otras palabras: conformismo y sumisión.

Ravi Shankar viene para continuar manteniendo la normalidad capitalista, y que lo haya traído Macri no es un detalle pero tampoco quiere decir que solo favorezca a la gestión del Pro en Buenos Aires. En entrevistas televisivas varios empresarios daban su testimonio donde explicaban como gracias a la meditación han podido estar más tranquilos y llevar adelante con más tranquilidad sus empresas, es decir: respirar profundo para explotarnos mejor. El famoso gurú de la India, hijo de un gran empresario de la industria automotriz, evidentemente ofrece religión para los burgueses y aspirantes a serlo, pero su discurso no es distinto al que se baja para el resto de la población: ofrecer soluciones individualistas y voluntaristas a los problemas sociales, que son presentados como problemas personales.

El pensamiento moderno del “salvense quien pueda” toma aquí un lenguaje espiritual, pero no deja de ser el ciudadano enajenado quien se reafirma en esta forma de interpretación del mundo, y consume entre otras mercancías una que le venden con la etiqueta de “espiritualidad”.
Pero mientras sigamos pensando que las maldiciones llegan del cielo o de vidas pasadas y que no se pueden cambiar, seguiremos en este estado de cosas, y mientras continúe seguiremos soportando, entre otros, a estos gurúes, a los curas y a esos insoportables capos del marketing que nos dicen como debemos actuar. Estos, como mencionamos anteriormente, no son simplemente desubicados, son producto directo de nuestra época y son solicitados y aprobados por cantidades de gente que sienten de alguna manera un vacío que la vida cotidiana capitalista no puede llenar, pero que lamentablemente intentan llenar con otra forma de concebir el capitalismo. Capitalismo que se ha desparramado en cuanto pensamiento pudo, y cuya lógica es reproducida muchas veces hasta por quienes sienten que no debería existir. Así como la mentalidad generada por el cristianismo es reproducida hasta por quienes no se reconocen en él o no lo llevan al pie de la letra, lo mismo viene sucediendo con la denominada “auto-ayuda” que no es reproducida solo por sus seguidores (la “auto-ayuda” posee un engaño evidente desde el nombre, porque si es preciso seguir los consejos de un experto, ya no tiene nada de “auto”).

No es casualidad que todo esto confluya en la destrucción del apoyo mutuo, de la solidaridad, de la concepción del ser humano como ser colectivo y a la vez individual. Porque estas son las experiencias donde se descubre el potencial transformador del humano, donde la abrumadora realidad deja de presentarse como algo ajeno y comprendemos que somos nosotros quienes la construímos día a día, colectivamente, momento a momento, asumiendo que esta realidad es nuestra responsabilidad. Y la responsabilidad es inseparable de la libertad, no seremos libres mientras no seamos responsables por nuestros actos, mientras no comprendamos que todo lo que hacemos tiene sus consecuencias, tanto al obrar de buena manera como en su contrario.

Nuestra libertad no termina en donde comienza la del otro, por el contrario, en esa libertad del otro nuestra libertad halla su confirmación y su extensión al infinito. Es por eso que un cambio personal profundo es posible y es necesario, y es necesario que coincida y se desarrolle junto al cambio personal de los demás.

Un cambio profundo, personal y colectivo, es posible y es necesario, sin dirigentes ni dirigidos, sin explotados ni explotadores.

ROSARIO SE PONE LA GORRA

Nuevamente debemos informar de otro anuncio estatal, ya no solo a nivel municipal sino provincial, de instalación de más y más y más y más cámaras de videovigilancia en las calles. A esto se debe agregar la incorporación de mas de 300 nuevos policías, que harán de las suyas por la ciudad de Rosario. Para poder así continuar con la normalidad capitalista, que inevitablemente incluye robo legal e ilegal, extorsión legal e ilegal, secuestro legal e ilegal, etc, etc...

Es importante remarcar que esta sección del boletín no es un ejercicio de ideología, en donde cerramos los ojos ante los fenómenos catalogados como “inseguridad” porque no tenemos respuestas para ello, o tapamos nuestros oídos para desescuchar los inevitables pedidos de mayor control y mayor policía, es decir: mayor presencia estatal.

La descomposición social que se traduce en situaciones donde el dinero y la mercancía valen más que la vida existen tanto en la cotidianidad del trabajo asalariado como en el robo entre oprimidos, en el desastre “ecológico” así como en el asalto a hogares proletarios. El dinero es más importante que la vida, tanto para el ladrón que mata a un pobre tipo que acaba de cobrar su miserable sueldo, como para el dueño de un auto que dispara ante su posible ladrón.

Sabemos que los robos y los asesinatos efectivamente ocurren. Pero también sabemos que la industria de los medios de comunicación tiene un interés decididamente dirigido a mantener una actitud de alerta y conmoción permanente ante estos hechos. El conflicto radica en dos partes, por un lado en que en la gran bolsa de lo “delictivo”, entran tanto un asesinato para robar unas zapatillas, una violación, una ocupación con fines sociales de una vivienda abandonada hace décadas y un piquete por un reclamo salarial. Y por el otro, que los medios de comunicación hacen uso de la información no simplemente “porque es su trabajo” sino para establecer su posición, que no es nunca otra que la defensa de la santísima propiedad privada.

MEMORIA: A 43 AÑOS DE LOS ROSARIAZOS

Ignoramos en su mayoría que muchas de las calles que solemos transitar en nuestra alienada rutina de trabajo fueron en otro tiempo escenario de resistencias y barricadas. No es que no haya existido la explotación y la represión como hoy, solo que hubo quienes se animaron a desafiarlas.

El 25 de junio de 1966, un golpe militar derrocaba al gobierno del radical Arturo Illia. Las Fuerzas Armadas encabezadas por el general Juan Carlos Onganía inauguraban así, una vez más, una etapa de autoritarismo y represión en nuestro país. El nuevo gobierno militar levantó la bandera del anticomunismo acérrimo, la censura política, la represión a las luchas obreras, el oscurantismo y la decadencia de las ideas, las manifestaciones culturales y la educación.

Aquí en Rosario y su zona de influencia la implementación de la política económica generaba duros efectos. Masivos despidos y suspensiones en las empresas metalúrgicas y el incremento de las villas de emergencia como consecuencia de la radicación de trabajadores migrantes provenientes mayormente del interior santafesino, fueron factores condicionantes del descontento generalizado.

A principios del ‘69 las grandes inundaciones que afectaron particularmente a Empalme Graneros y la indiferencia de la dictadura frente a este problema llevó al máximo la indignación del barrio.
En la Universidad de Rosario, en el marco de una rigurosa política que negaba el diálogo con los estudiantes, se gestaba una creciente agitación. Los límites impuestos a los cursos de ingreso y el mantenimiento de la Universidad Tecnológica fueron algunas de las problemáticas que movilizaron la agitación estudiantil. El descontento que ya empezaba a manifestarse en 1967 y 1968 se transformaría en 1969 en ofensiva de los los sectores populares. La rabia de los estudiantes y obreros, estallaría primero en mayo y luego en septiembre. Nacían los “Rosariazos”.

El 15 de mayo es asesinado en Corrientes el estudiante Juan José Cabral. En Rosario la solidaridad no se hizo esperar: se llevaron adelante diversos actos, asambleas y marchas de protesta. Desde la Facultad de Medicina partió una columna de 800 estudiantes hacia el microcentro. Al llegar a las calles Córdoba y Entre Ríos se produjeron corridas y disparos de la policía que pretendió cerrar el paso a la manifestación. Una parte de los estudiantes se refugió en la galería Minipal. La policía ingresó también a la galería, y uno de ellos disparó alcanzando al estudiante de Ciencias Económicas Adolfo Ramón Bello. Las esquinas de Santa Fe y Entre Ríos, Rioja y Corrientes y Córdoba y Corrientes, fueron escenario de enfrentamientos que hicieron retroceder a las fuerzas policiales. Parte de la manifestación llegó hasta la sede de la CGT que se encontraba en la Jefatura de Policía. Barricadas y hogueras encendidas con papeles y elementos que suministraban la población desde sus casas y edificios, servían como obstáculos para la acción represiva y asimismo delimitaban el territorio que se ocupaba desalojando de él a las fuerzas del orden.

Las herramientas de defensa frente a la policía fueron piedras, palos, hierros recortados, cables tendidos y alambres. El enfrentamiento duró cuatro horas y dejó el centro de la ciudad en poder de los manifestantes. Sin embargo, a pesar de la retirada de la policía, una nueva víctima quedaba como resultado de la brutal represión: Luís Norberto Blanco, un obrero metalúrgico de tan solo 15 años.

Los acontecimientos de septiembre encontraron su origen a partir de un conflicto obrero ocurrido en la Unión Ferroviaria Rosarina. En 1969 coexistían en la sección Rosario del ex ferrocarril Mitre diversas organizaciones sindicales: La Unión Ferroviaria, La Fraternidad y APDFA.

Los enfrentamientos tuvieron características similares a los del mes de mayo: construcción de barricadas, hogueras, quema de automóviles y trolebuses, ataque a los comercios abiertos y a los grandes establecimientos y bancos. Las instalaciones de la empresa ferrocarriles Argentinos sufrieron un sistemático ataque, quedando destruidas parcialmente. La policía local, encargada del control de la ciudad, debió ser asistida por refuerzos de localidades vecinas. Recién finalizando el segundo día del paro, el Ejército intervino.

Estos hechos parecen hoy lejanos, Rosario hoy “es la mejor ciudad para vivir”, la de “la cultura y el deporte”. La alienación y la represión tienen hoy mecanismos más sutiles.
Por eso la memoria es necesaria, para la próxima barricada.