La situación actual, naturalmente, no viene de la nada, pero nos retrotraemos a algunos años atrás para comprender qué está sucediendo por allí. El trece de marzo de 2015 se dio inicio a un «Proceso de Recuperación Territorial Productiva a la multinacional Benetton, en el sector Leleque Ranguilhauo-Vuelta del Río» por parte de las Lof en resistencia del Departamento Cushamen, Chubut. Para «aportar a la Reconstrucción Política-Filosófica de la Nación Mapuche» (Declaración Pública Pu Lof, 13/03/15).
Durante ese año el conflicto del pueblo mapuche logró visibilizarse y con ellos otros sectores en las provincias de Neuquén, Chubut y Río Negro.
Pero fue la conflictividad en la comunidad de Cushamen la que más alboroto causó a la desagradable normalidad disciplinada que es carne y hueso entre los explotados.
En 2015 se desató la lucha y los miembros de la comunidad fueron varias veces reprimidos, encarcelados y espiados, bajo la presión del Juez Zachinno, intentando judicializarlos, no por la usurpación de la tierra, sino buscando aplicar la Ley Antiterrorista.
En junio de 2016 fueron detenidas siete personas, entre ellas, Facundo Jones Huala, luego de una brutal represión en la que Policía e Infantería dispararon con balas de gomas y gases lacrimógenos a hombres, mujeres y niños. Esto fue en el marco de un allanamiento a la comunidad, acusándolos de robar unos animales de Benetton. Se desarrolló también una situación de conflicto con el paso del tren turístico La Trochita por tierras donde habita la comunidad mapuche.
En agosto se inició el proceso por la extradición de Facundo Jones Huala a pedido del Estado chileno, acusándolo de actos vandálicos en la zona de Pilmaikén. Facundo y sus familiares fueron calificados de terroristas y autores de delitos basados en investigaciones ilegales de espías de la Agencia Federal de Investigaciones. Se declaró la nulidad de este proceso y Facundo recuperó su libertad. Asimismo, hubo una saturación inmediata de efectivos de la Gendarmería Nacional en la zona.
En enero de 2017 se desplegó otra represión brutal, en la que las fuerzas armadas incomunicaron la comunidad. Luego, una camioneta disparó hacia allí hiriendo, con peligro de muerte, a dos personas que lograron huir cruzando un río para ser socorridas en un automóvil y trasladadas a un hospital de Río Negro, dada la persecución desatada en Chubut. La imagen que se difundió del compañero con un disparo en la cara está clavada en nuestra retina.
En junio, nuevamente, fue detenido Facundo por el proceso anterior. Este arresto es calificado, por la defensa y por Facundo, como una persecución política coordinada entre los gobiernos de Argentina y Chile.
Un mes más tarde, las balas, el hostigamiento y la difamación de los medios de comunicación volvieron a golpear a los compañeros de Cushamen con dos fuertes represiones y, finalmente, en agosto, con la desaparición de Santiago Maldonado, quien se encontraba en el territorio de la comunidad solidarizándose cuando irrumpió la Gendarmería con violencia.
«Nos tiraban con nueve milímetros, con escopetas y con piedras algunos. No les importaba nuestra vida a la Gendarmería. Ellos vinieron a matar a uno acá. El compañero nadó hasta una parte y al ver que las piedras llovían de arriba y los tiros no cesaban, decidió volverse para la orilla. Y ahí es donde hay otro peñi que lo ve al compañero Santiago agarrado de una rama, con el agua hasta las rodillas y los gendarmes arriba. Y después hay otro peñi más que también ve a tres efectivos de la Gendarmería que están golpeando a alguien que no logra reconocer.
Ahí sale el Unimog cargado. Sube hasta el cruce de allá. Y vemos cómo se atraviesa una camioneta blanca junto al Unimog. Varios gendarmes hacen una pantalla para que no se vea lo que están haciendo. Y la camioneta blanca de Gendarmería sale para allá, como rumbo a Esquel. Por eso no hay la menor duda de que se lo llevó la Gendarmería.» (Extracto de una entrevista realizada por
Revista Cítrica el día 14 de agosto)