sábado, 31 de julio de 2021
¡Adelante! espirítus feroces - de Santiago Maldonado (por La Oveja Negra)
Esta canción fue nuestra contribución desde la ciudad de Rosario a la transmisión «Recordando al Lechu» del sábado 31 de julio de 2021. A cuatro años de la desaparición forzada de Santiago Maldonado.
miércoles, 14 de julio de 2021
LAS PALABRAS Y LAS COSAS
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Esto causó un intenso revuelo, indignaciones, críticas, risas, pero ya pasó… Las palabras van y vienen. Desde las del patriota ministro de seguridad bonaerense Sergio Berni diciendo que «el ser nacional, tal cual lo describía Jauretche, es una mixtura de sangre criolla, indígena y extranjera, que nada tiene que ver con esa frase de que han bajado de los barcos», hasta las de latinoamericanistas aprovechando para recordar que lo que llegó de los barcos fue la colonización y el saqueo, refiriéndose a las carabelas que habían llegado siglos antes. No era de esos barcos que hablaba el imbécil del presidente, pero poco importaba. Los principales medios opositores no se indignaban tanto del racismo y la ignorancia presidencial, sino de la falta de diplomacia hacia los países del continente.
La dura realidad cotidiana poco parece ofender y lo que se dice parece molestar más que lo que se hace. De hecho, la política local, más aún de cara a las elecciones, plantea principalmente cuestiones de forma. El gobierno habla de derechos e inclusión, la oposición de la “república”, de la defensa de la institucionalidad. Ya no se habla de medidas económicas, de “modelos” productivos, quizás porque el margen de acción de la política sea cada vez más limitado en un contexto de crisis. Señalar la preponderancia de los discursos no quiere decir que no se hagan cosas, o que simplemente se oculte lo que se hace, sino que esta se relaciona con una particular forma de hacer, para mantener lo existente con el menor sobresalto posible. No decimos esto porque consideremos una cosa mejor que otra, sino para situar el momento en el que nos encontramos, y porque dichas lógicas no se encuentran separadas de una forma de decir y hacer de la sociedad en general. En las discusiones muchos pueden participar, opinar, incluso sentir la indignación en carne propia. Es parte de la fiesta de la democracia.
En algún momento de nuestra historia tomamos conciencia de que pensamos a través del lenguaje y comenzamos, entonces, a pensar el lenguaje mismo. En el desarrollo de este campo específico, se ha llegado al extremo de establecer que las palabras están separadas definitiva e irremediablemente del mundo material, en lo que se denominó “giro lingüístico”. Dicho argumento viene comúnmente aparejado a la noción de que el lenguaje constituye la realidad, que somos constituidos por discursos mientras que, en verdad, somos construidos por relaciones sociales, y en ese proceso producimos discursos. La sociedad produce los discursos, no los discursos a la sociedad. A menos que consideremos que «En el principio fue la palabra», tal como señala la vulgata de la Sagrada Biblia.
Desde esta perspectiva, tan presente en los tiempos que corren, el estudio de la historia se reduciría a un género literario más. Ya que nos basamos en textos y la realidad que analizamos es accesible por medio del lenguaje, aprenderíamos solamente “la representación discursiva de la realidad”. A partir del momento en que manipulamos sistemas simbólicos no existiría un barco “real”. Lo que pensamos como “realidad” no sería más que una convención de nombres y características. En efecto, según esta preponderancia otorgada al lenguaje, todo lo que se encuentra fuera de las palabras sería inconcebible por definición. Se supone, entonces, la necesidad de nombrar algo para hacerlo real, pero quizás se trate de hacer realidad lo aún no nombrado, que sopla desde el fondo de los tiempos.
«Afirmando que “la realidad consiste en lenguaje” o que el lenguaje “sólo puede ser considerado en sí mismo y por sí mismo”, los especialistas del lenguaje se pronuncian por el “lenguaje-objeto”, por las “palabras-cosas”, y se deleitan con el elogio de su propia reificación. El modelo de la cosa se hace dominante, y la mercancía encuentra una vez más su realización y sus poetas. La teoría del Estado, de la economía, del derecho, de la filosofía, del arte, todo tiene ahora ese carácter de precaución apologética.» (Internationale Situationiste nro. 10, Las palabras cautivas)
Barcos van y vienen
Hacia fines de abril concluía la licitación de la llamada Hidrovía Paraná-Paraguay, más precisamente del tramo principal desde la confluencia del Río Paraná con el Río Paraguay hasta la desembocadura del Río de la Plata. El gobierno inicialmente otorgó una prórroga por 90 días y luego resolvió que, tras dicho plazo, la gestión de este canal navegable pasará a manos del Estado a través de la Administración General de Puertos. Esta Sociedad del Estado se encargará del cobro de peajes, del control de la circulación en la Hidrovía y de contratar los servicios necesarios para garantizar su funcionamiento, como tareas de dragado, redragado y balizamiento. Se mantendrá de este modo al menos por doce meses, mientras se confecciona un nuevo pliego licitatorio donde se contemplan nuevas obras para adaptarse a los crecientes requerimientos de carga, así como la posibilidad de una gestión mixta con mayor injerencia del Estado.
Más allá de los claros fines recaudatorios y las pujas en torno a su administración, esta vía fluvial es de enorme importancia económica, tanto para la Argentina como para los países de la región. Desde el comienzo de su desarrollo hacia fines de los ‘80 las cargas se han multiplicado incesantemente, pasando de 700.000 toneladas en 1988 a cerca de 17,4 millones en 2010, llegando a 36 millones en 2015. El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario afirma que en 2020 se exportaron 70 millones de toneladas desde la zona del Gran Rosario. Se estima que un 80% de las exportaciones argentinas pasan por este canal, con la clara primacía de la soja y sus derivados.
El desarrollo de la hidrovía ha favorecido ampliamente la extensión de la producción de diferentes granos en la región, a lo que se ha sumado la progresiva instalación de plantas industriales como las aceiteras, puertos y terminales especializadas. El constante tránsito de barcos de ultramar y el asentamiento del cordón agroexportador destruyen sistemática e inevitablemente el río, parte elemental de la vida en este lugar de la tierra.
El impacto ambiental está en boca de todos, especialmente luego de un brutal año de quemas en las islas y frente a una bajante fluvial de cifras históricas. Los defensores del funcionamiento y desarrollo de la hidrovía ya tienen sus argumentos preparados y plantean, por ejemplo, que el impacto ambiental generado por el traslado de los barcos hacia la zona de la producción agrícola es muchísimo menor al del traslado de la carga hacia los puertos más cercanos al mar. Las discusiones técnicas, muy propias del ecologismo ciudadanista, resultan inocuas y hasta necesarias para el desarrollo del Capital. Presentadas de forma aislada, constituyen una clara expresión de la precaución apologética que referíamos. La realidad nos obliga, justamente, a la crítica de la totalidad. En el caso de nuestra región, la necesaria crítica de la hidrovía debe abarcar la producción regional en su conjunto. En el contexto actual, la enorme dependencia de las exportaciones del agro evidencia aún más que los problemas llamados ambientales sólo pueden resolverse con una profunda transformación social, con el rechazo de la valorización y la ganancia como dinamizadores sociales.
El barco de los necios
Motivos para la lucha sobran, pero parece, por lo pronto, tener más peso lo ofensivo de un discurso. Lo característico es la respuesta a este tipo de agravios, que usualmente no va más allá de una burla en las redes. Poco se difunden, se sienten y convocan sucesos como el asesinato a sangre fría del joven qom Josué Lago el 11 de junio; un nuevo caso de gatillo fácil a manos de la policía de Chaco, pocos días después de los dichos del presidente.
La normalidad continúa, mientras la jubilación mínima apenas supera los 23 mil pesos, mientras la inflación y la desocupación continúan creciendo. En tiempos de elecciones las acusaciones se agitan, pero es necesario recordar que la política no es una cuestión de nombres propios. No se trata de señalar los sucesos represivos, las aberraciones de uno u otro gobierno, sino de enfrentar la normalidad que estamos viviendo, que de nueva ya tiene poco.
Casi todos tenemos buenas razones para quejarnos. Pero, a menos que nuestro anhelo sea seguir quejándonos, es necesario cambiar de rumbo, aun contra viento y marea. Si seguimos este camino, tarde o temprano naufragaremos, y entonces los debates sobre las palabras, el derecho a quejarse, no valdrán de nada.
¡QUÉ PATRIA NI QUÉ CARACHO! REFLEXIONES SOBRE EL 9 DE JULIO
Un nuevo aniversario de la declaración de la independencia argentina nos trae la posibilidad de reflexionar sobre la construcción del Estado y la prédica nacionalista en las llamadas fechas patrias.
Que asociemos esta fecha principalmente a la escuela no es casual y es parte de la estrategia de la reproducción simbólica del Estado. Su efectividad precisa de una simplificación que aplaste la complejidad histórica hasta reducirla a una oración que se aprende de memoria: “El 9 de julio de 1816, en Tucumán, se declaró la independencia argentina”.
En los últimos años el progresismo incorporó algunos nuevos personajes marginados en el panteón nacional: Juana Azurduy, Remedios del Valle, el gaucho Rivero, etc. A su vez, el Estado adoptó nuevos formatos de adoctrinamiento vía televisión e internet como Pakapaka, Encuentro y otras plataformas educativas. Pero, a fin de cuentas, el objetivo sigue siendo el mismo.
En 1816 la República Argentina, tal como la conocemos hoy, no existía. No era un Estado unificado. Los ex dominios del Virreinato del Río de la Plata eran llamados Provincias Unidas en Sud América desde 1810. A partir de los sucesos de mayo, y aún en guerra contra los realistas, había comenzado una nueva disputa por la organización del territorio.
En la Asamblea de 1813 en Buenos Aires, son rechazadas las «Instrucciones» de José Artigas que recomendaban declarar urgentemente la independencia. Por esto, la Banda Oriental y las provincias del Litoral van formando la Liga de Los Pueblos Libres, bajo el mando del caudillo federal. El 29 de junio de 1815, realizan el Congreso de Oriente, en la actual Concepción del Uruguay. Allí, entre otras cosas, deliberan sobre la política agraria a seguir, que verá la luz en septiembre de ese año en Paysandú con el «Reglamento de Tierras». De acuerdo a ciertas fuentes, en este congreso, además, la Liga de los Pueblos Libres habría declarado su independencia del Imperio Español.
Los representantes de las provincias del noroeste y el Alto Perú, con Buenos Aires a la cabeza, reunidos en el Congreso de Tucumán, hicieron lo propio el 9 de julio de 1816.
Una compleja y no menos sangrienta guerra civil entre los llamados Federales y Unitarios se estaba cocinando; una guerra que se extendería hasta la batalla de Pavón en 1861 con la victoria del unitarismo. En estas cuatro décadas, donde ambos bandos demostraron una crueldad inaudita, fueron los pobres del campo y la ciudad los que vertieron su sangre por divisas que no los incluían más que para hacerse matar.
Si bien más afín al artiguismo, la lente progresista destaca que la declaración de 1816 fue impresa en aymara y en quechua. Este es otro punto interesante sobre el cual reflexionar. Las poblaciones originarias andinas habían sido rápidamente incorporadas al sistema colonial, y por ende formaban parte de los nuevos territorios independizados. Era necesario sumarlas a la causa contra los realistas a fin de utilizarlas como carne de cañón. Correspondía a los intereses del independentismo en esa zona y por eso se descartó traducirla al guaraní, idioma hablado en territorio federal.
La declaración tampoco se tradujo a los idiomas qom, mapuche, tehuelche, o selk´nam. ¿La razón? Los territorios del Chaco, la Pampa y la Patagonia no habían caído bajo el yugo colonial, por ende, no necesitaban ninguna independencia. El 9 de julio de 1816 no significó nada en los montes de quebracho ni en los inmensos pastizales del sur, aunque tendría un significado trágico décadas después. Será el Estado Argentino, independiente del rey Fernando VII y sus sucesores, así como de toda dominación extranjera, quien conquistará esas tierras en sucesivas campañas para imponer allí la libertad, la igualdad y la fraternidad del Capital.
Los primeros festejos del 9 de julio se decretaron bajo la presidencia de Bernardino Rivadavia en 1826, en el contexto de un primer intento de unificación del país. Pero recién la Generación del ‘80, heredera directa del proyecto unitario, será la que finalmente imponga las bases para el país y la nacionalidad argentina como hoy la conocemos. En este sentido, la fecha del 9 de julio, aunque decretada como festejo en 1826, solo puede ser comprendida cabalmente desde esta década y los gobiernos sucesivos. Es a partir de este momento que se consolida un territorio unificado políticamente, un método de enseñanza obligatorio y masivo, así como fuerzas armadas profesionales y modernizadas que se yerguen como depositarias de los valores nacionales.
La afirmación de que “esa gente hizo el país” es cierta. Lograron, con el tiempo, crear un Estado moderno. Disciplinar y homogeneizar una población. Definir límites artificiales en un papel. Imponer la política como forma enajenada de organización humana. El garrote y la escuela, el desfile militar y las urnas, y de la casa al trabajo. Ese es su mérito.
Hacia 1820 se cantaba un cielito popular en la campaña rioplatense. Hay más verdad en esas coplas anónimas que en todos los decretos ministeriales juntos:
No me vengan con embrollos
de patrias y montoneras
que para matarse al ñudo
le sobra tiempo a cualquiera
Cielito, cielo que sí
Cielito de Canelones
Qué Patria ni qué caracho
han de querer los ladrones
Sarratea me hizo cabo
Con Artigas jui sargento
El uno me dio cien palos
y el otro me aplicó ciento
Cielito, cielo que sí
Cielito del corazón
Para no pagarme el sueldo
era güena la ración
Nuevo: CUADERNOS DE NEGACIÓN NRO.15, NOTAS SOBRE SEXO Y GÉNERO
Con fecha de lanzamiento el mes próximo, en este nuevo número nos aproximamos a las nociones de sexo y género con la intención de seguir profundizando respecto de las formas en que el Capital articula e interviene sobre las diferencias sexuales para la reproducción de esta sociedad. No buscamos las causas de la violencia sexista y la opresión simplemente en las diferencias, sino en su instrumentalización capitalista, ya que por sí solas no dicen nada sobre la brutalidad, dominación o jerarquías que produce el orden social.
Comenzamos abordando la intersexualidad como ejemplo extremo de la aplicación del bisturí de la división sexual sobre quienes no encajan en la norma, para luego adentrarnos en ciertos ejes que entendemos necesario poner en tensión respecto de las discusiones sobre sexo y género: la dicotomía naturaleza y cultura, los debates feministas de la igualdad y la diferencia, la sexualidad, la escisión cuerpo y mente, así como la íntima relación con la tecnociencia de ciertas perspectivas de género actuales.
Los dos números anteriores de esta publicación (Notas sobre patriarcado y Notas sobre trabajo doméstico) los hemos dedicado al análisis histórico y actual del sexismo, el patriarcado, la familia, la sexualidad, la reproducción de la fuerza de trabajo y el trabajo doméstico, así como otros temas relacionados, abarcando entonces muchos aspectos acerca de la división sexual y del trabajo, de la opresión y explotación particulares de las mujeres en el capitalismo. Todo esto lo hemos hecho sin que nos haya resultado imprescindible la profundización en las definiciones de género y su implementación que, en líneas generales, trae aparejada una manera de concebir y, por tanto, transformar la realidad que cuestionamos. Es por ello que, al abordar dicho concepto en este número, no nos proponemos una definición acabada o un aporte a los gender studies, sino un acercamiento crítico. Entendemos a las teorizaciones de género, principalmente, en relación a las transformaciones en la producción y reproducción de la sociedad capitalista de las últimas décadas.
A su vez, realizamos una crítica al feminismo como ideología, así como a la propuesta deconstruccionista. Esto llega tras un largo recorrido, pero no constituye un punto de partida. Es por ello que resaltamos la relación entre esta necesaria crítica y los desarrollos realizados en los números anteriores y los que vendrán, invitando a su lectura, discusión y difusión.
Mientras que en los dos Cuadernos anteriores nos focalizamos en la comprensión de las problemáticas puestas de relieve, principalmente, por las luchas de mujeres y disidencias sexuales, en este número otorgamos mayor énfasis a la crítica de los enfoques predominantes sobre dichas problemáticas y su influencia en las luchas actuales. Consideramos que, más allá de los debates particulares de los movimientos de mujeres y LGTTBIQ+, es preciso comprenderlos de manera más amplia, en relación a las expresiones de lucha de nuestra época. Por ello, a modo de cierre, volvemos sobre ciertos cambios en la reproducción del proletariado, como el interclasismo y el ciudadanismo, ineludibles en los movimientos sociales actuales.
Consideramos que la división sexual capitalista y sus respectivas asignaciones no son solamente cuestiones que deban superarse en el curso de la revolución, sino también una fuente de dicha superación. Esperamos que los Cuadernos sean un aporte a las luchas en curso.
Además de distribuirse en papel, todos los números de la revista así como traducciones y otros artículos publicados están disponibles para descargar en nuestro sitio web: cuadernosdenegacion.blogspot.com
Del mismo modo, los artículos y libros citados a lo largo de estos catorce años que llevamos realizando los Cuadernos pueden encontrarse en: bibliotecacuadernosdenegacion.blogspot.com
Quien estime que estos materiales merecen ser difundidos… ¡A reproducirlos, imprimirlos, copiarlos, discutirlos! Fueron realizados para ser compartidos de la manera que se considere más conveniente.
sábado, 10 de julio de 2021
1° de Maio: Memória e Perspectivas
Recibimos la traducción de un artículo de La Oveja Negra, se trata de: 1° de mayo: Memoria y Perspectivas (mayo de 2021).
La traducción corre a cargo de los compañeros de Communismo Libértario.
«Traduzimos o texto 1° de Maio: Memória e Perspectivas, dos camaradas do La Oveja Negra. Tomamos a liberdade de acrescentar algumas notas em diálogo com as proposições apresentadas.»