En
este «mes de la mujer», como gustan llamar quienes se llenan los
bolsillos aprovechándose y reforzando estereotipos de
comportamiento, recordamos el periódico comunista anárquico fundado
por Virginia Bolten (ver LaOveja Negra nro.3)
llamado La
Voz de la Mujer
(1896-97), del cual se recuerda su combativo lema «Ni dios, ni
patrón, ni marido» tan chocante ayer y hoy para la sociedad normal
como para los movimientos sociales que creen tener las cuestiones
entre sexos solucionadas por la magia de la militancia. En el
artículo «Apareció aquello (a los escarabajos de la idea)» las
compañeras respondían:
«Cuando
nosotras (despreciables e ignorantes mujeres) tomamos la iniciativa
de publicar La
Voz de la Mujer, ya lo
sospechábamos ¡oh, modernos cangrejos! Que vosotros recibiríais
con vuestra macanística y acostumbrada filosofía nuestra iniciativa
porque habéis de saber que nosotras las torpes mujeres también
tenemos iniciativa y ésta es producto del pensamiento; ¿sabéis?,
también pensamos.
Apareció
el primer número de La
Voz de la Mujer, y
claro ¡allí fue Troya!, “nosotras no somos dignas de tanto, ¡ca!
No señor”, “¡emanciparse la mujer?”, “¿Para qué?” “¡qué
emancipación femenina ni que ocho rábanos!” “¡La nuestra”,
“venga la nuestra primero!”, y luego, cuando nosotros ‘los
hombres’ estemos emancipados y seamos libres, allá veremos.
Con
tales humanitarias y libertadoras ideas fue recibida nuestra
iniciativa. Por allá nos las guarden pensamos nosotras.»
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Actualización 2022:
Compartimos lo escrito por el historiador anarquista Pas Kual Muñoz:
En el año 2014 publicamos junto a las investigadoras Laura Fernández Cordero y Agustina Prieto en la revista Políticas de la Memoria de Buenos Aires, una investigación sobre la vida de Virginia Bolten y su trayectoria anarquista.
La investigación hizo emerger dos conclusiones llamativas. Una de ellas fue la confirmación del protagonismo que esa llamativa mujer tuvo en el ambiente obrero, anarquista y revolucionario de la época, destacándose por su carisma, su agresividad revolucionaria y el avanzado contenido de su crítica ante las desigualdades de género en la sociedad y dentro del movimiento obrero revolucionario.
Pero también evidenció que varios datos de su biografía que circulaba en redes sociales, hojas de propaganda e incluso estudios históricos, parecían no ser ciertas.
En su momento aclaramos con énfasis que la veracidad o no de dichos sucesos no opacaban en nada la destacada participación de “la Bolten” en el movimiento revolucionario y su reivindicación histórica como pionera en la lucha por la emancipación femenina de la región.
Los sucesos que pusimos en duda fueron básicamente tres. Su fecha de nacimiento, su participación en el 1° de mayo de 1890 en Rosario, y su participación en la edición porteña del periódico “La Voz de la Mujer”.
Su fecha de nacimiento podría ser irrelevante pero refuerza y condiciona las otras dos.
Nuestras afirmaciones se sustentan en fuentes históricas, documentos, prensa de la época y relatos familiares de quienes convivieron durante años junto a ella.
Mientras nosotrxs sostenemos en base un censo en el que participó, un acta de bautismo y el relato de quien festejó varios cumpleaños junto a ella que nació en 1876, la versión más extendida la sitúa en 1870, sin conocerse en base a que fuente se adjudica dicha fecha.
Sobre su participación en el 1° de Mayo de 1890, todos los relatos parecen partir de los textos del historiador rosarino Placido Grela, quien cita como fuente las crónicas de la prensa rosarina, como el periódico La Capital. Sin embargo las crónicas de dichos periódicos sobre la manifestación obrera no la mencionan en absoluto. Sumado a esto, si damos por cierta la fecha de nacimiento de 1876, Virginia tenía tan solo 14 años.
Por otra parte, las fuentes consultadas parecen indicar que Virginia tuvo un punto de inflexión en sus convicciones durante las huelgas de 1895 y 1896. En 1894 se casó por iglesia, y a su primer hija nacida en 1895 la llamó María Milagra, la cual fue bautizada por la iglesia católica, y la cual contrasta con los nombres de sus siguientes hijxs: Urano Liber, Acracia, Hume Mayo o Themis, nombres típicos de las familias anarquistas de la época.
Esto no solo pone en duda que durante la edición bonarense de La Voz de la Mujer, Virginia estuviera involucrada en el movimiento anarquista, sino que no existe una sola referencia que pruebe su participación en la misma.
La confusión surge, posiblemente, porque Virginia Bolten editó y fue referente de la edición rosarina de La Voz de la Mujer publicada en 1899 y de la cual, a diferencia de la edición porteña, no se han conservado ejemplares.
A titulo personal agregaría otra discrepancia histórica, y es considerar a V. Bolten como anarco feminista, ya que dicha denominación aún no existía, y el concepto de “feminismo” se asociaba por esos años a las luchas sufraguistas de las damas burguesas que revindicaban su participación en las instituciones del estado, instituciones que las anarquistas como Bolten buscaban destruir.
¿Para quien es importante la veracidad o no de dichos datos? Para quienes hicimos la investigación, sin duda. Para lxs amantes de las precisiones históricas también. Imagino que también lo sería para la misma Virginia Bolten y su entorno cercano, que habrán preferido ser recordadxs por sucesos que acontecieron realmente.
Pero creo que también importa para la memoria colectiva de las luchas sociales. Porque el legado revolucionario de las luchas en nuestra región es tan rico, tan aguerrido, tan repleto de sucesos heroicos, de reflexiones y discusiones llenas de vigencia y actualidad, que no necesita que se le agregue nada que no sea real. La historia de las luchas locales está tan cargada de ejemplos a retomar y problematizar que merece el respeto y el cuidado para comprenderlos y profundizarlos tal cual sucedieron sin necesidad de inflar o maquillar su contenido.
Estamos muy lejos de pretender ser dueños de alguna verdad, todos estos estudios y reflexiones son aportes a la construcción colectiva de la memoria histórica revolucionaria, y son una invitación a debatirlos, cuestionarlos y perfeccionarlos.
Pero en tanto investigadorxs que trabajamos respetuosamente en la reconstrucción histórica, no por un interés material y económico, sino por el deseo de aportar herramientas teóricas y prácticas para la lucha social presente y futura, deseamos que quienes desde la lucha social y desde la reconstrucción de la memoria colectiva revindiquen las luchas pasadas, valoren, incorporen y se apropien del conocimiento que hemos generado, para afianzar una reapropiación del pasado seria y consistente.
El exceso de información disponible en la actualidad implica un esfuerzo adicional que implica seleccionar, apoyar y difundir las narraciones comprometidas por sobre la información fácil, rápida e inconsistente que solo genera más desinformación.
En un nuevo aniversario del nacimiento de Virginia Bolten; ¡Salud y Anarquía!
Pascual Muñoz.
26 diciembre de 2022.