Hace algunos números atrás titulábamos un artículo No hay accidentes, hay desidia. Señalábamos que esos “accidentes”, por los cuales trabajadoras y trabajadores mueren tratando de ganarse la vida, son responsabilidad absoluta de quienes mantienen y se benefician de este orden capitalista.
Recientemente recibimos el Informe sobre los asesinatos laborales en Argentina realizado
por el espacio Basta de Asesinatos Laborales, compuesto por familiares y
compañeros de las víctimas y de distintos sectores y lugares de trabajo
cansados de ver morir trabajadores por la negligencia patronal. «Por
todos y todas las que perdieron la vida en sus puestos de trabajo, nos
organizamos y luchamos.»
Este informe se elaboró combinando
cuantitativa y cualitativamente datos publicados por la Superintendencia
de Riesgos del Trabajo (SRT) con información obtenida por el espacio
BAL, que relevó información en forma directa y a través de fuentes
periodísticas. Concluyen, a modo de promedio, que en este país hay al menos una muerte en el puesto de trabajo cada 20 horas.
La mayor cantidad de muertes se produce en
la rama de transporte, centralmente en transporte de cargas: 20%. La
mayoría a causa de choques. Las extensas jornadas, la falta de descanso y
de mantenimiento de los vehículos explican la casi totalidad de las
muertes de los conductores. En segundo lugar (18%) se encuentra la
construcción. Le siguen, con un 12% la industria; 11% el sector
agropecuario (donde, al igual que en la construcción, el trabajo en
negro es muy elevado, llegando casi a la mitad de trabajadores/as); 11%
el comercio; 10% la administración pública (incluyendo, por ejemplo, a
los docentes muertos el año pasado tras una explosión); 5% los servicios
financieros; 5% los servicios; 3% la pesca; 2% la electricidad; 2% la
minería; y un 1% de otros.
¿Pero por qué subrayamos que hay «al menos» una muerte cada 20 horas? Porque se
debe recordar que la información proveniente de la SRT solo abarca a
trabajadores y trabajadoras formales, en blanco, no contempla a los no
registrados (en negro), que según el INDEC son aproximadamente
una tercera parte del total de los asalariados. Por todo esto se puede
afirmar, sin lugar a dudas, que la cantidad de trabajadores muertos por causas laborales es mucho mayor a las cifras oficiales.
Y la situación es aún peor, tal como
señalan los realizadores de este informe, solo se incluyen los
accidentes en el trabajo, excluyéndose los llamados accidentes in itinere (en
el viaje del hogar al trabajo y del trabajo al hogar) que son de una
magnitud semejante a los accidentes en el trabajo. Por no hablar de
todas las enfermedades mortales provocadas por la exposición repetida a
una misma nocividad que luego no es directa ni formalmente vincula al
trabajo en cuestión.
Sin más, recomendamos leer el documento completo en el sitio web:
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