viernes, 13 de julio de 2018

WE TRIPANTU ENTRE REJAS

El 23 de junio, el lonko Facundo Jones Huala levantó la huelga de hambre que sostuvo tras 23 días, al lograr algunas respuestas respecto a su exigencia al servicio penitenciario de Esquel de que se lo respete como autoridad mapuche y se le permita realizar esta ceremonia sagrada en la cárcel, para lo que deben ingresar un número determinado de personas y elementos.

El otro punto importante del reclamo sigue siendo el cese de la persecución contra los compañeros Fausto Jones Huala y Lautaro Gonzalez, a quienes quieren culpar por la muerte de Rafael Nahuel. El asesino material está identificado y se llama Francisco Javier Pintos, pero el juez Villanueva sostiene la acusación contra los compañeros, dictaminando la cárcel preventiva para ambos, que aún no se ha hecho efectiva pero representa una amenaza latente.

Al recibir la respuesta favorable para la realización de la ceremonia luego de la medida de fuerza, Facundo decía:

«Esto hay que entenderlo como una victoria colectiva, principalmente de las comunidades y el pueblo mapuche movilizados y organizados, como una pequeña batalla ganada en esta gran confrontación histórica y milenaria contra los Estados opresores y el sistema capitalista. No hay que cesar las movilizaciones. El Machi Celestino sigue en huelga de hambre. Tenemos más presos políticos mapuches. Tenemos nuestra gente perseguida en ambos lados de la cordillera buscados por las fuerzas represivas del Estado opresor. Se acerca otra fecha más del asesinato del weichafe Rafael Nahuel. De esta maldita prisión política. Como también del asesinato de Estado del compañero Santiago Maldonado en la comunidad en resistencia de Cushamen. Por eso no hay que cesar las movilizaciones. Porque además Benetton sigue en nuestra tierra. Lewis sigue en nuestra tierra. Y todos estos malditos capitalistas siguen oprimiéndonos. Siguen en nuestra tierra llegando mineras, petroleras, hidroeléctricas y forestales y todas esas empresas que destruyen y contaminan. Entonces, un abrazo grande y cálido a todos.»

El We Tripantu es más que “32 cuchillos y 2 parrillas”, como difamaron los perros de la prensa. Se trata de la celebración del solsticio de invierno, una de las ceremonias colectivas de los mapuche en la reconstrucción de su mundo. Detrás de Facundo, hay un proyecto de vida que necesariamente entra en contradicción con los intereses capitalistas, y por eso se lo ataca.

Durante los últimos años, los sectores mapuche que no negocian con el Estado y las empresas continúan creciendo a través de la lucha. Emplean la acción directa a pesar de la represión y más allá de la coyuntura política como bien dicen, por la recuperación del territorio ancestral. Defendiendo la autonomía del territorio, la independencia y la producción propia en las recuperaciones, sin injerencia de los capitalistas ni del Estado.

Esta lucha no está aislada. Las comunidades resisten colectivamente y junto a otros explotados en lucha a las nocividades capitalistas como mineras, petroleras e hidroeléctricas, que atentan y devastan el territorio.

Cuando los compañeros del Movimiento Mapuche Autónomo del Puelmapu hablan de volver a ser mapuche, nos hablan de un proyecto político, filosófico, cultural, espiritual. Como nos pasa a menudo a quienes enfrentamos el orden existente, debemos emplear numerosas categorías para explicar lo que en realidad significa la superación de todas ellas.

La lucha anticapitalista y revolucionaria requiere de la crítica y el enfrentamiento de las separaciones impuestas por el Capital. Lo que se decide no puede seguir escindido de lo que se hace, como lo que se hace no puede estar ajeno del juego, el placer y la espiritualidad, como la naturaleza y el territorio no pueden estar separados de la vida en comunidad. Se trata de una transformación social integral, reconfigurando completamente las necesidades humanas, inseparablemente de la forma de satisfacerlas.

Las ceremonias sagradas de los mapuche como el We Tripantu, el Kamaruko o el Guillatún, que se realizan en las comunidades en resistencia y en conflicto, fortalecen su lucha y visión integral, poniendo en práctica y reconociendo su conocimiento ancestral, su lenguaje, su espiritualidad. Formas de conocimiento y espiritualidad que están en conflicto con la razón capitalista y su afán de dominio destructivo de la naturaleza, y con el represivo pensamiento judeocristiano. Cuando en otras regiones se habla de la necesidad de Estados plurinacionales o pluriculturales, como ocurre en Bolivia institucionalmente, se supone que los pueblos podrían desarrollar su cultura sin confrontar al orden social dominante. Como si se tratara de un culto más que “hay que respetar”.

Como señalaron muchas veces desde el sur, la desaparición, la tortura y el despojo vivido por las comunidades mapuche no suele tener ninguna repercusión mediática. Los gobiernos locales están asociados con o forman parte ellos mismos de las familias adineradas que tienen las tierras productivas y los accesos a los ríos. Facundo estuvo casi todo el mes sin comer y 4 días sin tomar agua, antes de recibir respuesta. Dio lucha incluso en el encierro. No dejemos pasar el mensaje combativo de las comunidades en estos tiempos de resignación y electoralismo. Sigamos apoyando las recuperaciones territoriales.

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