El 23 de junio, el lonko Facundo Jones
Huala levantó la huelga de hambre que sostuvo tras 23 días, al lograr
algunas respuestas respecto a su exigencia al servicio penitenciario de
Esquel de que se lo respete como autoridad mapuche y se le permita
realizar esta ceremonia sagrada en la cárcel, para lo que deben ingresar
un número determinado de personas y elementos.
El otro punto importante del reclamo sigue
siendo el cese de la persecución contra los compañeros Fausto Jones
Huala y Lautaro Gonzalez, a quienes quieren culpar por la muerte de
Rafael Nahuel. El asesino material está identificado y
se llama Francisco Javier Pintos, pero el juez Villanueva sostiene la
acusación contra los compañeros, dictaminando la cárcel preventiva para ambos, que aún no se ha hecho efectiva pero representa una amenaza latente.
Al recibir la respuesta favorable para la realización de la ceremonia luego de la medida de fuerza, Facundo decía:
«Esto hay que entenderlo
como una victoria colectiva, principalmente de las comunidades y el
pueblo mapuche movilizados y organizados, como una pequeña batalla
ganada en esta gran confrontación histórica y milenaria contra los
Estados opresores y el sistema capitalista. No hay que cesar las
movilizaciones. El Machi Celestino sigue en huelga de hambre. Tenemos
más presos políticos mapuches. Tenemos nuestra gente perseguida en ambos
lados de la cordillera buscados por las fuerzas represivas del Estado
opresor. Se acerca otra fecha más del asesinato del weichafe Rafael
Nahuel. De esta maldita prisión política. Como también del asesinato de
Estado del compañero Santiago Maldonado en la comunidad en resistencia
de Cushamen. Por eso no hay que cesar las movilizaciones. Porque además
Benetton sigue en nuestra tierra. Lewis sigue en nuestra tierra. Y todos
estos malditos capitalistas siguen oprimiéndonos. Siguen en nuestra
tierra llegando mineras, petroleras, hidroeléctricas y forestales y
todas esas empresas que destruyen y contaminan. Entonces, un abrazo
grande y cálido a todos.»
El We Tripantu es más que
“32 cuchillos y 2 parrillas”, como difamaron los perros de la prensa. Se
trata de la celebración del solsticio de invierno, una de las
ceremonias colectivas de los mapuche en la reconstrucción de su mundo. Detrás
de Facundo, hay un proyecto de vida que necesariamente entra en
contradicción con los intereses capitalistas, y por eso se lo ataca.
Durante los últimos años, los sectores
mapuche que no negocian con el Estado y las empresas continúan creciendo
a través de la lucha. Emplean la acción directa a pesar de la represión
y más allá de la coyuntura política como bien dicen, por la
recuperación del territorio ancestral. Defendiendo la autonomía del
territorio, la independencia y la producción propia en las
recuperaciones, sin injerencia de los capitalistas ni del Estado.
Esta lucha no está aislada. Las
comunidades resisten colectivamente y junto a otros explotados en lucha a
las nocividades capitalistas como mineras, petroleras e
hidroeléctricas, que atentan y devastan el territorio.
Cuando los compañeros del Movimiento
Mapuche Autónomo del Puelmapu hablan de volver a ser mapuche, nos hablan
de un proyecto político, filosófico, cultural, espiritual. Como nos
pasa a menudo a quienes enfrentamos el orden existente, debemos emplear numerosas categorías para explicar lo que en realidad significa la superación de todas ellas.
La lucha anticapitalista y revolucionaria
requiere de la crítica y el enfrentamiento de las separaciones impuestas
por el Capital. Lo que se decide no puede seguir escindido de lo que se
hace, como lo que se hace no puede estar ajeno del juego, el placer y
la espiritualidad, como la naturaleza y el territorio no pueden estar
separados de la vida en comunidad. Se trata de una transformación social
integral, reconfigurando completamente las necesidades humanas,
inseparablemente de la forma de satisfacerlas.
Las ceremonias sagradas de los mapuche
como el We Tripantu, el Kamaruko o el Guillatún, que se realizan en las
comunidades en resistencia y en conflicto, fortalecen su lucha y visión
integral, poniendo en práctica y reconociendo su conocimiento ancestral,
su lenguaje, su espiritualidad. Formas de conocimiento y espiritualidad
que están en conflicto con la razón capitalista y su afán de dominio
destructivo de la naturaleza, y con el represivo pensamiento
judeocristiano. Cuando en otras regiones se habla de la necesidad de
Estados plurinacionales o pluriculturales, como ocurre en Bolivia
institucionalmente, se supone que los pueblos podrían desarrollar su
cultura sin confrontar al orden social dominante. Como si se tratara de
un culto más que “hay que respetar”.
Como señalaron muchas veces
desde el sur, la desaparición, la tortura y el despojo vivido por las
comunidades mapuche no suele tener ninguna repercusión mediática. Los
gobiernos locales están asociados con o forman parte ellos mismos de las
familias adineradas que tienen las tierras productivas y los accesos a
los ríos. Facundo estuvo casi todo el mes sin comer y 4 días sin tomar
agua, antes de recibir respuesta. Dio lucha incluso en el encierro. No
dejemos pasar el mensaje combativo de las comunidades en estos tiempos
de resignación y electoralismo. Sigamos apoyando las recuperaciones
territoriales.
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