jueves, 22 de enero de 2015

Traducción al griego de CHERNOBIL PARA TODOS

Nuevamente compas de ContraInfo traducen un artículo de La Oveja Negra para que explotados y oprimidos de otros rincones del planeta puedan tambien leerlo. Se trata esta vez de Chernobil para todos sobre la energía nuclear en la región argentina, la lucha contra el calentamiento global y el oscurantismo científico.


Nos alertan tambien sobre dos erratas: Parece que IGOR (Grupo Internacional de Reactores Experimentales) se reúne cada año, y no cada dos años. Y además que os más fuertes disturbios contra la construcción de la central de Wackersdorf, en Alemania, se desataron el 1986 (no en 1981). La construcción fue abandonada el 1988.

Y comparten con nosotros un breve articulo desde Bolivia en el mismo sentido: UNA PUERTA ABIERTA MAS PARA EL CAPITALISMO.

lunes, 5 de enero de 2015

BASTA DE LUCHAR POR MIGAJAS

En muchas ocasiones, las decisiones y posiciones antagonistas se malinterpretan, se prejuzgan, se leen a través del lente de la ideología dominante. Por eso, muchas veces nos vemos obligados a explicar lo que debería ser evidente…

La voluntad de no formar parte de un partido político o de un sindicato no es una elección ideológica, de puro gusto, no se trata de un capricho o una afirmación estética. Muchos de los que no nos alineamos en esas formas organizativas no escogimos rechazarlas para luego buscar los fundamentos. No se trata de aceptar un dogma para luego obedecer mandatos divinos, sino de posicionarse a partir de las experiencias personales y colectivas, locales e internacionales, históricas e inmediatas.

Cuando rechazamos la intromisión de partidos y sindicatos en las luchas que se dan de una manera más o menos espontánea es porque rechazamos sus prácticas. Porque nos repulsan sus formas de canalizar la rabia, el amor y la creatividad en consignas jurídicas y económicas, la codificación de los incipientes deseos de transformar la realidad en una forma institucional. Hablamos de esa mentalidad política a la que hacíamos alusión en números anteriores, aquella que busca hacer los reclamos “menos excesivos”, “más razonables” para poder dialogar con el Estado, en el lenguaje del Estado, en el lenguaje de la política. Pero hablar de igual a igual con el Estado es imposible, se puede hablar en su mismo lenguaje, pero nunca de igual a igual.

Se puede entrar en su lógica, donde las necesidades son convertidas en derechos y deberes, las decisiones en consenso y votaciones, renunciando a nuestras capacidades como seres humanos para entregarlas a las instituciones democráticas y renunciando, sobre todo, a destruir lo que nos oprime, nos explota, nos destruye.

Sin embargo, con el tiempo vamos aprendiendo que esas mismas actitudes mediocres y reformistas pueden también venir desde otras formas organizativas que no se presentan a sí mismas como partidos o sindicatos, y que incluso hasta pueden llegar a decir que las rechazan.

Es decir, se puede pedir al Estado que cumpla la ley que él mismo dicta y modifica a gusto, que se condene a sí mismo o que, siguiendo la vieja táctica de “el chivo expiatorio”, sacrifique algunos de sus miembros para dejar contento a un sector de la población. Aquello se puede convocar tanto desde rígidos mandatos partidistas como desde manifestaciones relativamente espontáneas, cantando solemnemente antiguos himnos (nacionalistas, peronistas, stalinistas) o bailando jovialmente, alegres y a puro color.

También se puede pedir a los capitalistas que sean más justos, que repartan un poquito de lo que tienen, sea inocentemente, desde la falta de posicionamiento o aparateados por unos “jefecitos”, sea organizados verticalmente o desde la ronda de la asamblea.

Podríamos dar cien ejemplos más, pero para ser breves queremos decir que lo importante es a qué queremos llegar y cómo queremos hacerlo. El fin no justifica los medios ¡medios y finalidad están íntimamente ligados! Debemos conversar, discutir, aprender, tomar posición en la lucha. No podemos dejar que reflexionen por nosotros, que hablen por nosotros y, por sobre todo, que decidan qué rumbo debemos tomar como clase en lucha.

El pensamiento más a mano es siempre el dominante, no por nada «la ideología dominante es la ideología de la clase dominante». Sabemos que es difícil, que es doloroso, que no engendra simpatía desde las mayorías y hasta debemos ser sinceros y conscientes de que no hay resultados inmediatos en estas luchas, “resultados” tal como los plantea la política dominante. Sin embargo, es importante saber que las supuestas victorias que nos suelen presentar como tales son en realidad profundos fracasos. No se puede festejar que se sacó por la puerta lo que volverá a entrar por la ventana.

Es cierto que ir a por todo no mete preso al policía, al político o al patrón de turno, pero luchar democráticamente tampoco, a menos que se piense que encarcelando a uno u a otro se acaba con el problema. En “el mejor de los casos” la lucha democrática logra su cometido, y se trata ni más ni menos que de un paliativo, una solución que no soluciona nada, porque no ataca al rol de estas instituciones sino al individuo particular. Por cada uno que metan en cana, hagan renunciar u obliguen a pagar, ya hay miles esperando agazapados para reemplazarlos. La propuesta reformista es un fracaso tras fracaso hasta la derrota final. Pero esos fracasos pueden ser pequeñas victorias si aprendemos a sacar lecciones de ello: que los políticos no sirven y por eso no hay que pedirles nada, que no se trata de un botón sino de toda las institución, que el trabajo ¡todo trabajo! es explotación, que los burgueses sólo persiguen la ganancia despreciando toda vida, que la propiedad es el robo, que la religión es opresiva más allá de si colaboró o no con la última dictadura, que los curas son opresores aunque no sean violadores, que si no cambia todo no cambia nada. Y lo más importante, que si no cambian las condiciones materiales existentes todas estas supuestas injusticias se sucederán una y otra vez, porque no son anomalías del sistema, ¡es cómo el sistema funciona!

No se trata —¡y esto es fundamental!— de escoger uno de los dos polos que nos ofrecen
: riqueza o pobreza, empleo o desempleo, izquierda o derecha, urnas o milicos, etc. Principalmente porque, aunque se quiera, es imposible elegir entre un polo y otro, sólo se puede mirar con cariño a uno o al otro, pero uno existe porque existe el otro. Se trata de reventar esa polaridad.
 
“Nuestra” propuesta no es ninguna novedad, es la lucha revolucionaria histórica y mundial contra el capitalismo y su Estado, contra sus sostenedores y sus falsos críticos, que se empeñan en que esto jamás termine. No es la lucha de un grupito u otro, de un individuo aspirante a héroe o de un humilde líder de masas. Es la lucha del proletariado que, si bien precisa de grupos, de individuos, de organizaciones y coordinaciones para avanzar, no se limita a estos episodios de su vida.

Puede gozar de no muy buena reputación, ser impopular según las mediciones estadísticas, ir a contramano de todas las modas y lo políticamente correcto, pero es una manera —sino la única— de cambiar las condiciones existentes para que dejen de existir estas aberraciones por las cuales, como clase social, vamos a seguir protestando, saliendo a la calle, reflexionando, atacando o defendiendo. Claro que esto no se hará de la noche a la mañana, sino paso a paso, poco a poco, con o sin prisa, pero sin pausa. Comenzando hoy para modificar la desfavorable relación de fuerzas, destruyendo, construyendo, luchando.

REPRESIÓN EN EL ESTADO ESPAÑOL

Desde el inicio de la crisis europea en el 2008 el Estado español, siguiendo las directrices de la Unión Europea, ha impuesto una serie de medidas de austeridad. La creciente tasa de desempleo, crisis en el mercado inmobiliario, inflación, etc., han generado una respuesta masiva por parte de la población más afectada, que se visibilizó sobre todo en el llamado “15M” con ocupación de calles y plazas, bajo la consigna «no nos representan».

Frente a esto actuaron las viejas y conocidas armas de la burguesía para intentar reconducir y detener la rabia social. Por un lado, la canalización democrática ciudadanista transformó aquella consigna en «no nos representan éstos», sobre todo a partir de Podemos, la alternativa parlamentarista por excelencia que ya cuenta con bancas en el parlamento europeo. Por otro lado, el Estado no dudó en reforzar el monopolio represivo, ampliando el campo legislativo para sancionar administrativamente a quienes participen u organicen todo tipo de actividades como protestas y manifestaciones. Está preparando el terreno para lo que acompañará a la crisis estructural, que va a profundizarse en los próximos años y que las medidas de austeridad no detendrán en lo más mínimo.

El Partido Popular pretende promulgar de hecho la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, conocida como “ley mordaza”. Esta ley, entre otras cosas, sancionará con multas de 30.000 a 600.000 euros la asistencia a reuniones o manifestaciones no anunciadas y/o ilegales; de 600 a 30.000 euros por difundir imágenes de la policía o por obstaculizar o intentar impedir un desahucio; o entre 100 y 600 euros por realizar una asamblea en un espacio público. Tras la aprobación en el Pleno del Congreso, la promulgación definitiva de la Ley de Seguridad Ciudadana está prevista para febrero de 2015. Básicamente, la ley convierte en sanciones administrativas lo que antes eran faltas incluidas en el Código Penal y, por tanto, sometidas a control judicial previo.

El Estado busca así complementar la represión física policial más visible por una no menos eficaz y desalentadora represión económica.

En este contexto, el pasado 16 de diciembre en el marco de la llamada Operación Pandora, fueron detenidos 11 anarquistas en Madrid y Barcelona. Esta operación represiva fue decretada por la Audiencia Nacional española (anteriormente conocida como Tribunal de Orden Público franquista). El inmenso despliegue policial, en el que trabajaron conjuntamente más de 700 agentes de Mossos d’Esquadra (policía catalana) y Guardia Civil, atacó una de las más viejas y representativas casas ocupadas de Barcelona, dos ateneos libertarios y los domicilios privados de las detenidas.

La operación se dio en el marco de una investigación sobre una presunta organización terrorista anarquista que, amparándose en el secreto de sumario y sin ningún sustento de evidencias ni acusaciones sobre hechos concretos, inculpa a los detenidos de formar parte de la misma y de realizar estragos y atentados con explosivos, además de la elaboración de materiales de agitación anarquista.

El 18 de diciembre, tras ser trasladados todos los detenidos a la Audiencia Nacional (institución especialista en terrorismo) en Madrid, se ha decidido sobre el curso de estas detenciones, aunque todos se negaron a declarar. Así, cuatro compañeros han salido a la calle teniendo que asistir semanalmente al juzgado y fijar domicilio; mientras que los restantes siete han quedado en prisión preventiva.

En relación a la operación, el gobierno español ha declarado y remarcado que ésta se dirige a los “anarquistas violentos” con la clara intención de presentar una división en torno al uso de la violencia al interior del movimiento anarquista.

Tampoco es casual que el día previo a la operación se reunieran los ministros del interior de Chile y España para coordinar un accionar conjunto contra el terrorismo y la delincuencia. Meses antes se había concretado un encuentro entre el ministro del interior español Jorge Fernández Días y la presidente chilena Michelle Bachelet, en el cual se acordó la firma de un convenio de colaboración policial, enfatizando la cooperación entre ambas policías en la lucha contra el terrorismo, y contemplando también programas de formación para la policía chilena bajo el mando de la guardia civil y la policía nacional española.

Estos hechos evidencian una vez más que en cualquier parte del mundo los Estados intentan presentar terroristas dentro y fuera de los territorios nacionales, no sólo para poder justificar guerras interburguesas sino también para ocultar que nuestro verdadero enemigo es el Capital y el Estado. Es por esto que nos solidarizamos con los compañeros del territorio español, y junto a ellos gritamos: ¡¡¡Terrorista es quien nos condena a una vida de miseria, no quien se rebela contra ella!!!

EN ARGENTINA, FRANCIA O EN LA CHINA: ¡POLICÍA ASESINA!

Siempre nos empeñamos en remarcar que no se trata de una “manzana podrida que pudre el cajón”, que no se trata de un policía particularmente asesino, sino de toda una institución. Lo dijimos cuando en Argentina apareció el cuerpo de Luciano que se negó a robar para la mafia policial, o cuando desaparecieron a Franco en la Comisaría Séptima de la ciudad de Rosario.

En Francia, el 26 de octubre de 2014 el brazo armado del Estado asesinó a Rémi Fraisse. El joven de 21 años murió tras la explosión de una granada aturdidora arrojada por la policía francesa en los enfrentamientos que se desencadenaron después de la manifestación contra la construcción de una represa de agua a lo largo del bosque de Sivens, en el humedal de Testet, en el departamento de Tarn (sur de Francia). Alrededor de 7.000 personas se reunieron en la denominada ZAD (zona a defender) de Testet, después de meses de ataques policiales y de la destrucción del humedal y los refugios de quienes lo defienden. Hacia finales de la tarde y durante la noche decenas de personas atacaron a las fuerzas de orden que protegían las obras de la represa, mostrando su rabia e intentando retrasar la reanudación de las obras. Luego de este asqueroso asesinato, las consignas de las protestas en las calles francesas eran claras y contundentes, en dos banderas que iban juntas podía leerse: «La policía mata», «Llamado a la revuelta».

En un comunicado titulado Matar por el desarrollo se expresa: «Pasadas menos de 48 horas, la prensa y la élite política del país divulgaron los resultados de un informe de expertos, conocido desde hacía días, dando un varapalo (N. de la O. N.: palazo, conclusión) al proyecto de pantano en el riachuelo del Testet: demasiado grande, demasiado destrozo ambiental y, en el fondo, de una utilidad discutible. En resumen, que no debían haber comenzado las obras. Lástima por las numerosas personas heridas en septiembre, particularmente por pelotas de goma, cuando intentaban formar una barrera con sus cuerpos para impedir la destrucción del bosque. Y sobre todo, lástima por Rémi F. Todos tenían razón al protestar, pero la tuvieron demasiado pronto, puesto que para los señores Carcenac (presidente del Consejo General del Tarn, socio del proyecto) y Gentilhomme (el prefecto) resultaba inconcebible la suspensión de las obras durante la espera de dicho informe. Vivimos en un mundo donde a menudo tener razón no sirve de nada.» Ese mismo Carcenac, a propósito de Rémi, dijo que «morir por una idea tiene su valor, pero no deja de ser algo relativamente tonto y estúpido». ¡Lo que no es tonto para estos señores es matar por la ganancia, por la defensa de la propiedad privada!

Para contextualizar lo que vamos a publicar a continuación queremos contar quién es Wissam El–Yamni, camionero de 30 años, vecino de la barriada La Gauthière de Clermont–Ferrand, en el centro de Francia. La noche del 1° de enero de 2012, Wissam fue detenido y golpeado por la policía mientras festejaba el año nuevo con sus amigos, cayó en coma y murió en el hospital nueve días después.

Lo que sigue es una CARTA ABIERTA A LA MADRE DE RÉMI FRAISSE escrita por Farid El–Yamni, hermano de Wissam. Está dirigida a la madre de Rémi y fechada el 3 de noviembre de 2014 fue enviada a los padres de Rémi, pero con la intención de que sea pública. La hemos extraído del sitio web Contra Info, donde ha sido traducida. La publicamos completa porque nos parece que expresa una verdad universal, sin fronteras, fuera de cualquier dogma ideológico. Escrita con pasión, dolor y mucha fuerza (las negritas son nuestras):

«Le escribo esta carta en un tiempo que en París se condena a las manifestaciones violentas y se alaba a las sentadas pacíficas. Perdí a mi hermano en condiciones bastante similares a las que usted ha perdido a su hijo. Mi hermano, que cuidó mucho de mi madre, nos dejó y no volverá. La pérdida de mi hermano me causó un inmenso dolor que siento cada vez que el Estado asesina otra vez. “Allí, donde crece el peligro, también crece lo que salva”, dijo alguien. Cada vez que el Estado asesina también es una oportunidad para pararlo, forzarle a cambiar, y devolver la dignidad perdida a todos los demás. La muerte de Rémi está ligada a mucho más que a la historia de una vida; está ligada a la vida de todos nosotros, individual y colectivamente. La criminalización que ocurrió es terrible; fue lo mismo para nosotros. Me di cuenta más tarde de que fue deliberada. Sólo quería una cosa: que la Justicia llegase a la verdad y devolviese la dignidad que mi hermano merecía, en calma, y que esa historia beneficiase a todos, a nosotros los gobernados con objeto de querernos mejor, igual que a la policía para reconciliarlos con la nación.
Pensaba que la policía no podría aceptar asesinatos entre sus filas, no la conocía lo suficiente entonces. Estaba equivocado. Los barrios han ardido; llamamos a la calma: cada coche o contenedor quemado era percibido como un insulto, como una espina en pleno corazón, una espina que empujaban cada vez más adentro.

Luego pasó el tiempo, nos prometieron la verdad, pero no nos dieron nada excepto mentiras, nada excepto falsas promesas, como a muchos otros antes de nosotros. La gente nos lo avisó, pero no les creímos. François Hollande, él mismo tomó a mi madre en sus brazos y le prometió que nos ayudaría a arrojar luz a la muerte de su hijo.

Sin justicia ni verdad, vivimos el tiempo que pasaba como una sentencia de prisión. Estábamos aún en prisión, asfixiando y pidiendo ayuda a la Justicia. Y entonces nos dimos cuenta que nuestro caso no estaba aislado; otras tantas familias experimentaron, y todavía experimentan lo mismo. ¡Hay tantas humillaciones y mutilaciones cometidas conscientemente por la policía y encubiertas por la Justicia, tantas!

También descubrimos cómo piensa la policía, es algo escalofriante. Aquí va un ejemplo: el pasado miércoles, tras la manifestación de París, uno de los oficiales de policía me dijo “1–0” delante de sus colegas de la comisaría de policía, que se reían cuando nos vieron llevando la camiseta “Urgencia: Nuestra Policía Asesina”.
 
Nadie le dijo nada, nadie… Con ejemplos de este tipo, que tanta gente experimenta a diario en Francia, no pueden más con esta policía, ni pueden ver una salida de todo eso.

Entiendo las llamadas a la calma; nosotros hicimos lo mismo entonces. Usted también tiene que entender que mucha gente ya no crea en este sistema que da impunidad de facto a la policía. Tiene que entender que la no–violencia es concebible sólo si se supone que el oponente es capaz de cuestionarse a sí mismo: ellos son humanamente incapaces de eso, porque consideran que poner en cuestión a la policía significaría poner en cuestión al Estado. Durante 40 años, la policía asesina con impunidad, repetidamente. Durante 40 años, hemos estado presenciando el mismo método de encubrimiento de los asesinatos del Estado, a pesar de los videos, los testigos, las evidencias. Durante 40 años, hay sentadas, manifestaciones, libros, declaraciones oficiales de políticos, declaraciones dirigidas al ministro del interior. Durante 40 años, eso no ha funcionado.

Aquí va como funciona: la agencia de noticias AFP emite la historia de última hora, el fiscal miente, se abre una investigación chapucera y de mala calidad que termina luego de muchos años en una condena ridícula, o incluso una falta de condena. Lo peor es que los que enterrarán el tema serán promocionados y los que asesinaron a nuestros hermanos, nuestros hijos o amigos serán tratados como campeones por sus colegas. Esta es la realidad que usted va a experimentar también.

Manuel Valls, primer ministro francés, dijo que los disturbios son un insulto a la memoria de Rémi, pero que sepa usted que Manuel Valls, mediante su inacción para combatir la impunidad de la policía, es el primer asesino de su hijo. Es un criminal reincidente. Vino a Clermont–Ferrand una semana antes del falso informe de la contra–autopsia, de la que él conocía los resultados, y no habló del caso sino para mejor condenar la violencia de los que se rebelaron contra el asesinato de mi hermano.

Señora, la gente está luchando por Rémi, por su dignidad y sus ideales. Luchan por usted, por todos nosotros, porque la fraternidad sea efectiva. Los que luchan conocen lo suficiente la malicia de nuestros gobernantes para entender que están intentando hacernos creer que vivimos en un Estado basado en la ley, mientras vivimos en un Estado basado en el deber. El Estado no respeta la ley que exige que nosotros respetemos. Juega con nuestros cuerpos, nuestra seguridad, nuestro dinero y nuestra dignidad. Exige que estemos arrodillados, y esto es un imperativo categórico.

Le escribo esta carta a usted, y a todos los que lean mis palabras, para hacer saber que hoy, más que nunca, entiendo cómo la no–violencia en cuestiones de crímenes de Estado tiene sus límites. Porque por su impotencia, la no–violencia a veces es más condenable, más mortal que la violencia misma. Los que nos gobiernan son maliciosos, arribistas, sádicos y reincidentes. Hay que echarlos fuera por todos los medios que sean necesarios

¡ARRIBA PARIAS DE LA TIERRA!

[por razones de espacio este artículo no está incluído en la versión en papel del boletín]
 
Una molotov es encendida en el barrio de Exargia en Atenas. Su parábola ilumina el cielo de un barrio negro en Ferguson y estalla en la puerta del Palacio Nacional de México DF.

GRECIA. El día 10 de noviembre el anarquista Nikos Romanos, de 21 años,  preso desde febrero del 2013 y salvajemente torturado por expropiar un banco, se declaró en huelga de hambre y la mantuvo durante 31 días  negándose a recibir cualquier tipo de suero. El motivo era exigir salidas para educación negadas por parte del Estado griego.

En el ínterin que duró su postura, en toda Grecia -pero también en Madrid, Estambul, Buenos Aires, Santiago o Bruselas- hubo manifestaciones de solidaridad: enfrentamientos con la policía, quema de cajeros automáticos, marchas pacíficas, etc.

La situación de Nikos le agregaba un tinte especial a la convulsionada realidad griega. Él era quien estaba con Alexis Grigoropoulos el día de su asesinato a manos de la policía el 6 de diciembre de 2008.(1) Este crimen del Capital, desató la revuelta más grande en la historia del país helénico, propagándose por más de un mes. Cada aniversario se conmemora, no con marchas de silencio ni festivales, sino con lucha callejera, barricadas y tomas de edificios públicos. Este 6 de diciembre no fue la excepción. Finalmente Nikos Romanos obtuvo el permiso para asistir a la universidad con una pulsera electrónica.

ESTADOS UNIDOS. El día 9 de agosto es asesinado a balazos en Ferguson, Missouri, el joven negro Michael Brown por el policía blanco Darren Wilson. ¿Su crimen? Ser negro y pobre. Al otro día, y durante una semana,  se extienden los disturbios en la ciudad. El gobierno moviliza a la Guardia Nacional e impone el toque de queda,  lo que va disminuyendo los enfrentamientos.

El día 24 de noviembre Wilson es absuelto y la furia popular nuevamente se expande,  aunque esta vez no sólo en Ferguson. Más de 170 ciudades vieron sus calles abarrotadas de cientos de personas negras, blancas y chicanas, algunas en protestas pacíficas y otras atacando a la policía. Hubo saqueos, cortes de ruta, sabotaje a comercios y al infame “Black Friday”, el día de la estupidez consumista.

El 4 diciembre también es exonerado el policía que en julio asfixió y mató a Eric Garner,  recrudeciendo las protestas. Incluso en Palestina hubo demostraciones de solidaridad al respecto. El lema: «I can't breathe» («no puedo respirar»), sus últimas palabras.

Obviamente esto no es nuevo. Por motivos similares se dieron las revueltas de Watts (1965), Detroit (1969) y Los Angeles (1992). (2)

MÉXICO. Desde la desaparición de los 43 estudiantes en Guerrero (ver La Oveja Negra nro.22) las diferentes demostraciones de los explotados mexicanos siguen en pie al día de hoy.

El 8 de noviembre una enorme multitud se congrega en el Zócalo de México DF. La consigna general es «Fue el Estado» y en el piso de la plaza inscriben un gigante «Que se vayan todos», la histórica consigna de la revuelta del 2001 por esta región. Un grupo de incontrolados intenta asaltar el Palacio Nacional. Llueven las molotov a la puerta y los cimbronazos con las vallas o a patada limpia. La policía reprime y desde los sectores más ciudadanistas intentan instalar la idea de que los encapuchados son agentes del Estado. Mientras tanto se continúan buscando los restos de los estudiantes que, si bien no aparecen, sí se encuentran otros cuerpos en fosas comunes a lo largo y ancho de Guerrero. México es una enorme fosa común. El 15 de noviembre tras varios meses de asedio la policía tirotea el Okupa “Che” en las instalaciones de la UNAM. Los estudiantes resguardan el lugar con barricadas y se enfrentan a la policía.

El 20 de noviembre se lleva a cabo la huelga general en México con una participación masiva en las calles. Hay enfrentamientos con la policía camino al aeropuerto del DF y en el Zócalo. El Estado responde encarcelando en penales de máxima seguridad a 11 personas, acusándolas de terrorismo. El 14 de diciembre la policía reprime violentamente un recital en apoyo a los estudiantes desaparecidos en Chipalcingo. Se da un nuevo enfrentamiento donde un participante de la revuelta toma una camioneta y atropella algunos policías. El día 26 de diciembre padres de los desaparecidos, estudiantes y maestros anuncian que sabotearán las elecciones. México es un polvorín y el Estado no da marcha atrás.(3)

¿Qué podemos decir de las protestas y disturbios que hemos visto en los últimos meses en México, Grecia y Estados Unidos? En esta región del mundo, donde la paz social parece inquebrantable, donde acostumbramos a aguantarlo todo, donde la palabra luchar parece haberse transformado en sinónimo de procesiones, tambores y urnas… Desde aquí queremos hablar de las luchas pero también escuchar su mensaje en común. Mensaje que en muchas ocasiones puede parecer poco explícito por no estar codificado en comunicados rimbombantes ni en el programa de algún partido político, pero no por ello pierde precisión: la paz del Capital no es perenne y la violencia cotidiana que éste nos ejerce se puede devolver.

¿Qué une a un afroamericano con un joven blanco de Grecia con unos estudiantes mexicanos de origen campesino? Su condición de explotados y oprimidos, de ser –al igual que nosotros– considerados mercancías por el Capital, que cuando dejan de servir pueden ser reemplazadas por otras.

En el caso de Nikos Romanos y sus compañeros, de los estudiantes de Guerrero y de otros núcleos radicales de explotados mexicanos, se da la acción consciente de pasar a la ofensiva. De buscar, atacando, una vida distinta a la cotidiana. Es ahí cuando la violencia del Estado se redobla, con cárceles, desapariciones y represión. Comienza el circo de los infiltrados, de la estigmatización de los que luchan, de la caracterización -por parte del Poder-  de los explotados como unos tontos que para todo necesitan jefes y caudillos. Los periodistas y especialistas de todo tipo lloran porque estos episodios no se pueden definir. ¡Como si la miseria material y espiritual no fuera motivo más que suficiente para querer derribar este sistema!

Muchos proletarios que son parte de la revuelta intentan ir más allá de ella, buscan generar situaciones de no retorno a la normalidad, de ir afilando los ataques y de hacer de esa fuerza arrolladora un golpe colectivo que hiera de muerte al Capital. Lejos de la ira proletaria colectiva estas acciones quedarían en la nada. Bien decía Bakunin hace más de 100 años: «La insurrección popular, por su misma naturaleza, es espontánea, caótica y despiadada; supone siempre la destrucción de su propiedad y de la ajena.(...) Esa pasión destructiva, sin embargo, está lejos de elevarse a la altura de la causa revolucionaria, pero sin ella la revolución sería imposible, porque no puede haber verdadera revolución sin una destrucción arrolladora y apasionada, una destrucción beneficiosa y fecunda, pues sólo de ella nacen y surgen mundos nuevos.» (Métodos del período preparatorio en Tácticas Revolucionarias).

Estos episodios recientes, contra todos los pronósticos de socialdemócratas y académicos, vuelve a confirmar la vieja guerra de clases siempre latente y la necesidad de ataques a nivel mundial al Estado y al Capital. En 2 meses, y casi en los mismos días,  oprimidos de latitudes diferentes atacaron los mismos objetivos: policías, bancos, sedes de partidos políticos, oficinas estatales. Incluso saludándose entre ellos a miles de kilómetros. El internacionalismo no es una bonita idea, sino la condición necesaria para que triunfe la Revolución ¿Cuánto más habrá que explicar las cosas?

Hermanos explotados de otras partes del mundo gritan su rabia que también es la nuestra. Estemos atentos y empecemos a gritar juntos.

Notas:
1 Al respecto recomendamos los documentales: Vamos a iluminar la Oscuridad (Grupo Anarquistas Rosario) y La potencialidad de asaltar el cielo (anónimo).
2 Recomendamos: La decadencia y caída de la economía espectacular-mercantil (Guy Debord) y
La llama del suburbio (Proletarios Internacionalistas).
3 Recomendamos: Caso Ayotzinapa desde una posición anarquista-comunista