domingo, 29 de julio de 2018

ILUSIÓN DE MOVIMIENTO EN TORNO A LAS PELÍCULAS «SOLEDAD» Y «EL CAMINO DE SANTIAGO»

A un par de kilómetros del territorio rebelde de Cushamen donde mataron a Santiago está el museo Leleque, perteneciente a la estancia Bennetton y dedicado a las "culturas indígenas". Con esa escenificación el grupo empresarial italiano y el Estado argentino pretenden reducir a las comunidades en fantasmas sin voz ni memoria. Objetos inanimados inundan sus vitrinas, fotos en blanco y negro. Textos que no dicen nada. Una atmósfera sin vida que fundamenta la razón estatal. Fuera del museo y la estancia, la maquinaria capitalista se manifiesta de manera menos sutil pero complementaria: tiroteos, incendios de las rukas, intentos de desalojos, torturas y la desaparición y asesinato de compañeros de las comunidades.

Decir que la historia la escriben los que ganan es un lugar común pero no por ello menos cierto.

Este 1 de agosto se estrenará en el teatro porteño ND Ateneo el documental El Camino de Santiago dirigido por Tristán Bauer con guión de Florencia Kirchner.

Para el 20 de septiembre se estrena la película Soledad en torno a Soledad Rosas y su compañero Baleno, dirigida por Agustina Macri, hija del actual presidente.

Como un chiste macabro, dos hijas de los apellidos más poderosos de la burguesía y la política actual han elegido la vida de estos compañeros anarquistas para sus productos.

En ambos casos, han encontrado elementos que al reducirlos a circunstancias cinematográficas, resultan seductores: la rebeldía juvenil, el viaje iniciático, la lucha por una causa, el final trágico. Añadiendo, en el caso de Soledad Rosas, el romance apasionado.

El camino a la mentira
La elección del título del documental, tan obvio, no debe ser acusado de erróneo o poco profundo, para estos amigos del Papa. El camino de Santiago existe. Es una enorme ruta de peregrinación católica, entre Francia, España y Portugal que lleva a la ciudad de Santiago de Compostela en Galicia, donde los fieles honran al mártir Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles. Elocuente título, refleja fielmente la cosmovisión progresista: la reducción de una persona a personaje de ficción y luego a mártir y santo, es decir no humano. A sus seguidores para honrarlo solo les toca rezar y llorarlo, admiran solo lo irreal, aquello que es imposible entender y acompañar. Todo muy cristiano.

El año pasado ya se quisieron apropiar de la figura de nuestro compañero: con sus marchas como procesiones, el intento de convertir al Brujo en mártir de la democracia, metiéndolo en la rosca política que tanto despreció con su lucha, con sus canciones y en sus escritos. No tuvieron tapujos en subestimar la lucha mapuche radical – “pobrecitos indios”- a quien Santiago habría ido a ayudar, como quien hace caridad cristiana. En sus marchas no hablaban de la prisión de Jones Huala, ni de la situación de Cushamen, ni de la propuesta del MAP. De la RAM, solo podían concebir que eran una creación de los servicios de inteligencia. Cristina Fernández, madre de Florencia, apareció con toda su caradurez en una misa portando la foto de Santiago a la par que invitaba a sus seguidores a delatar y castigar a compañeras y compañeros, acusados de infiltrados, de terroristas o de empleados de Macri. Herejes, iconoclastas que no querían procesiones si no que cortaban rutas y calles, y apedreaban policías e iglesias.

Como buen producto para el mercado, El Camino de Santiago, se promocionó con una estrategia de marketing contemporánea. En las calles de Buenos Aires aparecieron afiches anónimos, con estética de agrupación militante, ilustrados con los ojos del compañero. Y rezaba: « ¿Dónde termina el camino de Santiago?» Lo mismo en las redes sociales. Varios spots con imágenes de la Patagonia con la misma pregunta. Muchas personas comenzaron a difundirlo sin saber de qué se trataba y quién estaba detrás.

El director de la cinta, es Tristán Bauer, uno de los mejores cuentacuentos del anterior gobierno. Ex director de Canal Encuentro, también dirigió entre otras, Evita, la tumba sin paz (1997), la exitosa Iluminados por el Fuego (2005) sobre la guerra de Malvinas y Che, Un Hombre Nuevo (2010) que tuvo su debut multitudinario en el Monumento a la Bandera de Rosario. Uno de los productores es el Topo Devoto, que ya trabajó en Néstor Kirchner, la película (2012) dirigida por Paula Luque.

Hoy, estos seres horribles, han producido una imagen lavada del compañero Brujo, poniéndolo al lado de todas esas figuritas, íconos del progresismo.

Como rebote de esto, Clarín y otros medios reaccionarios han salido a pegarle al documental, para seguir machacando que la desaparición y asesinato de Santiago fue toda una opereta K contra el gobierno de Macri. Que en realidad, Santiago solo se ahogó y que además fue engañado por los mapuche terroristas. El discurso de la grieta que tanto conviene a los negocios electorales de ambos grupos.

Ideal. Amor. Injusticia
En 1998, en medio de un montaje jurídico-policial donde son acusados de pertenecer a una agrupación ecoterrorista llamada «Lupi Grigi» (Lobos Grises), Baleno primero y Soledad Rosas después, compañeros de lucha y de vida, se ahorcaron en su encierro. «Crimen de Estado» lo llamaron sus compañeros, porque fueron empujados a tomar aquella decisión. En el marco de este montaje otros tantos fueron encarcelados, okupas y locales monitoreados en un intento de amedrentamiento. La lucha en defensa de la tierra, como es la histórica campaña contra los Trenes de Alta Velocidad en Europa, encontraba un revés histórico.

Al éxito del Estado, le siguió el éxito del sensacionalismo y el comercio. Tanto en Italia como en Argentina tuvo una importante repercusión mediática. Anarquistas y okupas de aquellos años tuvieron algunas páginas o minutos al aire en medios masivos de esta región para hablar de Soledad. «La nueva forma de guerrilla», titulaba Chiche Gelblung en Memoria mientras entrevistaba a okupas en Rosario. Ni lerdos ni perezosos, la asociación empresarial Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota nombra a Soledad en una de sus canciones: «La Sole se fue de lo linda que era». No, la suicidó el Estado.

En el 2003 se publica el libro Amor y Anarquía, la vida urgente de Soledad Rosas de Martín Caparrós, una de las caras en aquellos años del periodismo serio y progre junto a Jorge Lanata. El libro fue un éxito y las palabras amor y anarquía circulaban por la tele.

Pero lo peor estaba por venir con la realización de Soledad de Agustina Macri y por supuesto la reedición del libro. Caparrós, con un cinismo agobiante, defiende la realización de la película porque como buen empresario sabe adaptarse a lo que vende en los tiempos que corren, “mujeres protagonistas” según los publicitarios y guionistas.

La compleja y necesaria lucha anticapitalista encarnada en Soledad y Baleno quiere ser convertida en «un ideal, un amor, una injusticia» como reza el subtítulo de la película.

Acto final
Aunque inútil el ejercicio, no dejamos de preguntarnos qué pasa por la cabeza de alguien como Agustina Macri o Florencia Kirchner. Pero no tiene sentido aventurarnos a tan oscuros abismos.

Por nuestra parte invitamos a no asistir a las proyecciones de ambas películas y a difundir la verdad sobre estos compañeros. Ejerzamos una memoria activa y rebelde.
Nos alegra saber que en Italia, compañeras y compañeros sabotearon la filmación de Macri que tuvo que mudar sus locaciones en Milán, mientras que en Roma tuvo que realizarse bajo la protección de policías antidisturbios.

Estos compañeros no pertenecen a ningún grupúsculo, no queremos ejercer sobre ellos el derecho a la propiedad que nos impone el Capital. Sus luchas, sus vidas antagonistas, pertenecen ya, a toda la memoria anticapitalista de todo el Planeta. Sus miradas, acciones y palabras nos nutren hoy y lo harán mañana con las nuevas generaciones de luchadoras y luchadores. Por eso, mucho menos caben en ninguna novelita burguesa.

En esas cintas, no estarán el Brujo, ni Sole, ni Baleno. No hay nada que ver ahí. Solo una representación de una falsificación previa, a precio de una entrada. Solo un montaje de imágenes muertas animadas por una ilusión de movimiento.

Texto elaborado entre compas de Rosario y Buenos Aires.

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