Pensamos, escribimos y corregimos estas palabras, mientras las fuerzas represivas golpean y matan por todo el territorio. Esta lista inacabada de hechos sirve para darnos una idea del aumento de la prepotencia armada en distintos barrios y ciudades de Argentina.
El 24 de marzo, en Ingeniero Juárez, Formosa, al menos cincuenta policías irrumpieron violentamente en calles y viviendas de habitantes wichís, originarios de esa zona. De este operativo resultaron presos cuatro menores y se suma a las represiones desatadas en diciembre y enero.
Un día antes en Rosario, siete personas que se encontraban en una plaza lo vivieron en carne propia. Golpes, patrulleros, corridas, violencia verbal, física y cárcel por 14 horas. No tenían nada encima, tampoco antecedentes. Durante la detención, a uno de ellos lo golpearon fuertemente y le cortaron las rastas con un cuchillo. En la comisaría 14 fueron fotografiados y nuevamente agredidos. Los perros imputados por esta agresión salvaje son: Mariano Saavedra, Erika Denis, Walter Durate, los cabos Ariel Godoy y Santiago Morán y el suboficial Roberto Salinas y Cristina G.
El 8, Facundo Ferreira de 12 años fue ejecutado por la Policía en Tucumán. El niño fue asesinado por una bala que le entró por la nuca. En el lugar, los únicos casquillos que se encontraron fueron de 9 mm y balas de goma que se corresponden con las armas de las fuerzas de seguridad.
También en este mes se dieron otros casos de terrorismo policial como el asesinato de Mauro Garfañoli, oriundo de la ciudad de San Nicolás. En esta ocasión, no necesitaron armar ningún montaje, lo asesinaron con el argumento de que tenía pedido de captura y se quiso dar a la fuga. Por otro lado, Facundo Agüero de la provincia de Neuquén, quedó internado en condiciones de salud muy delicada. Según el falso testimonio de las fuerzas de seguridad, se habría robado un perfume y en la persecución habría sufrido un “accidente”, cayendo de un paredón de 4 metros. Versión posteriormente desmentida por un video en el cual los perros lo reducen y lo golpean hasta dejarlo al borde de la muerte. Su madre, que accedió a sus pertenencias, encontró el ticket de pago del perfume.
Las fuerzas represivas no cuentan solo con el apoyo de los políticos, sino también de gran parte de la sociedad. Exagerando o no, el publicista de este gobierno Jaime Durán Barba ha declarado recientemente que la mayoría de la población está a favor de la pena de muerte. Bueno sería que la “reacción” se limite a decir barbaridades en medios y redes sociales, o a través de las encuestas. Pero incluso pasa a la acción. Cristián Cortez de 19 años fue asesinado a golpes por varias personas tras supuestamente haber robado un celular. Este nuevo linchamiento ocurrió en la provincia de San Juan.
Finalmente, el 2 de marzo pasado se cumplió un año de la masacre de la comisaría primera de Pergamino, donde fueron asesinados Sergio Filiberto, Federico Perrotta, Alan Córdoba, Franco Pizzarro, John Mario Carlos, Juan Carlos Cabrera y Fernando Emanuel Latorre, todos presos sin condena en esa dependencia policial. Encierro, hacinamiento y un incendio que los efectivos policiales deliberadamente dejaron crecer, impidiendo incluso el accionar de los bomberos que llegaron a la comisaría por los gritos que se escuchaban en las cercanías. Al año, más de mil personas se movilizaron para seguir repudiando el hecho. Pero en un principio esto no fue así: siguiendo la tónica reinante, a los días de la masacre se hablaba de motín, de lucha entre presos y, a pesar del terrible dolor, muchos “ciudadanos bien” escupían frases como “7 menos”. Solo la lucha y la constante movilización permitió que no quede todo tapado, que se sepa de la masacre, que los policías sean retirados de sus cargos y que el, en ese entonces, comisario Alberto Donza deba huir de la ciudad, hoy “prófugo” de la justicia. Jus7icia se ha convertido en una respuesta de familiares, amigos y compañeros a la represión, el miedo y la estigmatización imperantes.
El 24 de marzo, en Ingeniero Juárez, Formosa, al menos cincuenta policías irrumpieron violentamente en calles y viviendas de habitantes wichís, originarios de esa zona. De este operativo resultaron presos cuatro menores y se suma a las represiones desatadas en diciembre y enero.
Un día antes en Rosario, siete personas que se encontraban en una plaza lo vivieron en carne propia. Golpes, patrulleros, corridas, violencia verbal, física y cárcel por 14 horas. No tenían nada encima, tampoco antecedentes. Durante la detención, a uno de ellos lo golpearon fuertemente y le cortaron las rastas con un cuchillo. En la comisaría 14 fueron fotografiados y nuevamente agredidos. Los perros imputados por esta agresión salvaje son: Mariano Saavedra, Erika Denis, Walter Durate, los cabos Ariel Godoy y Santiago Morán y el suboficial Roberto Salinas y Cristina G.
El 8, Facundo Ferreira de 12 años fue ejecutado por la Policía en Tucumán. El niño fue asesinado por una bala que le entró por la nuca. En el lugar, los únicos casquillos que se encontraron fueron de 9 mm y balas de goma que se corresponden con las armas de las fuerzas de seguridad.
También en este mes se dieron otros casos de terrorismo policial como el asesinato de Mauro Garfañoli, oriundo de la ciudad de San Nicolás. En esta ocasión, no necesitaron armar ningún montaje, lo asesinaron con el argumento de que tenía pedido de captura y se quiso dar a la fuga. Por otro lado, Facundo Agüero de la provincia de Neuquén, quedó internado en condiciones de salud muy delicada. Según el falso testimonio de las fuerzas de seguridad, se habría robado un perfume y en la persecución habría sufrido un “accidente”, cayendo de un paredón de 4 metros. Versión posteriormente desmentida por un video en el cual los perros lo reducen y lo golpean hasta dejarlo al borde de la muerte. Su madre, que accedió a sus pertenencias, encontró el ticket de pago del perfume.
Las fuerzas represivas no cuentan solo con el apoyo de los políticos, sino también de gran parte de la sociedad. Exagerando o no, el publicista de este gobierno Jaime Durán Barba ha declarado recientemente que la mayoría de la población está a favor de la pena de muerte. Bueno sería que la “reacción” se limite a decir barbaridades en medios y redes sociales, o a través de las encuestas. Pero incluso pasa a la acción. Cristián Cortez de 19 años fue asesinado a golpes por varias personas tras supuestamente haber robado un celular. Este nuevo linchamiento ocurrió en la provincia de San Juan.
Finalmente, el 2 de marzo pasado se cumplió un año de la masacre de la comisaría primera de Pergamino, donde fueron asesinados Sergio Filiberto, Federico Perrotta, Alan Córdoba, Franco Pizzarro, John Mario Carlos, Juan Carlos Cabrera y Fernando Emanuel Latorre, todos presos sin condena en esa dependencia policial. Encierro, hacinamiento y un incendio que los efectivos policiales deliberadamente dejaron crecer, impidiendo incluso el accionar de los bomberos que llegaron a la comisaría por los gritos que se escuchaban en las cercanías. Al año, más de mil personas se movilizaron para seguir repudiando el hecho. Pero en un principio esto no fue así: siguiendo la tónica reinante, a los días de la masacre se hablaba de motín, de lucha entre presos y, a pesar del terrible dolor, muchos “ciudadanos bien” escupían frases como “7 menos”. Solo la lucha y la constante movilización permitió que no quede todo tapado, que se sepa de la masacre, que los policías sean retirados de sus cargos y que el, en ese entonces, comisario Alberto Donza deba huir de la ciudad, hoy “prófugo” de la justicia. Jus7icia se ha convertido en una respuesta de familiares, amigos y compañeros a la represión, el miedo y la estigmatización imperantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario