«En el mural de Otoño y Coco» llaman los afiches por las calles de El Bolsón. Ahí fue el lugar de encuentro para movilizarse por la aparición con vida del compañero Santiago Maldonado y la libertad del lonko Facundo Jones Huala. «En el mural de Otoño y Coco…» Unas cuadras más allá otro mural recuerda a los Calfullanca.
Los muertos y los desaparecidos se van sumando y se transforman en el punto de partida para seguir luchando por los nuevos compañeros que el Estado mata o desaparece. Las caras y graffitis en las paredes también se van multiplicando.
Tal vez por no ser de allí, tal vez por tener tantos amigos y compañeros a lo largo de Argentina y Chile, la desaparición de Santiago Maldonado el 1° de agosto y su asesinato están mostrando a mucha gente la terrible violencia capitalista que se vive en esa zona del norte patagónico. Tristemente, Santiago es uno más de los cuerpos que desaparece o asesina la democracia.
Con 16 años a Otoño Uriarte la secuestraron el 23 de octubre del 2006 en Fernández Oro, en el norte de Río Negro. Su cuerpo fue hallado el 26 de abril del 2007 en un paraje cercano. La Justicia, factor fundamental de la mafia de la trata de personas, nunca investigó la hipótesis más firme: a Otoño la secuestraron para prostituirla, en complicidad con la policía. Luego la violaron entre varios y, finalmente, la asesinaron. Obviamente el Estado dejó libres a los sospechosos y una vez más la culpa fue de la víctima, deslizando el rumor de una deuda por drogas.
El 13 de enero del 2011 Guillermo «Coco» Garrido, oriundo de Epuyén, comete una pequeña infracción con su auto en El Bolsón. La policía lo detiene en la comisaria 12 y lo incomunica sin razón alguna. Una hora después avisa a los familiares que Coco se había suicidado colgándose de su cinturón. El “suicidio” de detenidos es una práctica habitual en las comisarias del país. Pero en este caso, todo el circo presentado por policías, fiscales y médicos fue aún mayor. El Equipo Forense de Bariloche respaldó la hipótesis. El comisario Folleri y el subcomisario Cabrera son ascendidos. El juez Calcagno archiva la causa, la cual se reabre en octubre del 2011 y nuevos forenses analizan el cuerpo. Sale a la luz la hipótesis que desde el principio todos sabían: a Coco Garrido lo mataron los policías a golpes. Han pasado 6 años de movilizaciones en El Bolsón y Epuyén. Han pasado 6 años y todo está como el primer día.
«Indios de mierda, los vamos a cazar» vociferaban entre otros insultos los gendarmes el 1 de agosto cuando los integrantes de la comunidad de Cushamen intentaban cruzar el río Chubut en medio de los balazos. Como se sabe, ahí redujeron a Santiago y lo subieron a la camioneta Unimog, práctica común entre los grupos policiales y parapoliciales de la zona al servicio del Estado y los terratenientes.
Desde el 10 de abril del 2013 no se sabe nada de Genaro y Cristian Calfullanca, padre e hijo. Peones rurales, de oficio alambradores, desaparecieron en la zona del río Tigre en la estancia de Raúl Zarza, zona rural de Cholila, muy cerca de Cushamen. Debían declarar como testigos por un pleito de tierras. La policía fue a buscarlos pero no los encontró y no avisó nada a la familia… que al día de hoy sigue siendo amenazada por los poderes locales.
El 11 de enero de 1993 a Lucinda Quintupuray de 79 años, una de las más antiguas pobladoras de Cuesta del Ternero a 30 km de El Bolsón, la mataron a tiros en su casa. Los especuladores inmobiliarios no aceptaron los sucesivos «no» de la abuela a ceder sus tierras. Unos meses después, sospechosamente, su hijo Victorino muere ahogado en el río cercano. A fuerza de lucha, en el año 2008 los descendientes de Lucinda pueden recuperar las tierras. Las comunidades ancestrales mapuche y tehuelche son asediadas y tiroteadas todos los días.
Investigar para el Estado, en el caso del compañero Santiago, significa seguir allanando y violentando a las comunidades, como pasó en Ratquihue, Lafkenche y Paynefilú en Neuquén, en Vuelta del Río, comunidad vecina a las Lof en Resistencia, e incluso allí mismo ya que gracias a los sucesivos operativos fue que se pudo plantar el cuerpo en el río. En los últimos días nuevos allanamientos han caído en Río Negro y Neuquén, en domicilios de militantes sociales buscando conexiones con la RAM.
¿Qué tienen en común Iván Torres Millacura de Comodoro Rivadavia, Jorque Pilquimán de Bariloche, Julián Antillanca de Trelew y Atahualpa Martínez de Viedma? Los cuatro cumplen las mismas características: jóvenes pobres urbanos, de origen mapuche. Los cuatro son asesinados por las policías de sus respectivas ciudades. El drama de la migración a las ciudades de sus antepasados al perder las tierras, el racismo y la explotación en los hormigueros de piedra en los que estamos obligados a vivir.
La multiplicación del rostro de Santiago en las marchas, trajo otro rostro en los carteles. El de Daniel Solano, trabajador golondrina de origen guaraní, nacido en Salta y desaparecido en el 2011 en Choele Choel, en el marco de su participación en un conflicto laboral contra la empresa contratista. Otro desaparecido por organizarse y luchar.
Podríamos seguir y la lista sería interminable hacia atrás y lamentablemente seguirá continuando hacia adelante, donde hoy lamentamos agregar al compañero Santiago. Continuará si es que no le ponemos un freno al progreso capitalista y sus guardianes. Donde florece el Capital con sus estancias, proyectos turísticos y sus megaobras energéticas, también florecen los desalojos, la miseria, la trata de personas y el adoctrinamiento estatal. También florece y florecerá la rebeldía.
Los barrios del Alto Bariloche se levantaron en el 2010 hartos de violencia policial, como se levantó la zona de Esquel desde el 2002 para poner freno a las megamineras y la zona de El Bolsón para defender la Pampa de Ludden. Desde el 2015 se vienen levantando las comunidades mapuche con Cushamen a la cabeza, al igual que lo hacen sus hermanos del otro lado de la cordillera.
En momentos de terminar este texto, una nueva recuperación territorial se ha iniciado en cercanías a Villa Mascardi en Río Negro. La comunidad Lafken Winkul Mapu ha recuperado tierras a Parques Nacionales y se espera más represión y resistencia.
Tomemos el ejemplo que viene del sur y no seamos únicamente solidarios en la tragedia si no compañeros en la lucha.
En el mural de Otoño y Coco…. y en los próximos murales para Santiago, nos seguiremos encontrando.
Los muertos y los desaparecidos se van sumando y se transforman en el punto de partida para seguir luchando por los nuevos compañeros que el Estado mata o desaparece. Las caras y graffitis en las paredes también se van multiplicando.
Tal vez por no ser de allí, tal vez por tener tantos amigos y compañeros a lo largo de Argentina y Chile, la desaparición de Santiago Maldonado el 1° de agosto y su asesinato están mostrando a mucha gente la terrible violencia capitalista que se vive en esa zona del norte patagónico. Tristemente, Santiago es uno más de los cuerpos que desaparece o asesina la democracia.
Con 16 años a Otoño Uriarte la secuestraron el 23 de octubre del 2006 en Fernández Oro, en el norte de Río Negro. Su cuerpo fue hallado el 26 de abril del 2007 en un paraje cercano. La Justicia, factor fundamental de la mafia de la trata de personas, nunca investigó la hipótesis más firme: a Otoño la secuestraron para prostituirla, en complicidad con la policía. Luego la violaron entre varios y, finalmente, la asesinaron. Obviamente el Estado dejó libres a los sospechosos y una vez más la culpa fue de la víctima, deslizando el rumor de una deuda por drogas.
El 13 de enero del 2011 Guillermo «Coco» Garrido, oriundo de Epuyén, comete una pequeña infracción con su auto en El Bolsón. La policía lo detiene en la comisaria 12 y lo incomunica sin razón alguna. Una hora después avisa a los familiares que Coco se había suicidado colgándose de su cinturón. El “suicidio” de detenidos es una práctica habitual en las comisarias del país. Pero en este caso, todo el circo presentado por policías, fiscales y médicos fue aún mayor. El Equipo Forense de Bariloche respaldó la hipótesis. El comisario Folleri y el subcomisario Cabrera son ascendidos. El juez Calcagno archiva la causa, la cual se reabre en octubre del 2011 y nuevos forenses analizan el cuerpo. Sale a la luz la hipótesis que desde el principio todos sabían: a Coco Garrido lo mataron los policías a golpes. Han pasado 6 años de movilizaciones en El Bolsón y Epuyén. Han pasado 6 años y todo está como el primer día.
«Indios de mierda, los vamos a cazar» vociferaban entre otros insultos los gendarmes el 1 de agosto cuando los integrantes de la comunidad de Cushamen intentaban cruzar el río Chubut en medio de los balazos. Como se sabe, ahí redujeron a Santiago y lo subieron a la camioneta Unimog, práctica común entre los grupos policiales y parapoliciales de la zona al servicio del Estado y los terratenientes.
Desde el 10 de abril del 2013 no se sabe nada de Genaro y Cristian Calfullanca, padre e hijo. Peones rurales, de oficio alambradores, desaparecieron en la zona del río Tigre en la estancia de Raúl Zarza, zona rural de Cholila, muy cerca de Cushamen. Debían declarar como testigos por un pleito de tierras. La policía fue a buscarlos pero no los encontró y no avisó nada a la familia… que al día de hoy sigue siendo amenazada por los poderes locales.
El 11 de enero de 1993 a Lucinda Quintupuray de 79 años, una de las más antiguas pobladoras de Cuesta del Ternero a 30 km de El Bolsón, la mataron a tiros en su casa. Los especuladores inmobiliarios no aceptaron los sucesivos «no» de la abuela a ceder sus tierras. Unos meses después, sospechosamente, su hijo Victorino muere ahogado en el río cercano. A fuerza de lucha, en el año 2008 los descendientes de Lucinda pueden recuperar las tierras. Las comunidades ancestrales mapuche y tehuelche son asediadas y tiroteadas todos los días.
Investigar para el Estado, en el caso del compañero Santiago, significa seguir allanando y violentando a las comunidades, como pasó en Ratquihue, Lafkenche y Paynefilú en Neuquén, en Vuelta del Río, comunidad vecina a las Lof en Resistencia, e incluso allí mismo ya que gracias a los sucesivos operativos fue que se pudo plantar el cuerpo en el río. En los últimos días nuevos allanamientos han caído en Río Negro y Neuquén, en domicilios de militantes sociales buscando conexiones con la RAM.
¿Qué tienen en común Iván Torres Millacura de Comodoro Rivadavia, Jorque Pilquimán de Bariloche, Julián Antillanca de Trelew y Atahualpa Martínez de Viedma? Los cuatro cumplen las mismas características: jóvenes pobres urbanos, de origen mapuche. Los cuatro son asesinados por las policías de sus respectivas ciudades. El drama de la migración a las ciudades de sus antepasados al perder las tierras, el racismo y la explotación en los hormigueros de piedra en los que estamos obligados a vivir.
La multiplicación del rostro de Santiago en las marchas, trajo otro rostro en los carteles. El de Daniel Solano, trabajador golondrina de origen guaraní, nacido en Salta y desaparecido en el 2011 en Choele Choel, en el marco de su participación en un conflicto laboral contra la empresa contratista. Otro desaparecido por organizarse y luchar.
Podríamos seguir y la lista sería interminable hacia atrás y lamentablemente seguirá continuando hacia adelante, donde hoy lamentamos agregar al compañero Santiago. Continuará si es que no le ponemos un freno al progreso capitalista y sus guardianes. Donde florece el Capital con sus estancias, proyectos turísticos y sus megaobras energéticas, también florecen los desalojos, la miseria, la trata de personas y el adoctrinamiento estatal. También florece y florecerá la rebeldía.
Los barrios del Alto Bariloche se levantaron en el 2010 hartos de violencia policial, como se levantó la zona de Esquel desde el 2002 para poner freno a las megamineras y la zona de El Bolsón para defender la Pampa de Ludden. Desde el 2015 se vienen levantando las comunidades mapuche con Cushamen a la cabeza, al igual que lo hacen sus hermanos del otro lado de la cordillera.
En momentos de terminar este texto, una nueva recuperación territorial se ha iniciado en cercanías a Villa Mascardi en Río Negro. La comunidad Lafken Winkul Mapu ha recuperado tierras a Parques Nacionales y se espera más represión y resistencia.
Tomemos el ejemplo que viene del sur y no seamos únicamente solidarios en la tragedia si no compañeros en la lucha.
En el mural de Otoño y Coco…. y en los próximos murales para Santiago, nos seguiremos encontrando.
* Una versión anterior de este texto fue publicada
en el boletín Chenque Negro nro.10, Comodoro
Rivadavia, región Argentina.
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