martes, 9 de octubre de 2012

ROSARIO SE PONE LA GORRA

Nuevamente debemos informar de otro anuncio estatal, ya no solo a nivel municipal sino provincial, de instalación de más y más y más y más cámaras de videovigilancia en las calles. A esto se debe agregar la incorporación de mas de 300 nuevos policías, que harán de las suyas por la ciudad de Rosario. Para poder así continuar con la normalidad capitalista, que inevitablemente incluye robo legal e ilegal, extorsión legal e ilegal, secuestro legal e ilegal, etc, etc...

Es importante remarcar que esta sección del boletín no es un ejercicio de ideología, en donde cerramos los ojos ante los fenómenos catalogados como “inseguridad” porque no tenemos respuestas para ello, o tapamos nuestros oídos para desescuchar los inevitables pedidos de mayor control y mayor policía, es decir: mayor presencia estatal.

La descomposición social que se traduce en situaciones donde el dinero y la mercancía valen más que la vida existen tanto en la cotidianidad del trabajo asalariado como en el robo entre oprimidos, en el desastre “ecológico” así como en el asalto a hogares proletarios. El dinero es más importante que la vida, tanto para el ladrón que mata a un pobre tipo que acaba de cobrar su miserable sueldo, como para el dueño de un auto que dispara ante su posible ladrón.

Sabemos que los robos y los asesinatos efectivamente ocurren. Pero también sabemos que la industria de los medios de comunicación tiene un interés decididamente dirigido a mantener una actitud de alerta y conmoción permanente ante estos hechos. El conflicto radica en dos partes, por un lado en que en la gran bolsa de lo “delictivo”, entran tanto un asesinato para robar unas zapatillas, una violación, una ocupación con fines sociales de una vivienda abandonada hace décadas y un piquete por un reclamo salarial. Y por el otro, que los medios de comunicación hacen uso de la información no simplemente “porque es su trabajo” sino para establecer su posición, que no es nunca otra que la defensa de la santísima propiedad privada.

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