miércoles, 14 de noviembre de 2018

¡RAFAEL NAHUEL PRESENTE! ¡TERRORISTA ES EL ESTADO!

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«En el día de hoy 10 de noviembre del 2017, hacemos pública la recuperación territorial en zona donde se encuentra ubicado el Relmu Lafken, más conocido como lago Mascardi. Esta recuperación se basa en la necesidad en la cual nos encontramos luego de ser reducidos, reubicados y despojados de nuestra mapu, por parte de los wingka» (Declaración pública, Lof Lafken Winkul Mapu).

Pocos días después de que plantaran el cuerpo de Santiago Maldonado, empezó a circular en diversos medios de comunicación que un grupo mapuche radicalizado había tomado un predio cerca de Villa Mascardi, que pertenecería a Parques Nacionales y está ubicado a 35 km de Bariloche. La operación judicial y mediática, con fines represivos, llevaba tiempo armándose y el resultado en sangre no tardaría en llegar.

El 23 de noviembre Gendarmería Nacional cortó la Ruta 40. Entre estos, Prefectura y Policía, eran cientos los efectivos del Estado, armados hasta los dientes, que llegaron hasta la comunidad. La orden judicial fue del Juez Villanueva, la denuncia la hizo Parques Nacionales, y fueron efectivos del Grupo Albatros, brazo de élite de la Prefectura Nacional, los que subieron a cazar a los mapuche. Redujeron a mujeres y niños, a la machi Betiana Colhuan Nahuel le hicieron tragar tierra, los precintaron y llevaron a la sede de la Policía Federal de Bariloche. Los verdugos destruyeron todo lo que pudieron, se llevaron comida y herramientas.

Mientras tanto, guerreros de la comunidad lograban refugiarse cerro arriba, resistiendo el avance represivo. Los medios aprovecharon esta situación para remachar más la idea de guerrilla mapuche. En ese contexto, el grupo Albatros, entre las 114 balas que disparó hirió a Johana Colhuan Nahuel y asesinó por la espalda a Rafael Nahuel, primo de Betiana. En declaraciones a la prensa un testigo de los hechos relató: «él gritó “¡me dieron, me dieron!”. Nos dimos cuenta que estaban tirando con munición de 9 mm. Nos agachamos, y las balas rebotaban por todos lados. Otra lamien (hermana) fue herida en el hombro, la bala le pasó de lado a lado. En un momento sentimos un grito, cayó el peñi (hermano) Rafael al piso, y gritaba: “¡ahhh, no puedo respirar, no puedo respirar!”». El cuerpo de Rafael fue bajado del cerro por Fausto Jones Huala y Lautaro Gonzáles, que terminaron detenidos.

Les decía que no aflojaran y siguieran recuperando el territorio, que no lo entregaran a los winka, que quería morir en su tierra. Quienes lo acompañaron antes de su muerte declararon a la prensa que sus últimas palabras iban en ese sentido. Rafael Nahuel iba a tener una casa, sus animales y su siembra junto a su gente. Pero antes lo asesinó el Estado. La vuelta a la tierra tiene esta cara represiva que los mapuche van asumiendo con dignidad.

Esto fue el sábado 25 de noviembre. Al momento de ser asesinado por la espalda Rafael Nahuel tenía 22 años. Vivía en una casita en el barrio Nahuel Hue, Bariloche. Desde hacía tiempo había iniciado su camino personal y espiritual como mapuche, participaba en la recuperación territorial y tenía planeado mudarse ahí.

La muerte de Rafael Nahuel, o “Rafita” como le decían con cariño, derivó en algunos disturbios en las afueras del hospital y dentro de la Catedral. El 26 una multitudinaria marcha recorrió las calles de Bariloche. Esto se replicó en algunas ciudades, incluso al otro lado de la cordillera. El 29 en Bariloche fueron liberados, tras golpes y un inicio de huelga de hambre, Fausto Jones Huala y Lautaro Gonzáles. A un año del fusilamiento de Rafael Nahuel, Fausto, Lautaro y la comunidad son los únicos perseguidos. Aunque el Estado sea claramente responsable.

El Cabo Primero Francisco Javier Pinto y los verdugos armados, en su ignorancia, pensaron que matando iban a detener la recuperación y se equivocaron, al igual que los funcionarios del Estado argentino, que sigue persiguiendo a los sectores solidarios y a las comunidades, y que otorga impunidad a su banda de asesinos intentando implantar la idea de enfrentamiento con guerrilleros.

Levantar una machi

La recuperación territorial aún hoy se llama lof Lafken Winkul Mapu, y tiene una finalidad trascendental para el conjunto del Pueblo Mapuche. Allí se levanta una machi, la primera del Puel Mapu luego de décadas. El rol de machi, que puede asumir una mujer o un varón, se encarga de atender las dolencias físicas, espirituales y psicológicas de su comunidad. Profunda conocedora de las propiedades de las plantas, también puede atender partos e interpretar sueños. No se elige ser machi, sino que ante señales que da el cuerpo y la naturaleza, es necesario asumir el rol.

El Estado argentino, en las sucesivas persecuciones y matanzas contra los mapuche, se ensañó particularmente con las figuras de autoridad en las comunidades. Durante la última dictadura militar muchos de estos crímenes fueron silenciados, en Chubut y Río Negro. A veces ni siquiera eran perseguidos políticamente, sino que morían encarcelados por “ejercicio ilegal de la medicina”.

La última machi en el Puel Mapu fue doña Carmen Antihual, que falleció el 23 de septiembre de 1980, con más de cien años. Vivió casi toda su vida en Paraje Caichihue a 85 Km de Zapala, Neuquén. Allí, atendió y aconsejó a sus hermanos mapuche, pero también a cualquier persona que necesitara su sabiduría. Además de machi fue, en vida, una importante referente de la lucha mapuche de aquellos años.

Hoy, la machi Betiana Colhuan Nahuel, de 17 años, es la que lleva esta responsabilidad ante su pueblo.

Parques nacionales: Naturaleza muerta

El famoso perito Fransisco Moreno, y el rosarino Estanislao Zeballos, fueron quienes brindaron el fundamento científico e intelectual a la Conquista del Desierto iniciada en 1879. La matanza argentina en aquellas tierras dio también el puntapié inicial para que ambos brillen como pioneros de la investigación geográfica y antropológica en el país. Tumbas saqueadas para adornar vitrinas y sobrevivientes llevados prisioneros como piezas vivas al Museo de Ciencias Naturales de La Plata, fueron el método científico utilizado.

En recompensa el Estado argentino regaló a Moreno 22 leguas en torno al lago Nahuel Huapi, y este a su vez devolvió una parte, con la condición de que sea creada un área protegida. Así nacía en 1922 el Parque Nacional del Sud, con 7.500 hectáreas, el primero de Argentina y tercero del mundo después del Yellowstone en EEUU (1872) y el Banff en Canadá (1885).

La Argentina “granero del mundo” no podía mostrarse mejor: campos sin indios, cientos de obreros revolucionarios masacrados, encarcelados o deportados, millones de vacas y hectáreas de trigo para alimentar al mercado y una política de protección al paisaje. En 1934 se le dio mayor extensión y el nombre actual: Parque Nacional Nahuel Huapi. Actualmente posee 710.000 hectáreas.

La creación de áreas protegidas es la cara bonita de la dominación capitalista de la tierra, separando lo que debe ser conservado de aquello que puede ser devastado. Pero esto no significa que estas áreas no sean explotadas. De la mano del turismo, cumplen la misma función que un campo de soja, un feedlot o una fábrica: producir ganancia.

Mientras tanto el Estado, los privados que gerencian, las cadenas hoteleras y empresas de turismo ganan millones en una explotación que se vende como inofensiva. ¿Hay realmente diferencia entre las 900.000 ha de Benetton y las 700.000 ha del Nahuel Huapi? ¿Quién factura más?

La llegada de Parques Nacionales y la Policía de Frontera (actual Gendarmería) fue un verdadero calvario para los mapuche tras la conquista. Incontables serían las familias que fueron desalojadas acusadas de “usurpación”.

Así, la defensa del territorio conquistado tras la fachada de “protección de la naturaleza” osciló entre los asesinatos y el incendio de casas y la negociación y el dinero por parte del Estado.

En una entrevista reciente, un compañero de Rafita cuenta: «Acá el Estado, Parques Nacionales, nos vino a proponer el co-manejo, cuando recién arrancaba el conflicto, y nosotros le dijimos que no porque no queremos vivir como un zoológico, eso ya lo tuvieron con nuestros antepasados. Nosotros queremos vivir sin depender de ellos, independientemente. Lo del co-manejo es una falsedad. Las comunidades que están en Bariloche por ahí se conforman, porque tiene su beneficio monetario, pero tienen que estar a las órdenes de Parques Nacionales, a las órdenes de los que ellos quieren. Parques Nacionales si quiere les dice: podés tener diez ovejas, podés tener solamente dos caballos, por acá te vamos a hacer un camino para que pase la gente a ver mapuches. Si querés podes vender tus artesanías, parte de tu cultura. Y eso es el co-manejo. Que Parques Nacionales haga lo que quiera en el territorio. Pero cuando recuperamos nosotros, ahí sí cambió todo». (Extraído de la entrevista Lof Lafken Winkul Mapu resiste del colectivo Matanza Viva, disponible en youtube)

La lucha en Lafken Winkul Mapu y en otras comunidades mapuche, así como en distintas partes de todo el Planeta, debe hacernos accionar y reflexionar en torno a qué relación queremos con el todo que nos rodea.

Como humanidad explotada necesitamos quitar del medio a quienes solo ven recursos: naturales o humanos.

Liberar la Tierra para liberanos. Reestablecer una vida total entre la humanidad y el Cosmos.

En 1678, a orillas del lago Relmu, un grupo mapuche ajustició al encargado de la evangelización de la región, el padre jesuita Nicolás Mascardi. Tras la Conquista del Desierto, el perito Moreno rebautizó el lago en su homenaje. Hoy la lucha en sus boscosas orillas vuelve a nombrarlo Relmu: arco iris.

¡Con Rafael Nahuel en la memoria a seguir en la lucha!

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