Al cierre de la edición de este número nos enteramos del ataque brutal de la gendarmería en la villa 1–11–14 del Bajo Flores en Buenos Aires, disparando con balas de goma y de plomo a una murga barrial.
«Hace 2 años que bailo para divertirme en la murga de mi barrio, la villa 1–11–14, pero el viernes me asusté mucho, cuando nos dispararon a mí y a todos mis amigos. Yo sentí un golpe en la cabeza y otro en la pierna, que al final eran dos balas de goma… Por eso, ayer al mediodía, cuando pasé caminando por adelante de un señor de Gendarmería, le pregunté: “¿Por qué me tiraron a mí, que tengo 8 años nada más?’. Y ahí nomás, me respondió: “Tomatela, pendejo de mierda, porque la próxima te reventamos la cabeza”.» (Carlos Ariel Sulca, 8 años)
Esa es la gendarmería de los burgueses, la de Patricia Bullrich, la de Macri, la de Milani, la que Bonafini decía que tiene que entrar a la villas. Ya entró y ahora cumple con su función: reprimir y disciplinar a la clase explotada.
No olvidemos, ni perdonemos ¡nunca!
«Hace 2 años que bailo para divertirme en la murga de mi barrio, la villa 1–11–14, pero el viernes me asusté mucho, cuando nos dispararon a mí y a todos mis amigos. Yo sentí un golpe en la cabeza y otro en la pierna, que al final eran dos balas de goma… Por eso, ayer al mediodía, cuando pasé caminando por adelante de un señor de Gendarmería, le pregunté: “¿Por qué me tiraron a mí, que tengo 8 años nada más?’. Y ahí nomás, me respondió: “Tomatela, pendejo de mierda, porque la próxima te reventamos la cabeza”.» (Carlos Ariel Sulca, 8 años)
Esa es la gendarmería de los burgueses, la de Patricia Bullrich, la de Macri, la de Milani, la que Bonafini decía que tiene que entrar a la villas. Ya entró y ahora cumple con su función: reprimir y disciplinar a la clase explotada.
No olvidemos, ni perdonemos ¡nunca!
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