jueves, 21 de marzo de 2019

¿NUNCA MÁS QUÉ?

DESCARGAR EN PDF
El Estado de la República Argentina es, como cualquier Estado, una institución genocida. Una maquinaria basada en el asesinato, la coacción masiva y el terror. Desde sus inicios hasta el día de hoy, y hasta el día que muera junto a todos los Estados.

Tras la independencia y con el avance del mercado moderno se hizo fundamental disciplinar a las poblaciones atándolas a un trabajo fijo, desterrando para siempre el libre vínculo con el resto de la naturaleza. Por un lado, se dictaban normas como la Ley de vagos y la obligación para los habitantes de las zonas rurales de portar la papeleta de conchabo, al tiempo que se extendía la demarcación de tierras y los títulos de propiedad sobre ella. Los fortines para el exterminio indígena y los batallones para las guerras civiles se nutrieron de pobres y desposeídos para usarlos como carne de cañón.

En tal sentido, la Guerra del Paraguay (o Guerra de la Triple Alianza) constituye uno de los hechos fundacionales del Estado argentino. Entre 1864 y 1870 Argentina, Uruguay y Brasil aliados con Gran Bretaña invadieron y arrasaron el Paraguay, unidos bajo la bandera del libre comercio, la libre navegación de los ríos y los empréstitos ingleses para financiar la guerra. En esos días Paraguay constituía el principal competidor de la industria y el comercio británico en la región, siendo el país más industrializado de América del Sur. Se estima que producto de esta masacre murió más de la mitad de la población del Paraguay, entre ellos más del 80% de los varones en edad militar. Como trofeo, la naciente burguesía argentina consiguió la anexión de la actual Formosa para su explotación.

De forma similar, Argentina anexó la Patagonia y el Gran Chaco después de sucesivas masacres a los habitantes de dichas regiones. En 1878 empezó la estocada final a los pobladores patagónicos con la llamada Campaña del Desierto, que terminó simbólicamente el 25 de mayo del año siguiente izando la bandera argentina a orillas del Río Negro, en las proximidades de la actual Bariloche.

En 1880 comenzó la matanza en el Norte con la Conquista del Chaco contra qom, wichis y mocovíes, guerra que durará hasta entrada la década del veinte del siglo XX. Esta permitió el mejor control estatal del norte de Santa Fe, este de Santiago del Estero y las actuales provincias Chaco y Formosa.

En todas estas regiones, la brutalidad impuesta por la dominación del Estado argentino por medio de la violencia persiste al día de hoy con un mismo objetivo: la coacción a través del trabajo asalariado y la privatización de la tierra.

Los mapuche y tehuelche junto con los soldados llevados por la leva (el reclutamiento obligatorio para servir en el ejército), terminaron sus días como miserables peones rurales de los nuevos territorios conquistados, que pasaron a manos de la oligarquía argentina y británica. Lo mismo pasó en el Gran Chaco. Qom, wichis y mocovíes junto con los criollos terminaron como hacheros, carreros u obreros en los talleres de la explotación maderera que se impulsó en la provincia de Santa Fe, junto con el capital británico.

Ambas regiones tendrán sendas explosiones de rabia proletaria a comienzos de la década del veinte, de las más radicales que se recuerdan. Ambas fueron brutalmente reprimidas por el demócrata Hipólito Yrigoyen y su ejército. El mismo ejército que nos aplastaría la cabeza con seis gobiernos de facto durante todo el siglo XX, teniendo otra vez como objetivo el afianzamiento del capital mundial en el territorio asesinando a mansalva a todos aquellos que se oponían firmemente al perverso sistema.

El 6 de septiembre de 1930 Uriburu encabezó el primer golpe de Estado en esta región. El anarquista Joaquín Penina, asesinado a orillas del Saladillo en Rosario el 11 de septiembre de 1930, tiene el horrible honor de ser considerado el primer caso de desaparición forzada en Argentina. A partir de allí, esta práctica se haría cada vez más común llegando a su plena sistematización en el régimen de Videla y compañía. Evidentemente, podemos hablar de desaparecidos cuando la maquinaria estatal ya registró y fichó a todos sus ciudadanos. Pero entre las masacres masivas de indios, de negros y de pobres del siglo anterior también pueden contarse miles de desaparecidos.

En el llamado Proceso de Reorganización Nacional, comenzado en marzo de 1976, la maquinaria estatal se modernizó y perfeccionó sus engranajes, desatando una compleja represión durante una década de oleadas de revueltas masivas en todo el mundo. Se sistematizaron las desapariciones forzadas, la apropiación de bebés, los centros clandestinos de detención y sus torturas, asistidas ya por la ciencia médica y otros técnicos.

Más recientemente, durante los más de 30 años de democracia, las personas asesinadas por el aparato represivo del Estado argentino se cuentan todos los días, a las que se suman las desapariciones forzosas que también ejecuta. Todo esto sin que olvidemos la cantidad de desapariciones y muertes en manos de fuerzas parapoliciales o de empleados a sueldo de empresas y negocios millonarios como los del narcotráfico o el tráfico de personas, cuyas ganancias también engrosan las arcas de los funcionarios estatales cuya connivencia con aquellos son innegables.

«Nunca más» es una expresión utilizada para repudiar el terrorismo de Estado, pero solamente el ocurrido durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Las palabras de Alfonsín tras recibir el famoso informe –que recordemos intentaba sostener la «teoría de los dos demonios»— son contundentes: «Solamente sobre la base de la verdad y la justicia podremos encontrarnos en reconciliación tomados de la mano (…) para que nunca más el odio, para que nunca más la violencia, conmueva, degrade y perturbe a la sociedad argentina.»

El «Nunca más» oculta e ignora la continuidad del terrorismo estatal antes y después de los setenta en la región argentina. Entonces ¿nunca más qué?

Dicha consigna contiene dos expresiones: la de la repulsión a la tortura y la sistematización de las desapariciones de personas y el terror; y otra la de la indignación escenificada para hacer olvidar que los gobiernos elegidos por las urnas también, y a su modo, torturan y sistematizan el terror y la opresión. Esta última intenta depositar en el Estado argentino, genocida y destructor de la vida, la confianza para defender, justamente, la vida.

La sistematización de la persecución, la tortura y el asesinato es solamente uno de los modos de funcionamiento de la «megamáquina», una estructura racional, polivalente y flexible, que adopta formas operativas de coacción explícita o implícita según las necesidades del Capital y la especificidad del contexto. Es precisamente esta maquinaria masiva la que alimenta la idea de un «nunca más» consustanciado únicamente con el modo implacable del terror de los setenta: una suerte de nunca más selectivo.

Existe una continuidad del terrorismo estatal que no olvidamos ni perdonamos. El Estado argentino no es una institución idéntica a sí misma desde sus inicios. No son lo mismo las masacres del Chaco paraguayo del siglo pasado y la masacre silenciosa de jóvenes proletarios por “gatillo fácil”; para las fuerzas estatales es preciso enfrentar sus obstáculos de acuerdo a las posibilidades y necesidades del momento. Y si decimos «obstáculos» es porque a eso nos reducen las fuerzas del orden cuando el fin justifica los medios. Y el fin siempre es el desarrollo del Capital.

El Estado no es entonces nuestro enemigo porque quienes detentan el poder sean simplemente malas personas o estén motivados por ciegas ambiciones. Es nuestro enemigo porque organiza y ordena el sometimiento de nuestras vidas en consonancia con el Capital, porque es en definitiva el gobierno del Capital.

MEMORIA: 8 DE MARZO

El 8 de marzo no conmemora una jornada en la que fueron quemadas vivas las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York. Dichos sucesos ocurrieron, pero no un 8 sino un 25 de marzo, en el año 1911. Casualmente seis días después de la primera celebración del Día Internacional de la Mujer que se realizó el 19 de marzo de 1911 en Europa, más precisamente en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza.

Puede parecer una tontería, pero es muy significativo que en el imaginario popular se haya instaurado como origen del 8 de marzo una historia de mujeres que fueron justamente víctimas, en este caso de un incendio, sustituyendo a la realidad en la que las mujeres fueron iniciadoras de una combativa huelga por sus condiciones de existencia.

El incendio de la fábrica de confección de camisas Triangle Waist Co. fue el desastre industrial con más víctimas mortales en la historia de la ciudad de Nueva York y el cuarto en la historia de los Estados Unidos. Murieron 123 trabajadoras y 23 trabajadores. La mayoría de las víctimas eran mujeres y además jóvenes e inmigrantes de Europa del Este e Italia, tenían entre 14 y 23 años de edad. La tragedia se debió a la imposibilidad de salir del edificio en llamas, puesto que los responsables de la fábrica de camisas habían cerrado todas las puertas de las escaleras para evitar los robos, según posteriores justificaciones.

La huelga de las camiseras de Nueva York o el Levantamiento de las 20.000 fue una huelga laboral que comenzó el 23 de noviembre de 1909 y se detuvo el 15 de febrero de 1910, aunque algunas protestas continuaron. Un año más tarde tuvo lugar el incendio al que hacíamos referencia, el cual puso en evidencia las terribles condiciones de trabajo de las mujeres inmigrantes.

Desde el principio, las jóvenes en huelga fueron blanco de una fuerte represión por parte de la patronal, las fuerzas armadas del Estado y los tribunales de justicia. Las empresas Triangle y Leiserson contrataron matones para complementar a la policía. En la corte suprema, las huelguistas se enfrentaron a magistrados que señalaban su mal comportamiento, «usted está en huelga contra Dios y la naturaleza», llegó a decirle uno de ellos.

Tal como mencionamos, el 8 de marzo no fue la fecha de la primera celebración del día de la mujer. Pueden rastrearse algunos antecedentes como el del 3 de mayo de 1908 en el teatro Garrick de Chicago, donde se organizó un acto denominado Día de la Mujer, presidido por destacadas miembros del Partido Socialista como Gertrude Breslau-Hunt.

Recién en 1910, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague, se proclamó el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, a propuesta de Clara Zetkin respaldada unánimemente por la conferencia a la que asistían más de cien mujeres procedentes de diecisiete países. El objetivo era promover la igualdad de derechos, incluyendo el sufragio para las mujeres.

Hoy como ayer es preciso retomar la lucha internacional de las mujeres proletarias pero por la emancipación total y no por más derechos, sino por otra vida. No desde la victimización sino desde la fuerza rebelde, y tampoco desde las conferencias de quienes pretenden representarnos para llevarnos a votar, sino fuera y contra las organizaciones, partidos y movimientos del Estado, que es a fin de cuentas quien brega por el orden de cosas que nos mantienen en la opresión y la explotación.

El 8 de marzo debemos asumirlo como lo que es: otra fecha conmemorativa, otra buena ocasión para reconocernos mutuamente y una buena oportunidad para reflexionar colectivamente.

DES-MEMORIA: OTRO HOMENAJE ESTATAL A VIRGINIA BOLTEN

El miércoles 6 de marzo el diario de la ciudad de Rosario anunció un acto oficial a realizarse el día 8 por la mañana, «día internacional de las mujeres», en el cual se haría entrega de los «reconocimientos Virginia Bolten» a las mujeres «trabajadoras de oficios no tradicionales».

Este nuevo gesto político del gobierno municipal no puede causarnos más que asco y rabia. Tal como expresamos en 2014, en referencia a la placa conmemorativa que lleva su nombre, quienes abogan por la libertad de culto, quienes dirigen a la sociedad desde sus asquerosas bancas, quienes defienden la institución familiar, jamás estarán de acuerdo con el viejo y pertinente lema «Ni dios, ni amo, ni marido» (ver La Oveja Negra, nro.16).

Sin embargo, no nos sorprende que la burguesía hoy, tal como hizo a lo largo de toda su historia, profane una vez más la memoria revolucionaria y usurpe sus nombres y luchas para intentar vaciar su contenido; para, en definitiva, autoperpetuarse y justificar su dominio.

Virginia Bolten fue una proletaria iniciadora del movimiento de mujeres en esta región, atea y comunista anárquica. Su militancia y sus discursos apuntaban contra los maridos, pero también contra los patrones, contra Dios y contra el Estado. Por eso es difícil imaginar algo más opuesto a sus ideas que un burgués (o burguesa) otorgue un premio al trabajo en el edificio de la Sede de Gobierno.

Sus manipulaciones perversas de nuestro pasado nos revuelven las tripas, a la vez que nos incitan a gritar aún más fuerte: ¡no saquearán nuestra memoria! La historia de lucha por la emancipación humana continúa y no podrán ahogar nuestras voces con sus homenajes hipócritas y sus democráticos premios.

REPRESIÓN EN SAN TELMO (BUENOS AIRES)

El domingo 10 de marzo, tras un nuevo operativo para impedir que los feriantes pudiesen armar sus puestos de trabajo en la feria de San Telmo, se desató otra jornada de amedrentamiento y golpizas. La policía cambió los saludos cordiales de otros domingos para recordarnos para qué están: para proteger los intereses de los ricos. En este caso, de un sector de pequeños burgueses propietarios de locales de venta de antigüedades agrupados en la Asociación de Anticuarios y Amigos de San Telmo, presidido por Norberto Medrano, quien fuera candidato a comunero del Pro. Sin embargo, este accionar policial no hubiese sido posible sin la complicidad de El Adoquín, organización social perteneciente a la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que previamente pactó con el gobierno porteño la obtención de puestos para sus integrantes sobre el lugar de otros trabajadores e ilegalizando la actividad de otros tantos, con su consecuente desalojo.

Esa mañana desde temprano la policía mantuvo una actitud agresiva hacia los feriantes en lucha. Sin embargo, se veían impedidos de actuar mientras no realizasen ventas, contravención que podría derivar en un toletole que diera paso a la represión descarnada… pero no necesariamente. La solución a este dilema la vino a dar la empleada de un anticuario (propiedad del vicepresidente de la mentada asociación de apellido Calvaresi): romper un vidrio de “su” local ¡sí, ella misma! Ese gesto permitió a la fiscal (misma que ha sido premiada por la empresa Nike por su persecución del comercio “ilegal”) dar la orden a la policía de cagar a palos a quien se les cruzara primero, y luego a realizar una cacería selectiva por diferentes calles a los trabajadores que se mantuvieron resistiendo en la calle por más de dos meses: palos, heridos y 18 personas detenidas que recuperaron su libertad recién al otro día.

No debiese sorprendernos el acuerdo y entendimiento entre un selecto grupo de comerciantes, el gobierno y una organización que actúa como representante de los y las trabajadores/as: todos ellos comparten el lenguaje de la mafia, del control, de la represión, de la miseria capitalista. Es decir, el lenguaje del Estado (sea “macrista”, “kirchnerista” o cualquier otro), el que favorece tanto a la gentrificación como a la precariedad y la miseria de la llamada “economía solidaria”.

En pleno año electoral, no tardaron en aparecer los diferentes partidos y agrupaciones una vez que olieron el olor a sangre de la represión para solidarizarse (¡incluso gente de la CTEP que en voz baja avisó que no podían hacer público su apoyo a los represaliados para no desatar una interna!). Las compañeras y compañeros deben saber que la fuerza colectiva que han descubierto en este tiempo es la que ha mantenido viva la lucha y le ha permitido plantar cara a la cacería de aquel domingo. Cualquiera que pretenda solidarizar debe respetar su autonomía en tanto vaya en favor de sus intereses y necesidades y no olvidamos que la solidaridad no puede ser solo declaraciones de indignación.

Hasta aquí la mayor parte de lo expresado pertenece al panfleto ¡Solidaridad con lxs artesanxs de San Telmo! ¡La policía no es tu amiga, te tortura y asesina! Firmado por: Algunxs solidarixs en lucha.

Lo ocurrido en San Telmo es un conflicto que expresa mucho de la cuestión social en la región argentina. No solo por la represión policial y el pacto entre oponentes políticos, sino también por las circunstancias en las que se da, que no empezaron con este ni con el anterior gobierno.

Compartimos a continuación algunos extractos de un texto del colectivo Emancipación titulado A propósito de la batalla de San Telmo:

El tiempo desgastó el régimen de acumulación y con él las instituciones que le dieron sustento. Los grandes centros industriales decayeron y con ellos el peso de sindicatos como la UOM, la UF, o el de la carne. La reestructuración económica aniquiló el sueño dorado del trabajo fijo, en blanco, donde se empieza de aprendiz y en el ocaso de la vida laboral se llega a oficial especializado. La desocupación, el trabajo en negro, el empleo precario o el cuentapropismo de subsistencia se hizo una realidad para casi la mitad de la población.

La fracción de la clase que cayó en el desempleo también dio pelea. Algunos dejaron su sangre en esas peleas, o su libertad. (…)

Pero el tiempo no pasa en vano para el Estado, que sin soltar el garrote, sabe discriminar a los díscolos de los que son más susceptibles a la componenda. Sabe encontrar a aquellos que se sienten cómodos en el rol de “gestores” del reclamo, en administradores de la conflictividad.

«No puedo hablar con todos a la vez, que entren los representantes», dice el funcionario del gobierno y así empieza a ramificar al Estado entre los pobres, entre los desocupados, los que se la rebuscan como pueden. (…)

Para quienes quedan fuera de la órbita del empleo formal (y en Argentina el porcentaje es muy alto) el cuentapropismo en el límite de la subsistencia no los emparenta con la clase media o la pequeño burguesía que busca elevarse por encima de la clase obrera. Este cuentapropismo es, en la mayoría de los casos, una economía de subsistencia con una realidad muy diversa: el “ganarse la vida” de forma precaria puede ser muy distinto en Capital Federal que en Catamarca.

Con el eufemismo de “economía solidaria” se encubre el lugar precario y miserable que se le tiene asignado a cientos de miles de trabajadores expulsados del mercado de trabajo. Personas a las que se les niega el derecho a ser explotados en condiciones de formalidad, y se los sujeta por el resto de sus vidas a la benevolencia de los “gestores” de la ayuda. (…)

En San Telmo, los artesanos afectados por los desalojos funcionan en la calle Defensa, muy visitada por el turismo, lo que le da sustento a la actividad. Pero esto también despierta el interés de los negocios de antigüedades que están allí, quienes ven con buenos ojos las posibilidades de emprendimientos inmobiliarios, y entienden que sacando a los artesanos de la calle pueden ayudar a “gentifricar” la zona. (…)

Así, en cuatro cuadras del barrio de San Telmo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, todas estas coordenadas del poder estatal se hacen patentes. Cuatro cuadras en donde la organización El Adoquín, adherida a la paraestatal CTEP, empieza a organizar junto a la jefatura de gobierno puestos callejeros para que sus miembros puedan exhibir sus productos. Pero el espacio está ocupado por otros cuentapropistas, artesanos, que no están en El Adoquín.

Unos puesteros contra otros. A ese terreno ha querido llevar el conflicto el acuerdo entre el Gobierno de la ciudad y la CTEP.

ACTUALIDAD DE LA LUCHA MAPUCHE

Presos mapuche movilizados en la cárcel de Temuco: Facundo Jones Huala inició a fines de enero una huelga de hambre ante la vulneración y privación de realizar sus ceremonias, días después se sumaron Álvaro Millalen, José Cáceres y Jorge Cayupan. Durante el mes de marzo recibieron una respuesta por parte de las autoridades. Las huelgas cesaron luego de más de 30 días, primero Facundo y luego el resto de los compañeros. En un comunicado reconocieron esto como «una pequeña victoria política desde la cárcel, fortaleciendo nuestra moral de luchadores».

Por otro lado, Fausto Jones Huala se presentó ante la justicia, siendo detenido y luego absuelto del cargo de usurpación y de la posibilidad de ser juzgado por atentado contra el orden constitucional. Le dieron seis meses y recuperó su libertad, en un comunicado pidió por la libertad de Facundo, la absolución de Lautaro González Curruhuinca y justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.

Finalmente el 18 de marzo, en otra instancia judicial, fueron absueltos de los delitos de abigeato y usurpación, denunciados por la multinacional Bennetton, los integrantes de Pu Lof en Resistencia dpto. Cushamen: Andrea Millañanco, Matías Santana, Sergio Ruiz, Fernando Jones Huala y Facundo Jones Huala, continuando este último secuestrado por su causa del otro lado de la Cordillera.

Juzgar las ideas: el laboratorio represivo del Estado griego

Presentamos a continuación una entrevista realizada a Nikos Romanos, anarquista de Grecia secuestrado por el Estado desde principios de 2013 tras una expropiación y condenado a más de 15 años de cárcel.
 
La entrevista la realizó el periódico Apatride en griego. Fue publicada recientemente en inglés por el colectivo Crimethinc junto a una introducción que acá comaprtimos.
 
Decidimos traducir el artículo en su conjunto ya que representa un interesante aporte sobre la aplicación de leyes contra el terrorismo y las estrategias legales con las que la democracia busca encarcelar a los revolucionarios. Hoy en Grecia, pero es sabido como los mecanismos represivos se exportan según las necesidades de cada gobierno y en respuesta a distintas situaciones de conflicto social.
 
A continuación las palabras de este joven compañero.


Introducción 

Después de varios intentos fallidos de involucrar a los anarquistas y otros antiautoritarios con cargos de conspiración y terrorismo por toda Europa, hoy el Estado griego está a la vanguardia del desarrollo de nuevas estrategias legales para atacar los movimientos sociales. El artículo 187A del código penal griego existe desde 2004, pero el año pasado, los funcionarios griegos lo usaron de una manera nueva contra Nikos Romanos y varios otros prisioneros anarquistas, condenando y sentenciándolos a muchos años de prisión en base a una nueva interpretación del artículo. Independientemente de si estos veredictos se revocan en los tribunales superiores, los juicios indican un cambio estratégico importante en la vigilancia de los movimientos sociales en Grecia. Ofrecen una importante señal de advertencia sobre las nuevas formas que la represión puede asumir en todo el mundo a medida que se intensifica el conflicto social.

Las leyes griegas de "antiterrorismo" se derivan en gran medida de las directrices de las Naciones Unidas y de Europa contra el terrorismo; en su mayor parte, se redactaron en el período posterior al 11 de septiembre. El gobierno socialdemócrata del PASOK introdujo la mayoría de la legislación griega “antiterrorista” en 2001; en ese momento, estaba dirigido principalmente a organizaciones criminales. En 2004, el gobierno de derecha Nueva Democracia presentó un nuevo cargo: "organización terrorista". El infame artículo 187A apareció en este paquete legislativo.

El artículo 187A define la naturaleza y el alcance de las llamadas "organizaciones criminales" y "terroristas", a la vez que describe el papel de un "terrorista individual" dentro de una organización. En ambos casos, no es necesario que se cometa un delito real para determinar que una persona participó en un acto coordinado contra el Estado y que, por lo tanto, deba ser encarcelada durante muchos años. El artículo le da al juez la libertad de interpretar las pruebas proporcionadas por la policía. Esto ya dio lugar a muchos arrestos y encarcelamientos con largas condenas, en su mayoría contra anarquistas y antiautoritarios.
Cuando Nikos Romanos y varios otros anarquistas fueron a juicio el año pasado, el fiscal enfatizó repetidamente: «Son anarquistas, por lo que sus acciones son terroristas». Esta oración resume el mensaje que el Estado griego pretende enviar.

Nikos Romanos

El caso de Nikos Romanos claramente ilustra esto. Fue sentenciado a 15 años y 10 meses de prisión en 2014, la policía lo arrestó y torturó brutalmente por expropiar un banco en Venvento, Kozani. También lo acusaron a él y a otros cinco de participar en una supuesta “organización terrorista” Conspiración Células del Fuego. Todos los acusados niegan esto. El Estado no pudo demostrar que formen parte de ninguna red y, en consecuencia, no los condenó por cargos de conspiración o terrorismo.

Así fue que los funcionarios se propusieron inventar una nueva estrategia procesal. Para este propósito, la ventaja del artículo 187A es que procesa una idea. Esta estrategia golpea el corazón del movimiento anarquista ingobernable en Grecia. Cuando Nikos Romanos enfrentó cargos adicionales junto a sus compañeros en 2018, ya no se le acusaba de realizar actos de terrorismo colectivo, más bien, fue acusado de ser un terrorista individual sobre la base de sus ideas. La consecuencia fue que recibió una sentencia más severa por ser un anarquista declarado que por robar un banco.

No es casualidad que el artículo 187A se usara por primera vez de esta manera contra un anarquista que vio a su mejor amigo, Alexis Grigoropoulos, asesinado por la policía en las calles de Exarchia. Tampoco es una coincidencia que las autoridades usaran el artículo 187A contra Romanos después de la huelga de hambre que llevó a cabo en la cárcel en 2014 desencadenando enfrentamientos masivos en Grecia y protestas de solidaridad en todo el mundo. Las autoridades griegas esperan aplastar la corriente más militante del movimiento anarquista, mientras brinda una falsa sensación de seguridad, como si lo que le sucedió a Nikos Romanos fuera un caso aislado de un extremista que recibe un castigo extremo, en lugar de un paso hacia la represión de todo el movimiento social. Esencialmente, el enjuiciamiento por “terrorismo individual” está destinado a romper cualquier forma de solidaridad, haciendo que las personas teman que si defienden a alguien que es el objetivo del Estado, también podrían ser calificados “terroristas individuales”.
 
La única forma de contrarrestar esta estrategia es crear una abundancia de solidaridad, en lugar de la escasez que pretenden producir. No se trata solo de Nikos Romanos y otros anarquistas encarcelados específicos. Se trata del futuro de la resistencia en sí. Y no solo en Grecia.
 
Tenemos que ver los juicios del artículo 187A en un contexto más amplio. Durante más de un siglo, los Balcanes funcionaron como un laboratorio estatal para experimentos que fomenten del odio nacionalista, la guerra y el aplastamiento de los movimientos sociales. Grecia sin duda tiene uno de los movimientos anarquistas más prósperos y confrontativos de Europa. Otros países lo están observando cuidadosamente por esta razón. Al igual que Alemania exporta tácticas de control de masas y gas lacrimógeno, lo que sucede en Grecia podría ser exportado como un modelo para destruir movimientos en otros lugares.
 
Tras el auge y el inevitable fracaso de partidos políticos de izquierda como Podemos, Syriza y Die Linke en Europa, y el auge igualmente inevitable de los partidos políticos y gobiernos de extrema derecha y abiertamente pro-fascistas como los que estamos viendo en Hungría, Austria, Polonia e Italia, los políticos de centro están buscando desesperadamente formas de mantenerse en el poder.
 
Tienen que demostrar que son la alternativa racional a los movimientos de derecha e izquierda. En una situación absurda, la neoliberal pro-guerra Angela Merkel aparentemente se ha convertido en la única defensora del derecho de los migrantes a viajar, está claro que los políticos de centro pretenden distinguirse falsamente de la derecha a través de un discurso de "apertura" liberal, reformista y de derechos humanos, mientras que al mismo tiempo deportan a los migrantes a zonas de guerra y los privan de la dignidad humana en las cárceles de máxima seguridad y en los campamentos de refugiados de toda Europa.

Pero los centristas tienen que hacer más que simplemente demostrar que son más racionales y razonables que la extrema derecha. También tienen que demostrar que la verdadera solidaridad, ayuda mutua, igualdad radical, horizontalidad, anti-capitalismo, anti-sexismo y auto-organización no son la respuesta adecuada a la creciente ola de políticas fascistas y las crisis ambientales y económicas de nuestra época. Tienen que descubrir cómo identificar a los chivos expiatorios dentro de los movimientos sociales. Es por eso que están llevando a juicio al anarquismo, no solo a los anarquistas. Para conservar el poder, tienen que evitar que las personas desarrollen la capacidad de imaginar otras formas de organización social más allá del capitalismo y el Estado. Al introducir y expandir métodos más duros de represión, los centristas nos empujan cada vez más rápido hacia un estado de centro extremo en el que el ala derecha no necesita tomar el poder para implementar su agenda. Los resultados están a la vista.

Los juicios bajo el artículo 187A, la introducción de leyes cada vez más restrictivas y la creciente impunidad de la policía y los militares en todo el mundo constituyen un ataque a nuestros colectivos y la posibilidad de la colectividad en sí. Son un intento de dividirnos, aislarnos y derrotarnos, así tendremos que aceptar cualquier injusticia que el Estado imponga. Construyendo al "terrorista individual" como un nuevo objetivo para la aplicación de la ley, solo sobre la base de las ideas, están amenazando a todos los que se atreven a desafiar el orden dominante.

En estas circunstancias, prácticamente cualquier persona puede ser objeto de persecución. La única manera de luchar contra esto es permanecer juntos.

Entrevista

La siguiente entrevista a Nikos Romanos apareció originalmente en griego en Apatris, un periódico anarquista callejero de Grecia.

¿Cómo está afectando a tu caso la nueva interpretación de la ley antiterrorista?

Nikos Romanos: Esta condena tiene un efecto significativo en nosotros, ya que significa que algunos pasaremos dos o tres años más en prisión. Teniendo en cuenta que ya llevamos más de cinco años encarcelados, esta condena debe considerarse como un intento de crear un estado de secuestro permanente basado en la ley anti terrorista (187A). En aplicación, esta ley tiene el propósito de producir un sector de "enemigos internos".

Las sentencias inhumanas, las nuevas interpretaciones represivas y las aplicaciones arbitrarias de la ley 187A, la criminalización de la identidad (política) anarquista, juntas, constituyen una red de represión penal que envuelve metódicamente al movimiento anarquista y sus militantes encarcelados.

Esta certeza no debe entenderse como un ataque contra individuos. Tenemos que reconocerlo como una continuación de la política nacional antiterrorista griega, que apunta a apretar una soga alrededor del cuello del movimiento anarquista en su conjunto.

El Estado se está aprovechando de la fragmentación y la falta de un análisis radical que caracterice tanto al movimiento como a la sociedad en general para intensificar sus ataques.

La condena por terrorismo individual es la primera de su tipo en Grecia. La ley 187A contra el terrorismo, deliberadamente deja mucho espacio para que cada juez haga su propia interpretación, lo que expande el arsenal que el Estado tiene a su disposición para llevar a cabo la represión. ¿Cómo deberíamos responder a este tipo de ley, y a las otras condenas como la tuya que vendrán después?

Nikos Romanos: Lo que más refuerza al Estado es la naturaleza política de la ley 187A, que legaliza todas las interpretaciones posibles del artículo. Esencialmente, estamos tratando con una ley que implementa prácticamente el dogma de la “guerra contra el terrorismo” de los Estados Unidos. Esta ley allana el camino para una caza de brujas despiadada dirigida hacia los “enemigos internos” y a todos los que son vistos como una amenaza para el Estado y sus intereses capitalistas.

Con respecto a nuestra respuesta a estos procesos, en mi opinión, primero, debemos darnos cuenta de que necesitamos un movimiento subversivo organizado. Un movimiento que capaz de desestabilizar y socavar el Estado y los planes de los capitalistas y sus títeres políticos en nuestras regiones.

Para ser más precisos, debemos comenzar un proceso de autocrítica que analice nuestros errores, nuestras deficiencias, nuestras debilidades organizativas. Esta autocrítica no debe ni halagarnos ni dar lugar para el pesimismo y la desesperación. Nuestro objetivo debe ser agudizar la lucha subversiva en todas las formas que pueda tomar, para transformarla en un peligro real para cada gobernante. Parte de este proceso es reconstruir nuestra memoria histórica, que pueda servir de guía para las estrategias de lucha que empleamos. Deberíamos comenzar a hablar nuevamente sobre la organización de diferentes formas de violencia revolucionaria, las prácticas del ilegalismo revolucionario y la necesidad de difundirlas en el movimiento para superar la "política" (en el sentido sucio y ciudadano de la palabra) que han infectado nuestros círculos.

Esta conversación será vacía y sin efecto si no está conectada con las iniciativas de los compañeros, para llenar los vacíos en nuestra práctica y mejorar nuestras perspectivas sobre la base de nuestras conclusiones. La mejor respuesta a los ataques judiciales contra el movimiento es asegurarse de que quienes los promulgan paguen un alto costo político por ello. Esto debería llevarse a cabo hacia toda la pirámide del poder: todos, desde los instigadores políticos de la represión hasta los títeres que la implementan, deberían compartir la responsabilidad de la represión del movimiento.

Esta respuesta es parte de un contexto histórico, es nuestra propuesta política. En respuesta a las guerras transnacionales, proponemos nada menos que una guerra de liberación en las metrópolis capitalistas, una guerra de todos contra todo lo que promueve el capitalismo.

¿Cómo afecta esta nueva interpretación de la ley a los compañeros que luchan fuera de los muros de la prisión y a quienes están considerando asumir una actividad militante?

Nikos Romanos: Esta nueva interpretación crea un precedente realmente negativo que aumentará el alcance de la represión criminal contra los anarquistas que tras una acción tengan la desgracia de ser capturados y convertirse en prisioneros del Estado griego. Esencialmente, de acuerdo con esta interpretación de la ley, lo que se criminaliza es la identidad política anarquista. En palabras de nuestro fiscal de apelación, «¿Qué más podrían ser estos actos, además de terroristas, ya que son anarquistas?» Con la nueva interpretación de “terrorismo individual”, no es necesario que los mecanismos judiciales intenten asociar al acusado con la acción de una organización revolucionaria, como fue en el pasado. La identidad política de uno y tomar una posición intransigente en la sala de audiencias son suficientes para que una persona sea condenada como un "terrorista individual". Cualquier persona que elija pelear de acuerdo con los principios de la anarquía puede ser condenada como terrorista tan pronto como ellos lo decidan. Más allá de los marcos establecidos por la legitimidad ciudadana.

Por supuesto, esto no debería difundir el pesimismo. Por el contrario, es otra razón para intensificar nuestra lucha contra el dominio capitalista. Quienquiera que arme su conciencia para derrocar el brutal ciclo de opresión y explotación, definitivamente será el objetivo de un accionar vengativo y autoritario por parte del régimen. Esto no significa que renunciaremos a nuestra lucha, en la sala de audiencias o donde sea.

El hecho de que la anarquía sea un objetivo de la opresión estatal, incluso en un momento de retirada del movimiento debería ser una fuente de honor para el movimiento anarquista, una prueba de que la lucha por la anarquía y la libertad es la única manera decente de oponerse al totalitarismo de nuestra época.

Dadas las directivas de la Unión Europea y la caza de brujas a nivel global contra el "terrorismo" desde el 11 de septiembre, la ley anti terrorista se ha convertido en un importante campo de batalla contra los enemigos del Estado griego, tanto interno como de otro tipo. En esta situación, cuando el Estado intenta ampliar la aplicación de la ley a nuevos juicios, ¿qué tipo de acciones debe tomar el movimiento para responder a esta interpretación de la ley?

Nikos Romanos: Para mí, existe una necesidad imperativa de crear iniciativas políticas contra la ley anti terrorista, la cual constituye un campo de batalla para la aplicación de la ley penal contra todos nosotros. Tenemos que correr la voz de que esto puede afectar a otros involucrados en la lucha si sus acciones crean obstáculos para los intereses capitalistas. Ellos también serán acusados por la ley anti terrorista (187A). Por ejemplo, los residentes de Skouries (Chalkidiki) fueron acusados de terrorismo porque tomaron medidas contra el desarrollo capitalista y el saqueo de la naturaleza. Esto exige un cuidadoso análisis político. Es peligroso hacer dos categorías de personas acusadas por la ley anti terrorista. Por un lado, las autoridades lo están utilizando contra aquellos cuyas acciones podrían describirse como una estrategia de guerrilla urbana, por otro lado, lo están utilizando contra personas completamente diferentes.

Llamar a un frente de lucha contra la ley del anti terrorista no significa mantener las ilusiones de que será abolida. Grecia es un Estado en la Unión Europea, tiene un papel específico en el capitalismo en la región y está dispuesto a aplicar incondicionalmente todas las directivas de la UE sobre seguridad e inmigración. No importa qué partido esté en el poder, Grecia no abolirá la ley anti terrorista. Una ley contra el terrorismo es inseparable de los intereses del Estado griego. Por lo tanto, la lucha contra la 187A tiene que revelar precisamente esta conexión. Tenemos que atacar tanto la continuación local de la retórica estadounidense de la "guerra contra el terror" como las narrativas de la izquierda socialdemócrata SYRIZA. En realidad, todo lo que hablan sobre derechos humanos cesa mágicamente cuando los intereses del Estado y los capitalistas están en juego.

Una lucha común contra la 187A tiene que enfatizar las contradicciones internas del sistema, mostrar el papel de las leyes contra el terrorismo en el funcionamiento de los Estados de la UE y enviar un poderoso mensaje de solidaridad a todas las personas en el mundo que estén encarceladas por estas leyes. Esto crearía problemas políticos en torno a las cruzadas contra el terrorismo de nuestra era. Infligiría daño político permanente a la existencia criminal de la ley 187A, el Estado y el capitalismo, todo lo que envenena y destruye nuestras vidas.

Establecer esta ofensiva puede ofrecer una base para que los camaradas se comuniquen, actúen y emprendan un contraataque general contra el gigante capitalista y todos sus tentáculos mortales. Por eso considero que una iniciativa como esta es crucial para la evolución de las luchas subversivas de nuestro tiempo.