domingo, 30 de junio de 2019

LA PAZ Y EL ORDEN

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Aún quedan en las calles de Rosario algunos carteles de las recientes elecciones provinciales. «Ahora la paz y el orden» prometía el candidato ganador, un “peronista de ley”.

Todos los representantes de las diferentes facciones de la clase dominante consciente de sus intereses históricos, del “Partido del Orden” a lo largo de la historia y a lo ancho del planeta han estado de acuerdo. Hacia mediados del siglo XIX, con el surgimiento de los Estados modernos, la dicotomía Civilización y Barbarie se hizo carne de organización. El positivismo racionalista e higienista trazó una línea, acá lo civilizado: el trabajo, la escuela, la iglesia, los puertos, la ciudad, los edificios monumentales, en el campo las estancias como apéndice de todo aquello. Más allá lo bárbaro: “los indios”, las poblaciones rurales rebeldes. La inmensidad de la naturaleza como desierto hostil. Lo que es necesario, controlar, domesticar, atemorizar, y en ocasiones eliminar.

«Paz y Administración» dictaba el genocida Roca; «Pacificación de la Araucanía» que llevó adelante Cornelio Saavedra Rodríguez; «Paz y Orden» era el lema de Porfirio Díaz en México; «Orden y Progreso» reza la bandera del Brasil.

A principios del XX, ya con el Estado afianzado, esta dicotomía continuó pero invertida: con el surgimiento del proletariado organizado, la ciudad con sus barrios obreros llenos de mugre y conventillos sobrepoblados empezó a ser vista como corruptora y el campo y sus habitantes como lo cándido, reservorio de los más puros valores nacionales. Obviamente esto era falso, los peones rurales alzados en Santa Cruz y los obreros y hacheros rebeldes en Santa Fe no parecían muy dados al patriotismo… La clase dominante argentina hablaba del paso «de los malones indios, a los malones rojos».

Hoy los cinturones de miseria rodean las ciudades y los ex barrios obreros quedaron en decadencia. Las fábricas ya no echan humo, ya casi nadie tiene un trabajo para toda la vida. La desocupación, la precarización, la informalidad y la autoexplotación configuran hoy la vida proletaria. El mundo rural que nos rodea, más domesticado que nunca, es un enorme lote inhabitable, lleno de soja y veneno. El panorama ha cambiado, hoy la guerra de la Civilización contra la Barbarie es preventiva, contra la amenaza de un malón de pobres y hambrientos que la primera crea.

En el marco del año electoral, no es solo el gobierno de Cambiemos el que sigue apostando al “voto bala” y al “voto cárcel”, no son solo los reaccionarios de la unidad evangélico-católica o los nostálgicos de la Alianza Anticomunista Argentina. Cualquiera de los partidos democráticos que tengan una posibilidad real de ganar las elecciones debe prometer bala y cárcel, porque es lo que la mayoría del ganado electoral clama. Porque esa masa de explotados ha aprendido a naturalizar el robo sistemático y permanente de su vida y a horrorizarse por el robo de sus pocas pertenencias. Ante la violencia de “los choros” claman por el Estado, es decir, por el monopolio de violencia.

El Estado considera a su propia población como una amenaza. La seguridad interna y la defensa internacional se mezclan, el enemigo no es percibido como una potencia extranjera invasora, sino que estaría dentro. El método del enemigo interno, desarrollado por Francia en la guerra anticolonial en Argelia, es exportada a Latinoamérica en los 70. Solo que en la actualidad el enemigo trasciende la idea de un subversivo armado u organizado en una fábrica. Ahora serían directamente los pobres, organizados o no, a quienes controlar y eliminar.

«Todos los ciudadanos son iguales, pero algunos más que otros». Hay sectores de la clase explotada y oprimida que se llevan la peor parte: los jóvenes varones y desocupados de los barrios más pobres, quienes lideran desde hace años y ampliamente los casos de gatillo fácil y torturas a manos de las fuerzas estatales, los sectores pobres de las denominadas minorías sexuales y los miembros de comunidades indígenas, especialmente si resisten al Estado.

El decreto 683/2018, aprobado en julio del año pasado, permite la intervención de las Fuerzas Armadas en materia de la Ley de Seguridad Interior. Hablando claro, permite sacar los milicos a la calle ante las protestas sociales por el constante empeoramiento de las condiciones de vida, pero también les permite, y alienta, a movilizarlos a los territorios donde se llevan adelante diversas obras del Progreso como el yacimiento petrolífero Vaca Muerta.

Una guerra declarada

En septiembre de 2015 el entonces gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, recibió en Rosario a Elías Soae Freue, quien fue el encargado de organizar sistemas de seguridad con el involucramiento de los gobiernos locales, las fuerzas, y los vecinos. Desde 2008, Soae Freue trabaja con el Departamento de Cooperación Internacional del Ministerio Israelí de Relaciones Exteriores (MASHAV) en el asesoramiento a otros países para la concepción y consolidación de cuerpos de Policía Comunitaria, voluntariado vecinal, diseño de planes y modelos de prevención de violencia juvenil, deserción escolar y reinserción social de “jóvenes vulnerables”.

El gobierno provincial anunciaba descaradamente que «el programa Multipol es el mismo que fue empleado en Israel para generar un esquema de Policía Comunitaria en zonas conflictivas». Al respecto, Elías Soae Freue indicó que «este modelo fue implementado en ese país y en otras ciudades de Latinoamérica con resultados positivos». Pero ¿cuáles son las “zonas conflictivas” en Israel? Se trata lisa y llanamente de una fuerza de ocupación.

Santa Fe pionera e innovadora compró, literalmente, este modelo tres años antes de que Argentina firme su convenio con Israel. Ya en 2012, con la Ley de Emergencia en Seguridad bajo el brazo, la policía engordó con 4000 nuevos agentes, se instalaron las cámaras de seguridad que ya son parte del paisaje urbano y compraron dos carros hidrantes que esperan ser estrenados. A todo esto, hay que sumar que la cantidad de presos se duplicaron y no en relación al aumento del delito sino gracias a la gestión de seguridad que, prometían, traería paz, tranquilidad y orden a los vecinos.

Para febrero de este año se confirmó la instalación de una base de la DEA (Administración para el Control de Drogas, agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos) en Misiones y en mayo la construcción de una “Sede de Ayuda Humanitaria” del Comando Sur del Ejército estadounidense, a tan solo 30 minutos del enorme yacimiento petrolífero Vaca Muerta.

Mientras tanto, y en pleno ajuste, el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich realizó numerosas compras de armamento, vehículos y drones a empresas e instituciones israelíes. Y que no se malinterprete, no se trata de un despilfarro ante el hambre, la desocupación y la miseria, se trata de una inversión ante los estallidos que pueden generar el hambre, la desocupación y la miseria. Se trata de prevenir el delito, el delito de la rebelión.

Independientemente de la facción del Partido del Orden que gobierne y gestione, la tendencia es la acción disuasiva y la represión. Mario Montoto es el proveedor ininterrumpido de todos los gobiernos desde Alfonsín en adelante, dueño de CODESUR, el principal empresario armamentístico del mercado nacional, también ex montonero como Bullrich, fue quien ofició de nexo entre Mauricio Macri y Netanyahu, presidente de Israel, en su reciente visita. Montoto es presidente de la Cámara de Comercio Argentino Israelí y por tanto responsable y beneficiario directo en la compra de armamento de última tecnología que produce ese país.

En esta guerra, en este territorio, el Estado argentino está rompiendo sus propios récords. El 22 de mayo Correpi (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional) contabilizaba 26 muertes por gatillo fácil o en lugares de detención. No había terminado el mes y ya había más asesinados que días en el calendario. Durante 12 años se contabilizó un muerto cada 30 horas, bajando a 28 en 2015. En la transición entre los últimos años de Cristina Fernández de Kirchner y los primeros de Macri cada 25; en 2017 llegamos a la cifra de un muerto cada 23 horas, siendo actualmente de un asesinado cada 21 horas.

Sin embargo, como señalábamos hace algunos números atrás, no podemos olvidar el informe Basta de Asesinatos Laborales: una persona muerta cada 20 horas. Y la situación es aún peor porque, tal como señalan los realizadores de este informe, solo se incluyen los accidentes en el trabajo, excluyéndose los que sufren los trabajadores “en negro”, así como los llamados accidentes in itinere (en el viaje del hogar al trabajo y del trabajo al hogar) que son de una magnitud semejante a los accidentes en el trabajo. Por no hablar de todas las enfermedades mortales provocadas por la exposición repetida a una misma nocividad que luego no es directa ni formalmente vincula al trabajo en cuestión.

A fin de cuentas, de eso se trata todo esto: del mantenimiento del trabajo asalariado, de la propiedad privada y de una sociedad basada en la división de clases. Esa es la producción de cadáveres de esta industria de la seguridad. Ese es el genocidio silencioso y permanente de la sociedad capitalista. Por eso es un problema internacional y no simplemente local. Por eso compran armas a los Estados gendarmes del planeta, por eso vienen a Rosario los carabineros chilenos a dar cátedra de represión.

Por eso en mayo de este año en San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires, la policía asesinó a tres menores y un mayor, mientras que una chica quedó internada en estado muy delicado, quien está recuperándose favorablemente.

Rápidamente se derrumbó la insostenible versión policial, pero los pibes ya están muertos. «Auto se estrelló contra un camión con acoplado: 4 muertos» tituló el simpático diario Crónica. La realidad es que los pibes no pararon en un control y los balearon, hasta que asustados acabaron estrellándose contra un camión. Actualmente hay doce policías y un funcionario comunal detenidos, y otros cuatro agentes desplazados de sus funciones. Pero no se trata simplemente de una decisión aislada sino de una metodología de Estado. Podrán ir presos los verdugos que dispararon, pero no los funcionarios que dan la orden y mucho menos los burgueses que generan las condiciones propicias para estas carnicerías.

Días después de la masacre de Monte, la policía mató a un joven con varios tiros en el pecho en Tres de Febrero (provincia de Buenos Aires). Otra persecución policial que terminó en asesinato. Las cámaras de seguridad muestran cómo la policía disparó a jóvenes que se encontraban con las manos en alto. La versión policial intentó instalar que se trataba de una persecución luego de un robo a un supermercado por un “grupo comando”, pero no hubo robo tal como muestran las cámaras de vigilancia. Y para mayor maldad tuvieron presos a sus amigos por cinco días hasta que cayó el montaje del robo al supermercado. Como en el caso anterior, los hechos van siendo esclarecidos, pero la demostración de fuerza ya está hecha: pueden hacer lo que quieren y disponer de nuestras vidas, y esa es una forma de ejercer democráticamente el terrorismo de Estado.

Mientras cerrábamos este artículo, en Santiago del Estero la policía asesinó a Silvia Maldonado de 17 años. Dejó un hijo de dos años y una hijita de un mes. El 18 de junio, luego de agonizar dos días, murió. Vecinos y familiares se enfrentaron a la policía en la comisaría del barrio. No todo es complicidad y silencio.

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«Orden es esclavitud, el pensamiento encadenado, la degradación de la especie humana mantenida por la espada y el látigo. Es la repentina muerte por una explosión o la muerte lenta por sofoco de cientos de mineros que estallan o son enterrados cada año por la codicia de sus patrones, y son fusilados tan pronto como osan quejarse. (...) Desorden es el estallido de las más finas pasiones y los más grandes sacrificios, ¡es la épica del supremo amor a la humanidad!» expresaba Piotr Kropotkin.

A la «Paz y el Orden» de Porfirio Díaz, replicó Ricardo Flores Magón: «Y bien, predicar la paz es un crimen. Predicar la paz cuando el tirano nos deshonra imponiéndonos su voluntad; cuando el rico nos extorsiona hasta convertirnos en sus esclavos; cuando el Gobierno, y la Burguesía y el Clero matan toda aspiración y toda esperanza; predicar la paz en tales circunstancias es cobarde, es vil, es criminal. La paz con cadenas es una afrenta que se debe rechazar. Hay paz en la ergástula, hay paz en el cementerio, hay paz en el convento; pero esa paz no es vida (…). Una paz así, ¡maldita sea!»

CONCILIACIÓN O BARBARIE

«Ellos son la burguesía –declaran–, nosotros el proletariado. Hablamos dos idiomas distintos y no tenemos nada que hacer juntos en ningún encuentro» (Alberto Ghiraldo). Encontramos esta cita sin más referencia en un libro de David Viñas titulado De los montoneros a los anarquistas. Escrito en 1971, el autor historiza las rebeliones populares en la región argentina desde mediados de 1800 a comienzos del 1900, fuera y contra las interpretaciones liberales más tradicionales así como de la perspectiva nacional/populista.

Esta misma sentencia se hace presente en muchos párrafos de nuestro boletín La Oveja Negra. La necesidad de no hablar el lenguaje de los amos, sino el de los rebeldes. Insistimos una y otra vez en no traducir nuestras necesidades con la letra muerta de la ley. Y encontrar muchos años después esta cita de Alberto Ghiraldo entre los libros de la biblioteca que lleva su nombre es una grata sorpresa.

Algo de eso ya habíamos leído en el texto anónimo Ai ferri corti. Romper con esta realidad, sus defensores y sus falsos críticos. Los compañeros desde Italia escribían: «Los explotados no tienen nada que autogestionar, a excepción de su propia negación como explotados. Solo así junto a ellos desaparecerán sus amos, sus guías, sus apologetas acicalados de las más diversas maneras. En esta “inmensa obra de demolición urgente” debe encontrarse, cuanto antes, la alegría. “Bárbaro”, para los griegos, no significaba solo “extranjero”, sino también “balbuceante”, tal como definía con desprecio a aquel que no hablaba correctamente la lengua de la polis. Lenguaje y territorio son dos realidades inseparables.»

Y hace algún tiempito unos compañeros en Madrid elegían nombrar su acción común como Barbaria: «Allí donde no llega el lenguaje de los amos».

La política del diálogo ha fracasado... luego de haberse demostrado ya inútil desde el comienzo. Porque no hay diálogo posible entre quienes quieren, necesitan, desean una cosa y quienes imponen lo contrario.

La huelga, por ejemplo, surgió con el objetivo de generar el mayor desorden y pérdidas económicas posibles, tratando de imponer las reivindicaciones a través de la fuerza, estableciendo el menor diálogo posible con la burguesía y el Estado, o al menos un diálogo desde un lenguaje propio. Las huelgas de las últimas décadas tienen una impronta totalmente diferente. Se las plantea como una forma de «hacer escuchar la voz de los trabajadores», cuando los únicos que hablan son los sindicalistas y hasta los periodistas en nuestro nombre, mientras el grueso de los explotados las perciben como feriados. Los burgueses se organizan lo mejor posible para disminuir el impacto de las huelgas, victimizarse y ajustar los cinturones. Para estos motivos fueron y son necesarios los intermediarios entre ambas clases. Es decir, los traductores que codifican nuestras necesidades en plegarias: partidos políticos, sindicatos, religiones.

A estas alturas ya hemos interiorizado a fuerza de rutina, castigo y pedagogía la lengua necesaria para mantener el orden. «Allí donde existe una necesidad existe un derecho» dicen los peronistas, astutos comprenden la existencia y urgencia de las necesidades y urgentemente las hacen entrar en el terreno de los derechos, del Estado. «Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado» decía Benito Mussolini.

Por eso la lucha contra el Estado y el Capital, es incomprensible para los representantes del Estado y el Capital. Y para dimensionarla hay que salirse al menos un poquito de sus estrechos márgenes de entendimiento.

¡NO AL DESALOJO DEL CENTRO SOCIAL CORDÓN NORTE EN MONTEVIDEO!

En Uruguay, panacea progresista de América, la persecución a luchadoras y luchadores no cesa.

En el 2017 luego de varios años de hostigamiento fue desalojado el Centro Social La Solidaria. Pero la rebeldía también es porfiada y el 19 de mayo del 2018 nacía el Centro Social Cordón Norte.

Este 5 de junio llegó una intimidación de desalojo. Nuevamente el Estado busca destruir los lazos solidarios que se activan en la lucha anticapitalista.

Dicen los compas: «Los jerarcas controladores del mundo, nos imponen un sistema de miseria y lucro que nosotrxs queremos erradicar de nuestras vidas, motivo por el cual llevamos adelante un proyecto contrario a todas sus lógicas asquerosas, donde nos paramos sobre la base de la solidaridad y el mutuo apoyo para resolver. Las personas no valen nada para el capitalismo, son números, mercancías, recursos humanos a quienes recurrir para lucrar. La propiedad privada es sagrada, inviolable, y es uno de los pilares que asegura la pobreza y la desigualdad. Lxs grandes empresarixs toman decisiones en función al rédito económico que consiguen, obligando a lxs habitantes de un territorio a que se acomoden forzosamente a las condiciones que ellxs implantan arbitrariamente y con todo el aval del Estado. Cada unx de ellxs también representa el poder, junto con toda la casta de políticos de todos los colores.

Este espacio se opone a todo eso, manteniendo formas organizativas distantes de los organismos estatales y de las intenciones lucrativas. Entendemos que las maneras de hacer dicen mucho, y son igual de importantes que los objetivos que nos proponemos. Por eso tratamos de mantener una coherencia, y constantemente revisamos nuestras formas organizativas para que sean efectivas y estén atravesadas por criterios éticos y valores antiautoritarios. La autoorganización sin líderes es posible y necesaria.(…)

En cualquier momento las aguas se pueden agitar, no siempre es predecible. Es ahora cuando más debemos reforzar nuestra presencia, replicar nuestras propuestas. No nos rindamos, es un constante comenzar, un constante incorporarse e impulsarse. Ante esta amenaza de desalojo, ni un paso atrás. Triunfará la vida ante la decadencia, la autonomía ante el dominio, los proyectos sociales ante la transa política.»

¡Toda la solidaridad y apoyo internacionalista! ¡El Cordón Norte resiste!

Info. directa en Facebook: Centro social Cordón Norte
Periódico Anarquía: periodicoanarquia.wordpress.com

TEMPERAMENTO RADIO NRO.36

En esta nueva edición actualizamos las presentaciones del libro Wenüy. Por la memoria rebelde de Santiago Maldonado y el conflicto entre isleros y parques nacionales en Santa Fe. Charlamos sobre la masacre en San Miguel del Monte y entrevistamos a Vanesa Orieta de Familiares y amigos de Luciano Arruga. En el último bloque, hablamos sobre los asesinatos en el mundo laboral.

Este y todos los programas de Temperamento, así como los registros de las charlas realizadas en la Biblioteca Alberto Ghiraldo pueden escucharse y descargarse en: blog.temperamento-radio.com

NUEVOS MATERIALES: CUADERNOS DE NEGACIÓN NRO.13: NOTAS SOBRE PATRIARCADO

En el ámbito político y académico se ha popularizado en las últimas décadas la noción de patriarcado. Parece un concepto de uso obligado para cualquier crítica seria de la realidad que busque la transformación social. Para algunas corrientes pareciera estar fuera de toda discusión que esta sociedad es patriarcal, incluso más fuera de discusión que si es capitalista.

Uno de los grandes problemas que encontramos al abordar la cuestión del patriarcado es asumirlo como el sujeto que determinaría la sociedad. Así, el Capital dejaría de ser el sujeto de esta sociedad, el que lo subsume todo, para dar paso a otro: el patriarcado. Hay una diferencia fundamental entre considerar el patriarcado como algo exterior al Capital y considerarlo como una realidad interna del Capital. La primera comprensión nos presenta el patriarcado por un lado y el Capital por otro, o en el mejor de los casos patriarcado y Capital como dos sujetos separados que en un momento dado se vinculan.

Por el contrario, la comprensión del patriarcado como realidad interna del Capital, lo asume en tanto que incluido y dominado, es decir subsumido. El proceso histórico de esa subsunción incluye y a su vez transforma al antiguo patriarcado. Y aunque puede mantenerse dicho vocablo, debemos tener en cuenta que no estamos hablando de lo mismo. Comprendemos el hecho de que en la propia lucha se siga nombrando al sexismo de esta sociedad como «patriarcado», aunque nos parece poco preciso. Si bien emplearlo es importante para ver la continuidad histórica del sexismo en relación a sociedades de clase anteriores, de alguna manera también oculta las condiciones del sexismo en la actualidad.

Disponible en nuestra feria y en: cuadernosdenegacion.blogspot.com

NUEVOS MATERIALES: SOBRE LOS CHALECOS AMARILLOS

  • No solo arde París... Anotaciones sobre los chalecos amarillos por Proletarios Internacionalistas.
  • Guerra de Clases Nro.9: Chalecos amarillos.
En ambos materiales se critica y se advierte sobre las debilidades expresadas por el movimiento, pero no se lo limita a ellas. Esta lucha manifiesta la confusión actual, nuestra debilidad como clase, la falta de memoria que los vencedores nos expropiaron a los vencidos. Pero también muestra la defensa instintiva, inevitable, de unas necesidades que el Capital niega para poder expandirse. La defensa de sus necesidades empuja al proletariado a negar a su vez al Capital y su dominio sobre nuestras vidas.
Disponibles en nuestra feria y en proletariosinternacionalistas.org y autistici.org/tridnivalka, respectivamente.