sábado, 4 de julio de 2015

SOBRE LA BASE ESPACIAL CHINA EN NEUQUÉN

Se supone que deberíamos alegrarnos, como argentinos y como seres humanos. Se supone que deberíamos confiar ciegamente en la modernización, la tecnología y el productivismo. Hay un cuentito capitalista que dice que el progreso es uno solo, que si progresa la enonomía progresamos todos. Y hay otro cuentito que se dice crítico del capitalismo, y no lo es, que declara que el desarrollo de las fuerzas productivas no es malo en sí mismo, que el problema se reduce a quién lo maneja, entonces se postulan como sus mejores gestores.

El 25 de febrero de 2015 el Congreso Nacional aprobaba la construcción, en la localidad de Bajada del Agrio, Neuquén, de una base espacial que será gestionada y utilizada por el Estado Chino por los próximos 50 años. Dos años antes comenzaba la construcción de la misma, que actualmente se encuentra, según fuentes del gobierno de Neuquén, en un 40% completada.

En el tiempo transcurrido en el medio ya hubo numerosos conflictos laborales. Los trabajadores tienen jornadas extenuantes de 11 horas, a las que hay que sumarles 4 horas de traslado ida y vuelta. Además, reciben raciones de comida insuficientes y en mal estado, y les niegan elementos de seguridad y de resistencia al frio. Posteriormente, el despido de 100 trabajadores (sobre un total de 400) bajo falsos motivos profundizó aún más la situación de los trabajadores, que  encima fueron amenazados por la UOCRA.

La agencia que gestionará esta base (cuya función principal es el control de satélites), pertenece al organigrama del Ejército Popular de Liberación Chino, y la persona que estará al mando de la base es un general, líder de la sección armamentos de dicho ejército. La base será manejada en su totalidad por personal chino, y la ventaja para “nuestro” país es que el 10% de la utilización de las antenas será para Argentina.

Esta situación se suma a los numerosos contratos comerciales y de compra de armamento que el gobierno realizó en los últimos tiempos con China y Rusia. No sorprende en lo más mínimo que este gobierno de tradición “antiimperialista” de importantes pasos hacia el alineamiento con el “nuevo” polo imperialista, como es el cúmulo de capitales denominado BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Tampoco nos sorprende la crítica de la oposición: «se lo regalamos por 50 años y no nos pagan un peso», «prometieron trabajo a la gente y no cumplieron con lo acordado», «es una importante perdida de la soberanía nacional», «la empezaron a construir antes de que el congreso la aprobara». No esperábamos menos de quienes jamás realizarán una crítica -en palabras o acciones- a la ideología del progreso y el desarrollo, desde Lanata al Frente de Izquierda.

La emancipación humana no supone un aceleramiento de esta civilización sino un freno, por la vida y contra el Capital.

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