lunes, 16 de marzo de 2015

ESPAÑA Y GRECIA: DE LAS PLAZAS A LAS URNAS

A comienzos de este año, en Grecia, un partido de izquierdas ganó las elecciones generales. Desde aquí, el gobierno nacional felicita a los nuevos dirigentes y remarca que «será una oportunidad para profundizar las históricas y excelentes relaciones entre ambos países y sus pueblos». Por todas partes diversos progresistas vuelven a tener esperanzas y a esperar de sus gobernantes.

La indignación generalizada gestada por la crisis en diversos Estados europeos fue canalizada a través de partidos socialdemócratas que no hicieron más que intensificar y formalizar reivindicaciones que, si bien desde un principio no se salieron del ciudadanismo, fueron recuperadas y encauzadas hacia un discurso basado en la defensa de la democracia y la economía. En este contexto donde la represión y los anteriores gobiernos pierden efectividad frente a la movilización social, el Capital vuelve a reacomodarse con una nueva/vieja fórmula. Es bajo la ideología de la nación, del trabajo y de la “buena” administración capitalista que se han erigido y fortificado estos partidos de izquierda.

En España, Podemos se funda en el 2014 con sus bases en el movimiento ciudadano denominado 15M. A partir del 2008, la crisis empieza a sentirse y se producen varias movilizaciones, huelgas y protestas, pero es el 14 de mayo del 2011 cuando éstas se articulan en grandes manifestaciones, siendo la principal en la Puerta del Sol. Esta iniciativa fue arengada desde diversos sectores, que ya venían nucleando los diferentes reclamos (precariedad laboral, parados, recortes sociales, etc) y pregonando que la miseria y la precariedad eran fruto de una mala administración política y económica que favorecía sólo a una pequeña parte de la sociedad y a las multinacionales. Esta va a ser la naturaleza del movimiento ciudadanista, que aunque en su mayoría se manifestó por fuera de partidos y sindicatos, no llegó a romper con estas estructuras. Sumado a una falta de memoria histórica de clase se termina donde siempre: en la lucha política y contrarrevolucionaria por reformas, pilares de la ideología socialdemócrata.

A las manifestaciones le sucedieron acampes, asambleas, cooperativas, plataformas y organizaciones por luchas específicas. A partir de esta experiencia, Podemos elaboró su manifiesto Mover fichas: Convertir la indignación en cambio político, donde plantearon la necesidad de un partido en las elecciones europeas que pudiera oponerse a las políticas de la Unión Europea sobre la crisis. Así, en las elecciones del 2014 obtuvieron cinco escaños en el parlamento europeo. El discurso de Podemos ya podía escucharse entre muchos participantes del 15M, sólo que los primeros lo institucionalizaron llevándolo a las urnas, queriendo mostrar como única opción la vía democrática.

Por su parte, Syriza se fortaleció de los diferentes movimientos ciudadanos que surgieron contra la imposición de las políticas de austeridad derivadas del pacto del gobierno griego con la Troika (FMI, BCE, UE). Uno de ellos, el movimiento de los Aganaktismenoi (indignados), inspirados en la movilización del 15M que ocupó la Plaza del Sol en Madrid, consistió en una ola de protestas y la creación de asambleas populares en las principales plazas de los barrios de Atenas y capitales de provincia. Una de las ocupaciones más importantes surgida durante este período comenzó hacia finales de mayo de 2011, se instaló en la plaza Syntagma y duró más de un año.

Este movimiento procedió de manera muy efectiva en la convocatoria a huelgas y enfrentamientos con las fuerzas policiales y otras acciones tomadas contra el Estado, lo que no implicó que se asumiera como clase, superando la ideología burguesa y ciudadanista, es decir, asumiendo lo que ya habían comenzado con sus propios actos. El hecho de que la principal reivindicación fuese la demanda por una democracia real/directa, facilitó bastante las cosas a Syriza cuando comenzó a participar anónimamente de las asambleas nacidas en las plazas con el fin de desviar y encauzar las actividades —que apuntaban a la expansión de la lucha a los lugares de trabajo y la negativa a pagar impuestos y nuevas tarifas— hacia acciones legales limitadas a reclamar por derechos ciudadanos y una mejor gestión y organización de la economía1. Así, una vez más, la vieja socialdemocracia reconvertida aseguró que las luchas no fueran hacia la raíz del problema: el Capital.

Las intenciones de Syriza, en su plan de “reconstrucción productiva de la economía griega” son las de reconstruir las tareas propias del Estado de bienestar a través de un programa de “economía social”, promoviendo redes solidarias de centros autogestionados, de intercambio de mercancías y supermercados contra la pobreza. Frente a las luchas por cierres de fábricas, puso en marcha la autogestión de las mismas por antiguos empleados como forma de reactivar la actividad de las empresas en bancarrota, además de la creación de nuevas empresas cooperativas. Naturalmente, los explotados debemos alimentarnos, abrigarnos y cuantas cosas más, sin embargo, pensar que la misma producción capitalista en manos de los trabajadores (lo cual es siempre una falacia) sería algo positivo es un disparate, y que además sería revolucionario ¡es ridículo! En definitiva, con patrón a la vista o no, siempre se produce bajo los intereses capitalistas, y esto es obvio al ver que se sigue produciendo la misma basura y de la misma manera.

En su publicidad, estos partidos insisten en presentarse como novedades, en repetir la supuesta oposición entre izquierda y derecha. Aunque la historia —y no unos intelectuales— nos ha demostrado que en la administración del Estado y la gestión del Capital ni hay novedades ni enormes diferencias, se continúa intentando mantener obedientemente este sistema de muerte para que el capital circule y multiplique las ganancias.

Frente a esto, luchamos para que el descontento por la vida de miseria que se nos impone encuentre su expresión fuera y contra el Estado, fuera y contra de partidos, sindicatos y futuras “novedades” que se empeñan en que todo siga igual.


Notas:
1 Para más información recomendamos un artículo del grupo griego TPTG disponible en español aquí: www.editorialklinamen.net/sobre-syriza-y-su-victoria-en-las-recientes-elecciones-generales-griegas

NO SOMOS TUS HIJOS

El viernes 13 de marzo se cumplen dos años de Jorge Bergoglio como Papa y el comienzo de una restauración católica en la región animada por todo el espectro político (ver La oveja negra nro. 7). Como si la Iglesia no fuera ya influyente, el nuevo jefe despertó un nuevo interés por esa ideología de la muerte que es el catolicismo y renovó el patriotismo latinoamericanista de perfil futbolero.

Escuchado en todas sus idioteces, cada una de ellas se convierte en un nuevo mandamiento tanto para progresistas como para conservadores. En principio cuestionado por su actuación en la última dictadura, su ascenso se coronó, el noviembre pasado, con el pedido de perdón de Estela de Carlotto por haber “difamado” su figura. El holograma que se ha creado en torno a él es tan grande que hace ver lo que no existe, aun cuando la realidad es tan pesada como una piedra, como sucede con la religión. Y todos agachan la cabeza diciendo: amén.

Dos de sus últimas declaraciones lo pintan de cuerpo entero. En febrero llamó a la humanidad a tener hijos y condenó como depresivas aquellas sociedades que no tienen una maternidad elevada. Los llamó también irresponsables y exclamó:

«(…) no tener hijos es una elección egoísta. La vida rejuvenece y adquiere energías que se multiplican: se enriquece, no se empobrece.» Agregando: «una sociedad de hijos que no honran a sus padres es una sociedad sin honor (…) cuando no se honra a los padres se pierde el honor propio.»

Y hace unas semanas: «Yo pienso que a México el diablo lo castiga con mucha bronca. Creo que el diablo no le perdona a México que Ella [la Virgen de Guadalupe] haya mostrado ahí a su Hijo. Interpretación mía. O sea, México es privilegiado en el martirio, por haber reconocido, defendido, a su Madre.» Sumisión y más sumisión. Ese es el mensaje. Ya sabemos para qué quiere el Papa que tengamos hijos. Para que ellos, como nosotros, pasen el resto de sus vidas como mano de obra del engranaje capitalista aceitado con agua bendita, enriqueciendo la vida de los burgueses. Y para que, en el peor de los casos, alimenten su pedofilia. Y cuando el Estado y el Capital nos ametralle, nos desaparezca y nos reprima, la culpa será del diablo.

El “mundo mejor” del que habla Francisco es el de la paz capitalista, el de la inmovilidad de los explotados, el bucólico paisaje de la conformidad, de su paternidad eterna sobre nosotros. ¡Parece mentira que éstas polémicas sigan existiendo y que la Iglesia nos diga qué hacer y qué no hacer con nuestras vidas! ¡No en vano ellos se autotitulan como padres y los creyentes como hijos!

No estamos en contra de la Iglesia por una mera posición racionalista, argumento fácil gracias a su fabulario tan absurdo. La religión es uno de los pilares de la dominación capitalista y por eso luchamos contra ella. No nos interesa ser buenos ciudadanos ateos y argumentar académicamente por qué dios es una farsa. Esa farsa no es producto de una simple elección individual de creencias, es la farsa más material que existe, que se ha llevado la vida de millones de proletarios a lo largo de su historia, haya democracia o dictadura. Por eso es nuestra enemiga.

La ideología de la culpa, el pecado y el sufrimiento inculcada por la Iglesia, el monopolio del conocimiento acaparado por el Estado y el Capital y la sexualidad alienada impuesta por y para el tráfico de mercancías, ha ido socavando nuestro goce y salud sexual y reproductiva, nuestra capacidad creativa para relacionarnos y discutir por fuera y contra los intereses burgueses.

Nuestros hijos, las mujeres y hombres del futuro, y no sólo los inmediatos sino también aquellos que no conoceremos en el tiempo y en el espacio, deben vivir en un mundo libre del trabajo, de la destrucción de la tierra y, obviamente, sin Papas ni Iglesia. Ese es nuestro esfuerzo.

MEMORIA: PEPITA GHERRA... LA VOZ DE LA MUJER

«…Odiamos la autoridad porque aspiramos a ser personas humanas y no máquinas automáticas o dirigidas por la voluntad de ‘un otro’, se llame autoridad, religión, o con cualquier otro nombre…» De esta forma Pepita Gherra encabezaba un artículo publicado el 27 de marzo de 1896 en el periódico comunista–anárquico La voz de la mujer. Con el seudónimo de Pepita se encarnan irreverentes y disruptivas las mujeres anarquistas, aquellas que a finales del siglo XIX jaquearon el poder del “confesionario y las sotanas”, se rebelaron contra el “destino cuasi ineludible del matrimonio” proponiendo el amor libre y denunciaron la opresión no sólo en las fábricas, sino también al interior del espacio doméstico, subvirtiendo lo íntimo y exigiendo libertad para sus cuerpos.

Después de ciento diecinueve años, Pepita Gherra nos sigue hablando: «Queremos hacerles comprender a nuestras compañeras que no somos tan débiles e inútiles cual creen o nos quieren hacer creer los que comercian con nuestros trabajos y nuestros cuerpos…» La debilidad y la inutilidad como supuesto inherente al ser femenino se ve reafirmado una y otra vez en el contexto de un capitalismo globalizado que tiende redes multinacionales en la trata de personas. Con Estados cómplices, uno de los mayores negocios del siglo XXI es el tráfico de humanidades. El Mercado reafirma estos estereotipos festejando el día de la mujer ofreciendo cual elixir cremas o zapatos… ¿acaso hay algo por festejar? Vivimos en un país en donde cada treinta horas una mujer es asesinada víctima de la violencia de género. El Estado sigue controlando úteros y cuerpos.

Y vuelve Pepita a decirnos: «ni Dios, ni ley…queremos libertarnos, rompiendo, deshaciendo y destrozando, no sólo nuestras cadenas, sino también al verdugo que nos las ciñó». Da estupor ver tanta imagen del nuevo Papa argentino, es la más rancia espiritualidad del poder conservador–opresor que históricamente supuso la Iglesia, haciendo resurgir el fervor mítico que inmoviliza las acciones a expensas de la “voluntad de Dios”. Y henos aquí diciendo otra vez junto a Pepita «ya no queremos  iglesias», queremos «derrumbar el mundo de la explotación».

Las redactoras de La voz de la mujer se sentían «hastiadas de tanta injusticia». Inmigrantes o nativas, fueron trabajadoras que tomaron la pluma como látigo para una sociedad que se les presentaba hipócrita y hostil.

Sólo han sido hallados nueve números del periódico en el Instituto de Historia Social de Amsterdam, que la Universidad Nacional de Quilmes compiló en un libro del mismo nombre hace algo más de una década. De esta forma nos llegan desde una noche larga de silencio; «Aparece cuando puede…» y sus voces volvieron a aparecer  para decirnos, para volvernos a contar, para ayudarnos a pensar en clave libertaria.

Nosotras a vosotras, así se llama el artículo escrito por Pepita Gherra hace más de un siglo. Tomamos el legado,  somos eco de sus voces, somos como lo fueron sus suscriptores: «Un pintor sin pintura», «Un amante de la libertad de la mujer», «La compañera del tigre de debajo de los sauces», «Una prostituta», «Un explotado», «Un grupo de miserables», «Hacha y veneno», «Una que no precisa ni curas ni jueces para casarse cuando lo tenga por conveniente»… Salud.

NUEVOS MATERIALES: CHILE: LOS GORILAS ESTABAN ENTRE NOSOTROS

Editorial Viejo Topo.
Santiago de Chile, octubre 2014.

Pese a haber transcurrido casi medio siglo desde la “vía chilena al socialismo” y su fracaso, esos acontecimientos siguen siendo en su mayor parte indescifrables para el sentido común. Este libro ofrece una explicación plausible y a la vez un testimonio desgarrador de uno de los episodios más trágicos del movimiento revolucionario del siglo veinte. En este libro, escrito pocas semanas después del golpe de 1973, Helios Prieto (Rosario,  1936–2009) hizo una crítica sin concesiones a las ilusiones reformistas dominantes en ese tiempo. Con ello se anticipó por mucho a un tipo de contestación radical que en Latinoamérica recién en años recientes empezó a ser expresada por una generación de luchadores que entonces ni habían nacido.

«…Lo que distingue al texto de Prieto de los demás es el modo en que emplea la crítica: no la usa para sugerir un cambio de rumbo que de cualquier forma los sectores gobernantes no podían adoptar sin traicionar a sus propios intereses de clase. Tampoco quiere ofrecer un punto de vista “objetivo” elaborada al margen de las tensiones que desgarraban la convivencia entre grupos antagónicos. La cualidad que distingue a Helios Prieto de los otros comentaristas de la época, es que tanto la forma como el contenido de su texto reflejan pasión combativa qué está ausente en los análisis más bien “fríos” sobre la economía política allendista. Desde la primera a la última línea, Prieto examina el período de la UP con una ironía punzante y bien argumentada, aportando no sólo una poderosa clarificación  de lo que significó dicho proceso, sino también la textura y el sabor de una experiencia vivida en primera persona.»

«…Parecía que Chile había tenido dos ejércitos: uno hasta 1970 y otro de allí en adelante. Sin embrago el gobierno de Allende, cumpliendo escrupulosamente con el Estatuto de Garantías Constitucionales que suscribió con sus aliados demócratas cristianos en el Congreso Nacional en octubre de 1970, no efectuó ningún movimiento importante de jefes ni en las FFAA ni en Carabineros y pese a que proclamó la disolución del odiado “Grupo Móvil” (cuerpo especializado en la represión callejera) se limitó a cambiarle el nombre, llamándole de allí en adelante “Grupo Especial”. El aparato de represión siguió intacto y son los generales “allendistas” los que hoy masacran el pueblo chileno.»

«…Esta es una crónica de los hechos más importantes de la lucha de clases en los meses anteriores al derrocamiento de Allende que trata de explicar las causas directas de su caída y el salvajismo de la Junta Militar. Las causas de fondo se encuentran en el “modelo de transición al socialismo” que eligieron los reformistas chilenos y en la política económica que aplicaron  en los dos primeros años de gobierno.»

«…Las fuerzas que trabajan para el capitalismo  en el seno de la clase obrera cobijadas bajo la bandera el “comunismo” son muy poderosas: hoy los partidos comunista reformistas tratan de convencer en la mayor parte del mundo a las masas para que repitan todos lo errores que se cometieron en Chile.»

Mas información: viejotopo.org

Disponible en feria y en la biblioteca.