Nuevamente debemos informar de otro anuncio estatal, ya no solo a
nivel municipal sino provincial, de instalación de más y más y más
y más cámaras de videovigilancia en las calles. A esto se debe
agregar la incorporación de mas de 300 nuevos policías, que harán
de las suyas por la ciudad de Rosario. Para poder así continuar con
la normalidad capitalista, que inevitablemente incluye robo legal e
ilegal, extorsión legal e ilegal, secuestro legal e ilegal, etc,
etc...
Es importante remarcar que esta sección del boletín no es un
ejercicio de ideología, en donde cerramos los ojos ante los
fenómenos catalogados como “inseguridad” porque no tenemos
respuestas para ello, o tapamos nuestros oídos para desescuchar los
inevitables pedidos de mayor control y mayor policía, es decir:
mayor presencia estatal.
La descomposición social que se traduce en situaciones donde el
dinero y la mercancía valen más que la vida existen tanto en la
cotidianidad del trabajo asalariado como en el robo entre oprimidos,
en el desastre “ecológico” así como en el asalto a hogares
proletarios. El dinero es más importante que la vida, tanto para el
ladrón que mata a un pobre tipo que acaba de cobrar su miserable
sueldo, como para el dueño de un auto que dispara ante su posible
ladrón.
Sabemos que los robos y los asesinatos efectivamente ocurren. Pero
también sabemos que la industria de los medios de comunicación
tiene un interés decididamente dirigido a mantener una actitud de
alerta y conmoción permanente ante estos hechos. El conflicto radica
en dos partes, por un lado en que en la gran bolsa de lo “delictivo”,
entran tanto un asesinato para robar unas zapatillas, una violación,
una ocupación con fines sociales de una vivienda abandonada hace
décadas y un piquete por un reclamo salarial. Y por el otro, que los
medios de comunicación hacen uso de la información no simplemente
“porque es su trabajo” sino para establecer su posición, que no
es nunca otra que la defensa de la santísima propiedad privada.
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